por
Fernando Colautti
Una
paradoja asoma entre los ríos serranos. La Cumbrecita es una de las
pocas localidades con sistema cloacal en las Sierras y la única de
Calamuchita que cubre la mayor parte de su radio urbano con redes.
Por lo que se ve, con deficiencias. La mayoría de las demás no
tienen ni un metro de cloacas, o sumaron redes que ni rozan la mitad
de sus radios urbanos.
Las
Sierras casi no tienen cloacas y esa realidad representa una deuda
ambiental y sanitaria para Córdoba. Donde nace y se embalsa el agua
que Córdoba necesita, no hay tratamiento cloacal.
El
Valle de Punilla, por ser el más poblado, es también el más
impactado. En la cuenca del dique San Roque, por ejemplo, sólo el 21
por ciento de sus vecinos cuenta con sistema cloacal. Allí, Carlos
Paz -la cuarta ciudad cordobesa en tamaño- tiene planta de
tratamiento, pero sólo está conectado el 30 por ciento de sus
frentistas. Así está el San Roque, pudriéndose con desechos no
tratados que engordan sus algas.
Todos
los investigadores advierten que Los Molinos es el embalse que le
sigue en deterioro ambiental. En su entorno, crecen poblaciones que
cuentan con cero tratamientos cloacales.
Asombran
esas realidades, no sólo por la desprotección de un recurso clave y
por los riesgos sanitarios que implica. También -debiera advertirse-
porque ya no hay modo de imaginar el turismo que viene sin
sustentabilidad ambiental. No habrá puentes, hoteles ni bonitas
campañas que alcancen si el visitante se encuentra con ríos y con
lagos contaminados.
La
paradoja de La Cumbrecita es que, teniendo planta cloacal, puede
contaminar hasta más que tantas localidades que carecen de ella. Si
las plantas no funcionan, o se desbordan, terminan siendo un sitio de
concentración de desechos que agudizan, en ese punto, el impacto
sobre el río al que desagotan.
De
eso saben, por ejemplo, en las dos mayores ciudades cordobesas -la
Capital y Río Cuarto-, que llevan años con plantas desbordadas e
insuficientes, que se transformaron en un efluente de impacto mayor
que la suma de los pozos ciegos que buscaban evitar.
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Fuente:
Fernando Colautti, Donde nace el agua, faltan cloacas, 16 febrero 2020, La Voz del Interior. Consultado 17 febrero 2020.
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