lunes, 27 de enero de 2020

Las lluvias y las obras ausentes

Es inconcebible que a más de tres meses del comienzo de la época de lluvias en la provincia todavía se estén ideando iniciativas para quedar a resguardo de las inundaciones.

Es común que para esta época del año la ciudad de Córdoba, como gran parte del territorio provincial, se encuentre bajo alerta por posibles lluvias intensas, como lo certifican los servicios meteorológicos locales y nacionales. Pronósticos que, además, muy pocas veces fallan.

Frente a este panorama, cabe la pregunta: ¿la Capital de la provincia está preparada y en condiciones operativas para soportar un temporal de características extraordinarias?

Para fastidio de los vecinos, hay que admitir que la respuesta es negativa. No se trata de una observación apresurada, sino del diagnóstico que trazan los propios funcionarios de la Municipalidad.

Tenemos una ciudad que no está preparada para que llueva. No tenemos un solo camión en condiciones para limpiar los desagües”, admite Miguel Siciliano, secretario de Gobierno de la nueva gestión en el Palacio 6 de Julio.

Entre las miles de bocas de tormenta obstruidas por escombros a los que muchos vecinos irresponsables no les encuentran mejor lugar para tirar y las viejas deficiencias en materia de infraestructura, habrá que rogar (en atención a los dichos del funcionario) para que en lo que resta del verano no caiga un aguacero que derive en catástrofe.

No es tampoco exagerado el término: el municipio ya puso en agenda un plan de contingencia y de catástrofe. En este caso, habilitó un fondo de 10 millones de pesos para “catástrofe y riesgo civil” y abrió una mesa de trabajo de consuno con la Provincia, con Bomberos y con el Ejército.

Las medidas de prevención son siempre valoradas, pero es inconcebible que a más de tres meses del comienzo de la época de lluvias en la provincia todavía se estén ideando iniciativas para quedar a resguardo de las inundaciones.

Sobre todo en los estragados barrios del sur de la ciudad, entre ellos Villa El Libertador, que sufren los permanentes colapsos de las redes cloacales, los efectos de las lluvias y los hundimientos por causa de las napas freáticas.

Y es en el marco de las desidias de viejo arrastre donde irrumpen algunas mezquindades de la política.

No es difícil inferir que los dichos de Siciliano tienen un destinatario: la anterior gestión en el municipio.

Rápido de reacción, un vocero del exintendente Ramón Mestre salió a cruzarlo con el argumento de que se trata de “otro intento por instalar un relato falaz”.

En medio de la controversia y de las maquinarias pesadas averiadas y casi con destino de chatarra (como constató este diario en una repartición ubicada en barrio Observatorio) están los vecinos que pagan altos tributos y que imploran que una lluvia opulenta no los tape de agua.

Fuente:
Las lluvias y las obras ausentes, 24 enero 2020, La Voz del Interior. Consultado 27 enero 2020.

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