Los
argentinos debemos agradecer al pueblo mendocino por sostener un
"nunca más" que debe ser ejemplo.
por
Federico Kopta
La
derogación de la ley que iba a habilitar la megaminería en Mendoza
fue un hito en las luchas ambientales de Argentina. El pueblo
mendocino salió en defensa propia a las calles, a reclamar en forma
pacífica contra un modelo de desarrollo que se iba a realizar en
detrimento del agua y de las actividades productivas fundamentales de
esa provincia.
Y
esta conciencia activa ocupando el espacio público no sólo revirtió
una decisión provincial con el apoyo político de casi todos los
sectores, sino que también se enfrentó a las pretensiones del
Gobierno nacional de recaudar a costa de la salud de los pueblos y de
los ecosistemas.
Esto
no es menor, habida cuenta de que, si hubo una política de Estado en
el último cuarto de siglo, sean gobiernos neoliberales o de
izquierda, peronistas o no peronistas, ha sido la de promover la
megaminería en Argentina, actividad en manos de un pequeñísimo y
muy poderoso grupo de empresas a nivel mundial.
Ahora
es el turno de ayudar a defender a Chubut de la pretensión de
cambiar la ley que prohíbe la megaminería en esa provincia. Por
fortuna, ya tenemos la fortaleza de que el rechazo a esta forma de
minería con impactos descomunales se ha transformado en una causa
ambiental nacional, como nunca antes se ha visto en el país.
Por
esto, los argentinos debemos estar agradecidos al pueblo mendocino
por sostener un “Nunca más” que debe ser ejemplo en
Latinoamérica.
¿Y
las banderas del Partido Justicialista (PJ) en las causas
ambientales?
El
Partido Justicialista, a través de Hacemos por Córdoba, tiene la
hegemonía política en la provincia y en la inmensa mayoría de sus
localidades. Y es sin dudas una pregunta retórica: ¿hubo alguna
bandera del PJ en las marchas contra la megaminería realizadas en
Córdoba hace unas semanas? Evidentemente, no.
Nunca
las hay en las marchas ambientales. Y esto constituye una paradoja,
porque el PJ es un movimiento de raíz popular insoslayable en los
últimos 75 años, pero no comparte espacios ni reconoce la
existencia de una causa popular como es la defensa del medioambiente.
Claro
que el denominado ambientalismo tiene diferencias sustanciales, por
ejemplo no es vertical ni se basa en líderes. Sin embargo, ¿esto
resulta motivo suficiente para que desde el PJ habitualmente se
desdeñe a los colectivos de ciudadanos que esgrimen la defensa del
medioambiente?
Vale
analizar un caso reciente: la aprobación de la Ley de Buenas
Prácticas Agrícolas. Todo lo que diga buena práctica debería ser
bueno, pero no es así: esta ley escondió el deliberado objetivo de
cerrar cualquier discusión sobre la imperiosa necesidad de que
existan distancias de resguardo entre la aplicación de plaguicidas y
la planta urbana o escuelas rurales, a fin de que no se reste ni un
metro cuadrado al modelo de producción agrícola basado en
agrotóxicos.
Recordemos
que, según la ley de agroquímicos cordobesa, por vía terrestre se
pueden aplicar plaguicidas de clases tres y cuatro, como el
glifosato, hasta al lado de una escuela o barrio. Cualquier queja
ahora se resuelve entonces con apelar a que los productores deban
realizar buenas prácticas.
Mala
excusa para los habitantes de los pueblos de la zona productiva
agroindustrial, que con demasiada frecuencia deben respirar aire con
olor a plaguicidas. Y lo que entra por las vías respiratorias es
mucho más significativo que lo que comemos y bebemos: respiramos
13,5 kilos de aire por día, que se intercambian directamente con la
sangre en los pulmones, sin ningún filtro para estas sustancias. Eso
diezma la salud de los habitantes de la zona de producción sojera, y
nuestros gobernantes no pueden ignorarlo.
Por
eso, y ante el demorado tratamiento del Ordenamiento Territorial de
Bosques Nativos, sería fundamental que muchos dirigentes del PJ no
olviden en su gestión la estrofa “Por ese gran argentino/ que se
supo conquistar/ a la gran masa del pueblo/ combatiendo al capital”.
Sería
auspicioso que en la praxis crezca su empatía por los intereses del
medioambiente, de los que el propio Juan Domingo Perón fue pionero
en su “Mensaje ambiental a los pueblos y gobiernos del mundo” de
1972.
Federico Kopta es biólogo, presidente del Foro Ambiental Córdoba
Fuente:
Federico Kopta, La megaminería y el Partido Justicialista, 13 enero 2020, La Voz del Interior. Consultado 13 enero 2020.
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