Fridays
For Future ha conseguido impulsar la lucha por la justicia climática
obteniendo una visibilidad y movilización inusitada hasta el 15 de
marzo de 2019. Una activista del colectivo desgrana su organización
y la influencia que ha ejercido esta lucha entre su joven militancia.
por
Marta Macías
Fridays
For Future es uno de esos colectivos que ha explotado y arrasado en
el último año. Tanto mediática como políticamente, ha puesto al
movimiento climático en el punto de mira de toda la sociedad, en el
punto de mira de la política, de la relevancia mediática, con una
demanda muy clara; justicia climática para la emergencia en la que
nos encontramos. Pero, ¿cómo es Fridays For Future desde dentro?
¿Qué lo diferencia de otros colectivos? ¿Qué métodos de
movilización utiliza? Vamos a intentar responder un poco a estas
preguntas, haciendo un análisis de este colectivo juvenil que ha
involucrado a toda la sociedad en la lucha ecologista.
Fridays
For Future nació en España aproximadamente en febrero de 2019, con
el objetivo de movilizar a la mayor parte de juventud posible el 15
de marzo, o 15M climático, como se le denomina coloquialmente. Ese
día, en las calles de Madrid, salimos unas 10.000 jóvenes a
reivindicar que nos estaban robando nuestro futuro. Ese día, sin ser
conscientes de ello, iniciamos todas las que trabajamos en el
colectivo una nueva etapa de hipermilitancia, de aprendizaje
constante, de tejer lazos y de poner en el centro de nuestras vidas
la cuestión climática. Por supuesto, no todo fue un camino de
rosas. Llegar a desarrollar las estructuras organizativas que tenemos
ahora ha costado muchos rompecabezas pero, al final, estamos
consiguiendo construir un movimiento de base horizontal, asamblearia
y con la transparencia por bandera.
Nuestra
forma organizativa es un poco compleja; en primer lugar, están las
asambleas locales en cada una de las ciudades que participamos en el
movimiento. Estas son las bases decisivas de él, en donde se debaten
desde las acciones concretas a desarrollar, la organización de los
viernes que salimos a las calles, hasta las decisiones políticas más
complejas que se nos plantean. Son abiertas y todo el mundo que
quiera participar en el colectivo está más que invitado a venir,
debatir y mostrar sus ideas.
A
continuación está la asamblea estatal, en la que dos representantes
de cada territorio local transmiten las decisiones tomadas por sus
asambleas, hasta que se consigue llegar a un consenso entre todas las
ciudades. Por último, esta la coordinación internacional, en la que
dos representantes de cada país siguen el mismo protocolo que los
representantes locales: llevan las decisiones de sus países, debaten
fechas de movilizaciones y desarrollan los consensos generales del
movimiento.
Desde
Fridays consideramos que, aunque sea compleja y en ocasiones nos
cueste llegar a consensos, es la forma organizativa más
participativa que podemos llevar a cabo. Porque las opiniones de
todas son igual de valiosas, merecen ser escuchadas y desarrolladas,
ya que en esta lucha no hay jerarquías, sino miles de compañeras
dispuestas a poner todos sus esfuerzos ante el gran reto al que nos
enfrentamos.
Uno
de los mayores potenciales del movimiento reside precisamente en su
implicación mundial por parte de millones de jóvenes de todas
partes del planeta. El desarrollo de movilizaciones conjuntas (como
las global strikes) que convocamos nos ayuda a mostrar que no somos
un movimiento que se focalice en una sola cuestión, sino que
pretendemos abordar todos los problemas desde las tres perspectivas:
local, estatal y global. Asimismo, los pilares básicos del
movimiento son los que nos llevan hasta ellas, reivindicando como
medida prioritaria y principal la justicia climática, que no solo
habla de cómo el cambio climático nos afecta de forma diferente
según nuestra localización, edad, género, situación económica…
sino que también hace referencia a la responsabilidad de, por
ejemplo, los países industrializados frente a los países
empobrecidos, pues no es la misma y, por tanto, las medidas que tome
cada uno, tampoco pueden ser iguales.
Por
otro lado, el haber establecido el colectivo alrededor de una marca,
de una costumbre, de lo que el mismo nombre indica, “viernes por el
futuro”, otorga no solo una medida de unión entre todos los países
y sus integrantes, sino una medida de presión constante a las
instituciones y los pocos negacionistas que aún quedan. Seamos
apenas veinte, o seamos miles, prácticamente todos los viernes se
puede encontrar en alguna ciudad del mundo un grupo de jóvenes
protestando y diciendo a la cara verdades que nuestra sociedad lleva
años ignorando. Por supuesto que es agotador salir todos los viernes
a protestar, saltarnos clase, sentir esa responsabilidad, pero
preferimos vivir cansadas y luchando que resignarnos y comprender que
no hay ningún futuro hacia el que partir, que la causa está perdida
y que no merece la pena seguir defendiendo la vida. Porque, si
destaca dentro del colectivo una herramienta movilizadora y de
presión es el demostrar que no vamos a callarnos, no vamos a parar,
vamos a seguir poniendo nuestras vidas por delante hasta que toda la
sociedad nos escuche, se nos una y se empiece a cambiar el rumbo y la
deriva que llevamos.
Y
es que, si algo nos caracteriza en Fridays For Future es la
insistencia que vamos a mostrar, los lazos que estamos tejiendo y la
rabia que tenemos dentro. Porque para una ciudadana anónima, el
cambio climático igual no es más que una noticia que oye a la
lejanía en la televisión o en algún artículo suelto. Sin embargo,
para nosotras, para las que salimos a la calle todas las semanas y
luchamos, la palabra emergencia climática se ha convertido en un
pilar que, por desgracia, estructura nuestras vidas, nos persigue,
nos hace cuestionarnos constantemente el por qué de las cosas, pues
tenemos claro que sin futuro, sin planeta, nuestras vidas no tienen
sentido. Por ello, la única forma que tenemos de vivir
coherentemente es dedicarnos a aquello que nos puede salvar,
agarrarnos a un clavo ardiendo y escalar a través de este sistema de
injusticias, incultura y productivismo que ataca y se opone a lo
único que tiene verdadero valor en este mundo: la vida.
Marta Macías es integrante de la plataforma Referéndum UC3M. Fridays For Future
Fuente:
Marta Macías, Cómo construir la resistencia climática, 17 febrero 2020, El Salto Diario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario