sábado, 11 de enero de 2020

La política extractivista y su impacto socioambiental en Río Negro

Primera entrega de una serie de entrevistas acerca del impacto del fracking, el riesgo de la megaminería, la lucha socioambiental y las propuestas alternativas al modelo extractivista.

Primera entrega de una serie de entrevistas acerca del impacto del fracking, el riesgo de la megaminería, la lucha socioambiental y las propuestas alternativas al modelo extractivista

En esta oportunidad entrevistamos a Martín Guillermo Álvarez Mullally, integrante del Observatorio Petrolero Sur. En las próximas entregas publicaremos entrevistas realizadas a referentes de la lucha contra la megaminería y la izquierda.

¿Cómo queda configurado el mapa extractivista con los sucesos del último tiempo, la asunción de un nuevo gobierno, el triunfo de la lucha por el agua en Mendoza?

MGAM: No existe un proyecto que cambie estructuralmente el peso que tiene el extractivismo en la economía del país. En ese sentido, lo que vemos que cambia, con las últimas alternancias gubernamentales, es el destino de la renta. Estamos ante el debate al interior del Frente de Todos de dos intenciones; por un lado, la posibilidad de un retorno del extractivismo con un poco más de distribución de las ganancias y con una mirada del mercado interno. Por otro una lógica más neoliberal y con una clara idea exportadora con fines de captación de dólares. La nueva gestión mostrará, con las reformas próximas, cuál es el horizonte a seguir. La idea “de la crisis nos salvará Vaca Muerta con el fracking, el agronegocio con los granos y la minería” es hoy el eje central en la política económica del nuevo gobierno de Fernández.

El impulso minero fue el primer sector al que le quisieron dar señales de impulso de políticas beneficiosa. Buscan destrabar proyectos y golpear simbólicamente a los logros de las resistencias territoriales, como son la 7722 en Mendoza o 5001 en Chubut. La sociedad cuyana se volcó a las calles y nuevamente derrotó las intenciones de insertar la minería, mientras en la Patagonia comienzan a darse movilizaciones en contra de los retrocesos en materia de resguardo de bienes vitales como el agua. A partir de estas reacciones populares, las reformas y políticas para Vaca Muerta y el sector del agronegocio van a tomarse más tiempo, búsquedas de acuerdos más sólidos y con mayores sectores involucrados.

A la ansiedad extractivista, ya golpeada por la resistencia popular, se le suma un complejo contexto internacional donde el petróleo y el gas juegan su propio capítulo con una sobreproducción hidrocarburífera y los conflictos armados en Medio Oriente. En ese marco, la explotación de no convencionales en Argentina no llega a ser un proyecto ni de cabotaje al que solo es posible si es altamente subsidiado o con beneficios muy grandes.

La reforma construida por el gobierno de Fernández se encuentra bajo llaves a la espera de conseguir los consensos. Las empresas petroleras aumentan las presiones sobre una actualización del precio de los combustibles, esta situación se traslada a precios inmediatamente. Sin aumentos, sin reforma, las empresas no van a levantar equipos, lo que significa que también sean las provincias las que se sumen a presionar al gobierno nacional.

¿Qué riesgos socio ambientales y consecuencias estamos sufriendo en Río Negro debido al fracking?

MGAM: Hay una avanzada muy importante en materia de concesiones hidrocarburíferas en la provincia, un nuevo loteo con fines de exploración y explotación de no convencionales, eso lleva a un camino de posible enclave petrolero.

La renta petrolera tiene cada vez mayor representación en la economía provincial y lo hace de la mano de una actividad que tiene alto costo ambiental, social, cultural y económico y que, a su vez, depende de los precios internacionales que son condicionados por variables muy complejas -como una guerra o catástrofe -que le han dado alta volatilidad al sector. El fracking requiere de mucha mano de obra y muchas infraestructuras, ambas, en épocas de precios bajos, demandan mucha intervención de recursos del estado. Incluso el sector para ser competitivo exige una gran presencia de incentivos o subsidios provenientes del estado nacional.

¿Qué alternativas y propuestas de transición hacia otras formas de utilizar los recursos naturales se podrían llevar a cabo?

MGAM: Alternativas hay muchas, pero como todo requiere de políticas públicas y un plan de acción. El gobierno de la provincia ha elegido ir tras las posibilidades de renta inmediata, en este caso a través de concesiones hidrocarburíferas, incluso cabe destacar que se hizo un camino donde la apuesta del fracking fue la garantía para contraer una abultada deuda. Entonces hoy estamos ante estados endeudados y territorios fracturados, en el horizonte vemos que el sueño de la prosperidad productiva fue empeñado por la inmediatez de la renta fósil.

Está en ver si en la sociedad se comienzan a dar esos debates, en 2019 tras dos años de trabajo la Mesa Productiva y Energética de Río Negro -espacio que reúne a académicas/os de cinco universidades nacionales y sindicatos provinciales- publicó un documento con diagnósticos y propuestas, alternativas para sostener e impulsar una diversidad productiva de la mano de una transición justa, en donde los ejes de construcción soberana venga de la mano de una mirada de clasista, feminista, decolonial y no antropocentrista. Construir las bases de un mejor Río Negro es posible si se logra frenar la avanzada extractivista.

Fuente:
La política extractivista y su impacto socioambiental en Río Negro, 9 enero 2020, La Izquierda Diario. Consultado 11 enero 2020.

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