Madrid
(EFEverde).- Los estados miembros de la Unión Europea han hecho
“limitados progresos” para medir y reducir los riesgos derivados
del uso de plaguicidas, una cuestión a resolver en 2021 con la
entrada en vigor de la nueva PAC, según un informe del Tribunal de
Cuentas europeo.
“La
Comisión Europea hasta ahora no ha podido reducir y controlar
sustancialmente los riesgos asociados al uso de los plaguicidas por
los agricultores”, ha asegurado el responsable del informe y
miembro del Tribunal de Cuentas Europeo, el esloveno Samo Jereb.
Jereb
ha aseverado que la “nueva Política Agraria Común (PAC) -cuya
entrada en vigor está prevista para 2021- ofrece una oportunidad
para abordar esta cuestión de manera adecuada, que lamentablemente
se ha desaprovechado”.
Los
auditores que realizaron el estudio hecho público este miércoles
denuncian que muchos estados miembros se han retrasado en la
incorporación de la Directiva aprobada en 2009 sobre el uso
sostenible de pesticidas y los incentivos para que los agricultores
adopten métodos alternativos son escasos. Señalan además que la
Comisión Europea no puede supervisar con precisión los efectos de
los riesgos derivados del uso de plaguicidas.
Control
de plaguicidas
Desde
1991 la UE ha tenido normas comunes sobre la autorización y el uso
de productos fitosanitarios («plaguicidas») que se utilizan para
“proteger los cultivos” contra organismos nocivos, plagas y
enfermedades.
Esos
productos incluyen insecticidas, fungicidas y herbicidas, que pueden
afectar al medio ambiente y plantear riesgos para la salud humana.
Dieciocho
años despúes (2009) la UE aprobó la Directiva sobre el uso
sostenible de los plaguicidas y los auditores han evaluado si la
acción de la UE en este ámbito ha sido satisfactoria.
Incumplimiento
en imposición de sanciones
Las
conclusiones del estudio recogen el incumplimiento de la adaptación
de la Directiva y la imposición de sanciones a partir de 2012, es
decir tres años después que es el plazo legal que da la UE para
realizar la incorporación de las normas europeas a la legislación
local de cada país.
La
auditoría también constató que la Comisión Europea no ha
verificado adecuadamente la integridad y exactitud de la
transposición de la Directiva, porque no existen criterios claros ni
requisitos específicos que sirvan para garantizar la aplicación y
evaluar el cumplimiento de la misma.
En
ese sentido, los auditores constataron que no todos los Estados
miembros incorporaron a su legislación el requisito de que los
agricultores aplicaran la gestión integrada de plagas, es decir
utilización de una serie de técnicas biológicas, biotecnológicas
y de selección de vegetales, entre otras, para reducir al mínimo el
uso de fitosanitarios.
No
obstante, reconocen que desde 2016 la Comisión ha tomado más
medidas para hacer aplicar la Directiva sobre “el uso sostenible de
plaguicidas”.
Con
ese propósito se ha creado una categoría de «productos
fitosanitarios de bajo riesgo», sin embargo hasta la fecha, solo se
han enumerado 16 de las 487 sustancias, es decir, el 3 %, lo cual es
insuficiente, según los auditores.
Reducir
la dependencia de los plaguicidas
Otro
dato relevante es que, según los expertos, los agricultores no
tienen incentivos para reducir la dependencia de los plaguicidas para
sus cultivos.
En
concreto, subrayan los auditores, la aplicación de la gestión
integrada de plagas no constituye una condición para poder recibir
los pagos de la Política Agraria Común (PAC).
Los
auditores constataron asimismo que las estadísticas sobre sustancias
activas y su utilización publicadas por la CE en Eurostat no son lo
suficientemente detalladas para resaltar datos útiles y los Estados
miembros tampoco tienen “suficientemente armonizadas y actualizadas
las cifras”.
Esa
falta de datos no ha permitido elaborar un indicador global europeo
para medir riesgos e impactos de los plaguicidas a pesar de que
algunos Estados tengan indicadores locales.
Solo
hace tres meses, en noviembre de 2019, y diez años después de la
aprobación de la Directiva se han publicado dos indicadores a escala
europea, pero ninguno tuvo en cuenta cómo, dónde y cuándo se
utilizan los plaguicidas.
Por
ello, los auditores concluyen que la Comisión hoy en día “carece
de una base de pruebas sólida para evaluar si la Directiva ha
logrado el objetivo de la UE de que el uso de los plaguicidas sea
sostenible”.
En
un momento de creciente preocupación pública y parlamentaria y
cuando la Comisión evalúa la legislación de este ámbito político,
los auditores recomiendan a los Estados miembros verificar la
gestión integrada de las plagas en las explotaciones.
Asimismo,
exigir que la gestión integrada de las plagas se vincule a los pagos
en el marco de la nueva PAC, actualizar y mejorar las estadísticas
sobre los productos fitosanitarios y elaborar indicadores de riesgo
más exactos.
Fuente:
Los países de la UE progresan lentamente en el control de plaguicidas, 6 febrero 2020, EFEverde.
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