lunes, 13 de enero de 2020

La megaminería y el Partido Justicialista

Los argentinos debemos agradecer al pueblo mendocino por sostener un "nunca más" que debe ser ejemplo.

por Federico Kopta

La derogación de la ley que iba a habilitar la megaminería en Mendoza fue un hito en las luchas ambientales de Argentina. El pueblo mendocino salió en defensa propia a las calles, a reclamar en forma pacífica contra un modelo de desarrollo que se iba a realizar en detrimento del agua y de las actividades productivas fundamentales de esa provincia.

Y esta conciencia activa ocupando el espacio público no sólo revirtió una decisión provincial con el apoyo político de casi todos los sectores, sino que también se enfrentó a las pretensiones del Gobierno nacional de recaudar a costa de la salud de los pueblos y de los ecosistemas.

Esto no es menor, habida cuenta de que, si hubo una política de Estado en el último cuarto de siglo, sean gobiernos neoliberales o de izquierda, peronistas o no peronistas, ha sido la de promover la megaminería en Argentina, actividad en manos de un pequeñísimo y muy poderoso grupo de empresas a nivel mundial.

Ahora es el turno de ayudar a defender a Chubut de la pretensión de cambiar la ley que prohíbe la megaminería en esa provincia. Por fortuna, ya tenemos la fortaleza de que el rechazo a esta forma de minería con impactos descomunales se ha transformado en una causa ambiental nacional, como nunca antes se ha visto en el país.

Por esto, los argentinos debemos estar agradecidos al pueblo mendocino por sostener un “Nunca más” que debe ser ejemplo en Latinoamérica.

¿Y las banderas del Partido Justicialista (PJ) en las causas ambientales?

El Partido Justicialista, a través de Hacemos por Córdoba, tiene la hegemonía política en la provincia y en la inmensa mayoría de sus localidades. Y es sin dudas una pregunta retórica: ¿hubo alguna bandera del PJ en las marchas contra la megaminería realizadas en Córdoba hace unas semanas? Evidentemente, no.

Nunca las hay en las marchas ambientales. Y esto constituye una paradoja, porque el PJ es un movimiento de raíz popular insoslayable en los últimos 75 años, pero no comparte espacios ni reconoce la existencia de una causa popular como es la defensa del medioambiente.

Claro que el denominado ambientalismo tiene diferencias sustanciales, por ejemplo no es vertical ni se basa en líderes. Sin embargo, ¿esto resulta motivo suficiente para que desde el PJ habitualmente se desdeñe a los colectivos de ciudadanos que esgrimen la defensa del medioambiente?

Vale analizar un caso reciente: la aprobación de la Ley de Buenas Prácticas Agrícolas. Todo lo que diga buena práctica debería ser bueno, pero no es así: esta ley escondió el deliberado objetivo de cerrar cualquier discusión sobre la imperiosa necesidad de que existan distancias de resguardo entre la aplicación de plaguicidas y la planta urbana o escuelas rurales, a fin de que no se reste ni un metro cuadrado al modelo de producción agrícola basado en agrotóxicos.

Recordemos que, según la ley de agroquímicos cordobesa, por vía terrestre se pueden aplicar plaguicidas de clases tres y cuatro, como el glifosato, hasta al lado de una escuela o barrio. Cualquier queja ahora se resuelve entonces con apelar a que los productores deban realizar buenas prácticas.

Mala excusa para los habitantes de los pueblos de la zona productiva agroindustrial, que con demasiada frecuencia deben respirar aire con olor a plaguicidas. Y lo que entra por las vías respiratorias es mucho más significativo que lo que comemos y bebemos: respiramos 13,5 kilos de aire por día, que se intercambian directamente con la sangre en los pulmones, sin ningún filtro para estas sustancias. Eso diezma la salud de los habitantes de la zona de producción sojera, y nuestros gobernantes no pueden ignorarlo.

Por eso, y ante el demorado tratamiento del Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos, sería fundamental que muchos dirigentes del PJ no olviden en su gestión la estrofa “Por ese gran argentino/ que se supo conquistar/ a la gran masa del pueblo/ combatiendo al capital”.

Sería auspicioso que en la praxis crezca su empatía por los intereses del medioambiente, de los que el propio Juan Domingo Perón fue pionero en su “Mensaje ambiental a los pueblos y gobiernos del mundo” de 1972.
Federico Kopta es biólogo, presidente del Foro Ambiental Córdoba
Fuente:
Federico Kopta, La megaminería y el Partido Justicialista, 13 enero 2020, La Voz del Interior. Consultado 13 enero 2020.

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