Hace
tiempo leemos en las redes sociales que el Kiri, árbol de origen
chino es capaz de "salvarnos" del cambio climático.
Recientemente,
la Subsecretaría de Desarrollo Forestal (dependiente del Ministerio
de Producción) comunicó que, junto a la Cooperadora de Bomberos del
Chaco, trabajarán para que seamos la provincia pionera en su
plantación.
Este
proyecto se justifica porque, aparentemente, esta planta absorbe 10
veces más dióxido de carbono que otros árboles (¿existen
experimentos en árboles chaqueños?) y recupera suelos dañados y
contaminados. La realidad es que el cambio climático, es un problema
a nivel mundial, es decir, que las actividades humanas en todo el
planeta suman a este fenómeno. Por ejemplo: la deforestación, la
agricultura a gran escala, las actividades en las ciudades e
industrias de todo el planeta, liberan gases (dióxido de carbono,
metano, óxido de nitrógeno) que causan el efecto invernadero.
El
efecto invernadero es el aumento de la temperatura en todo el mundo,
por la acumulación de estos gases en el ambiente.
Además,
las actividades humanas realizadas sin pensar en el futuro y en el
daño ambiental que estas podrían generar, causan graves pérdidas
en la biodiversidad.
La
biodiversidad es la variedad (distintos tipos) de plantas y animales
que crean un ambiente y logran que ese ecosistema funcione
adecuadamente. Los animales y plantas de un ambiente (monte,
pastizal, estero, etc.) son únicos y viven hace miles de años en
armonía con los suelos, las temperaturas y lluvias de ese lugar.
Es
decir, que son seres nativos, propios de un lugar y adecuados para
vivir allí, cumpliendo sus funciones y sin dañar el ecosistema.
Nosotros, los humanos, usamos muchos productos que esta naturaleza en
armonía nos ofrece: agua, madera, alimento, fibras, medicina.
Además,
la naturaleza y nuestra relación con ella, es la base de la cultura
de cada pueblo.
Si
los suelos y los bosques son los lugares donde más se almacena
carbono, ayudando al “enfriamiento” del planeta ¿Por qué no
frenamos su degradación? La degradación está dada por las
prácticas que transforman los ambientes naturales.
En
el Chaco se da principalmente por la deforestación: destruir el
monte para la agricultura o ganadería. Después, el suelo desnudo,
sin vegetación, será cada vez más pobre en nutrientes, al ser
lavado por las lluvias y llevado por los vientos.
El
proyecto forestal que promete el Gobierno, se trata de traer al Chaco
una planta de otro lugar del mundo, una planta exótica, el Kiri. Se
trata de crear monocultivos de este árbol, es decir, un área dónde
sólo crezca este árbol (esto no es un bosque), un gran desierto
para los animales que comen y se refugian en plantas nativas y, si
las plantas nativas desaparecen, también desaparecerán los
animales.
Una
única especie exótica, no podrá cumplir todas las funciones de un
bosque ni brindar todos los beneficios que la gran variedad de
plantas nativas adaptadas al ambiente ofrece y, mucho menos,
salvarnos del cambio climático mundial.
Además,
existe un registro histórico sobre los daños que provocan las
especies traídas de otro lugar (como el Kiri), ya que invaden los
territorios, escapan del manejo humano y rompen el equilibrio natural
al modificar los suelos, el paisaje y la disponibilidad de agua y
nutrientes.
¿Qué
pruebas tenemos de que el Kiri pueda salvar a los chaqueños? ¿Es
necesario invertir fondos en experimentar con plantas exóticas?
Teniendo tantas plantas que crecen naturalmente en el Chaco, ¿por
qué no investigamos cómo éstas podrían ayudar a estabilizar el
clima a local? La introducción de especies exóticas, en el contexto
de una biodiversidad única y milenaria existente en la región
chaqueña, también altera, fragmenta, interrumpe y destruye los
ciclos sociales y culturales ligados históricamente a esa
biodiversidad: la memoria, los saberes, la lengua, todo ello como
nexo vital.
Por
lo tanto, el impacto, el daño ambiental provocado por la
introducción del Kiri, es también socio-cultural. En Chaco debemos
fortalecer el manejo de los montes nativos existentes, ya que cuentan
con especies únicas en el mundo: maderas duras a extra duras, de
altísimo valor comercial que se suma a los múltiples aportes que
hacen los ecosistemas naturales y a las comunidades locales y
regionales.
Si
se piensa en forestar, se deberían desarrollar proyectos que no
repitan modelos de monocultivo (no cumplen las funciones de un
bosque); cuando se planta una sola especie, se tienen riesgos de que
sean afectados por plagas y enfermedades, con lo cual se intentará
fundamentar la aplicación de agroquímicos, todos ellos
demostradamente tóxicos. Creemos fundamental que se plantee un
proyecto con soluciones reales, con participación de otros sectores
del Gobierno, no solamente el sector productivo y de explotación
forestal, a fin de evitar caer en propuestas mágicas y simples para
problemas complejos.
Es
necesario plantear las discusiones seriamente, convocando a quienes
estén capacitados a tomar decisiones ambientales positivas,
utilizando valiosa información técnica existente y acudiendo a las
organizaciones relacionadas con el tema.
Somos
Monte Chaco
Fuente:
Por qué el Kiri no puede "salvar al mundo", 16 febrero 2020, Data Chaco. Consultado 20 febrero 2020.
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