El
pueblo de Mendoza logró torcerle el brazo al gobernador Rodolfo
Suárez, quien tuvo que dar marcha atrás con la Ley 9209, que
facilitaba la explotación minera en la provincia al modificar la
7722. Miles de personas salieron a las calles, en «defensa del agua»
y en contra de la megaminería. Una de las organizaciones más
activas es la Asamblea Popular del Agua, que dejó en los últimos
días -incluso antes de la derogación de la norma- de una serie de
señales a los reclamos pampeanos: pidió la «restitución» del
agua del río Atuel para el oeste de La Pampa y reclamó un «trato
justo» en los acuerdos entre ambas provincias.
En
uno de los documentos se alerta que los proyectos mineros en Malargüe
pondrán en riesgo al oeste pampeano. «Los proyectos mineros en
Malargüe comprometerían no sólo a ese departamento, sino también
a San Rafael, General Alvear y las provincias de La Pampa, Río Negro
y el extremo sur de Buenos Aires. Ningún territorio debe ser zona de
sacrificio», alertó la asamblea.
«Respecto
de las cuencas hidrográficas, también reclamamos la restitución de
caudales del río Mendoza para las lagunas de Huanacache, y que se
llegue a concretar acuerdos justos con los hermanos de La Pampa«,
dijo.
“Estamos
dispuestos a dialogar con el gobierno, pero sobre estos proyectos y
sobre emergencia climática, energías renovables, prácticas
agroecológicas y devolución de cauces privados, restitución del
agua a Huanacache y a La Pampa. Queremos una política ambiental
seria”, dijeron en otro documento.
Uno
de esos documentos, donde se menciona a La Pampa es el siguiente:
En
las últimas semanas vivimos acontecimientos históricos para
Mendoza, debido a que se pretendió modificar la Ley 7722 vaciándola
de su esencia, mediante un acuerdo entre las cúpulas de la UCR
-tanto del gobierno saliente de Alfredo Cornejo como el entrante de
Rodolfo Suárez- y la del PJ. Creyeron que podrían tocar impunemente
nuestra ley Guardiana del Agua, esa que el pueblo autoconvocado parió
en 2007, que debimos defender muchas veces en estos 12 años, y que a
la vez nos parió a muchas y muchos de nosotros como seres políticos,
como seres del Agua. Apenas sancionada, la 7722 fue atacada por 12
pedidos de inconstitucionalidad, hasta que recién en 2015 la Suprema
Corte mendocina ratificó su plena constitucionalidad, luego de
semanas de movilizaciones, charlas en escuelas y barrios, y de un
acampe de cuatro días ante el Poder Judicial, acompañado por miles
de mendocinos.
Varios
legisladores intentaron también modificarla, antes de que hace sólo
20 días y a horas de haber asumido, el gobernador Rodolfo Suárez
enviara a la Legislatura su proyecto de ley, que llegó a ser
sancionado, pero tuvo una vida de efímeros 10 días. Jamás pensó
que con ello desencadenaría tamaña respuesta popular y ciudadana a
quienes, actuando como casta política, no saben ni quieren gobernar
escuchando y obedeciendo al pueblo, sino a poderosos intereses
empresarios ávidos de grandes ganancias, sin que les importe hacerlo
a costa del Agua y demás Bienes Comunes de todxs lxs mendocinxs.
Pero las movilizaciones masivas en toda Mendoza, día tras día, han
dicho con voz muy potente que los proyectos extractivistas no tienen
licencia social. Finalmente, la lucha del pueblo organizado obligó a
revertir la decisión del gobierno de Suárez y de 65 legisladores y
legisladoras que actuaron a espaldas del pueblo, incluyendo de sus
propias bases militantes partidarias, que antes y después repudiaron
ese atropello. Fue el pueblo consciente y movilizado en plazas,
calles y rutas quien logró la derogación de la 9209.
Defender
la 7722 ha sido otra batalla contra el modelo extractivista, que
intenta perpetuarse en el fracking, las fumigaciones, los intentos de
modificar regresivamente las leyes de glaciares y de aguas, y otras
formas de contaminación y despojo de los bienes comunes. Seguiremos
respondiendo a todo ello, de ser necesario con desobediencia civil al
Código Contravencional instaurado por la política autoritaria de
Cornejo, y que Suárez ya continúa y profundiza, con vallados y
represión policial de una magnitud sin precedentes desde 1983. Pero
a pesar de ello, consciente de lo que estaba en juego, en toda
Mendoza el pueblo colmó como nunca las calles, rutas y plazas con
acampes, cortes, movilizaciones masivas, celebraciones, gritando que
la Ley 7722 NO se toca y que el agua de Mendoza NO se negocia, y
diciendo a la vez implícitamente, NO al Código Contravencional.
Exigimos el cese de la criminalización y judicialización de la
protesta, y el sobreseimiento de todas las personas imputadas y
procesadas por luchar en defensa de sus legítimos derechos, entre
ellos a un ambiente sano.
Como
parte del pueblo mendocino, estos días de lucha unieron a AMPAP con
la Coordinadora por el Agua. AMPAP es la sigla de las Asambleas
Mendocinas Por el Agua Pura, que existen en casi todos los
departamentos de la provincia, incluido Malargüe. Cada una de ellas
hace tiempo viene trabajando en su territorio, algunas incluso 15
años. Hemos construido lazos, organizando desde abajo… a veces
siendo pocos, otras un vendaval, pero siempre con la constancia de
saber que estas son luchas largas, y con la convicción y confianza
en que somos parte del pueblo autoconvocado. Las asambleas son
abiertas para todas las personas que sientan que el cuidado del agua
es parte sustancial del ser humano. Nuestra fuerza, aún en los
momentos más difíciles, fue, además de estar organizados, el
reconocer que no hay líderes, ni cabecillas. En nuestras reuniones
todas las voces son escuchadas y tenidas en cuenta para la toma de
decisiones, que siempre buscamos sean por consenso.
Por
supuesto, la defensa del Agua contra el extractivismo excede
ampliamente a AMPAP, y compromete a todos los mendocinos. Por eso, un
amplio conjunto de organizaciones sociales de raigambre popular y de
sindicatos comprometidos, se agrupó en la Coordinadora por el Agua y
los Bienes Comunes, brindando un indispensable y clave apoyo a esta
lucha, que involucra no sólo a un sector del pueblo, sino a todos. Y
así como la Coordinadora se sumó a esta defensa de la ley 7722,
también muchos asambleístas apoyamos activamente las luchas de
diversas organizaciones populares y sus trabajadores. Entre ellas,
hacia afuera pero también hacia adentro, las de mujeres y jóvenes
por sus derechos, pues denunciamos la violencia patriarcal del modelo
extractivista. Celebramos entonces la gran participación de pueblos
originarios, comunidades inmigrantes y jóvenes, que defienden el
agua pura, cada vez más escasa, cada vez más presente en sus
reivindicaciones y esperanzas.
Nos
sabemos agua y amamos la cordillera. Por eso exigimos la conservación
intacta de nuestras montañas, que en sus vertientes albergan
glaciares, nieves, fauna, flora, veranadas, y son, todavía y pese a
la historia oficial, hogar de nuestros hermanos originarios y
puesteros. Por esta razón, además de exigir la anulación de la ley
9209, reiteramos a los legisladores nuestro reclamo de que traten y
sancionen con urgencia el proyecto de ley que crea el Área Natural
Protegida Uspallata-Polvaredas, con el texto original del expte.
65.858/2014-D. Ese marco legal nos aseguraría que toda la cuenca del
río Mendoza aguas arriba de Potrerillos esté protegida. Y con igual
énfasis exigimos el retiro de todos los proyectos de modificación
de la ley 7722, presentados por Antonio Agulles, Alejandro Abraham y
Silvina Camiolo del PJ en 2018, y Martínez Guerra del PI este año,
y al municipio de Las Heras que restituya la Ordenanza Ambiental
Minera 12/16.
También
reclamamos una vez más a la Legislatura que trate y sancione el
proyecto de ley presentado hace ya 19 meses por el diputado Gustavo
Majstruk, expte. 74.339, para declarar a Mendoza Libre de Fracking, y
que fue apoyado por más de 100.000 firmas. Exigimos asimismo al
gobierno provincial y a los departamentales, que respeten y cumplan
las ordenanzas municipales ya sancionadas en ese mismo sentido, como
la 008/13 de Tupungato.
Los
impactos del cambio ambiental global sobre nuestro territorio, la
emergencia hídrica sin precedentes que estamos padeciendo, son
realidades insoslayables ante las cuales el Estado debe comprometerse
con políticas y acciones concretas e impostergables, incompatibles
con un modelo extractivista. Por ello, estamos dispuestos al diálogo
para debatir, pero abierta y públicamente, sobre estas urgencias,
sobre áreas protegidas, sobre una firme transición hacia energías
limpias y una Mendoza libre de fracking, sobre prácticas
agroecológicas, devolución de cauces privatizados, autonomía de
los pueblos originarios y cumplimiento absoluto de la ley 7722.
Podemos dialogar, pero no con funcionarios como Emilio Guiñazú,
Humberto Mingorance o Miriam Skalany que en diversas ocasiones nos
han denigrado, manipulado, insultado y hasta acusado de hacer
terrorismo. Considerando que su desempeño no ha sido acorde con sus
cargos, pedimos que renuncien como responsables políticos.
Muchos
políticos y medios se han cansado de decir que sólo el Valle de Uco
y General Alvear resisten a la megaminería. Luego de la
proliferación de expresiones durante estas semanas, deberían
reconocer de una vez que en toda la provincia, incluido en el
Malargüe tan silenciado, hay oposición al extractivismo. El pueblo
de Malargüe lucha por el agua pura, no se doblega ante las mentiras
y manejos de la cámara de comercio y del municipio. Desde AMPAP y la
Coordinadora repudiamos todo tipo de amenazas que compañeras y
compañeros malargüinos hayan recibido.
Apoyamos
a los cientos de investigadores y docentes universitarios mendocinos,
cuyas voces de alerta ante los proyectos de modificar la ley 7722 no
fueron debidamente escuchadas. Acompañamos sus propuestas para
generar empleo y superar la pobreza mediante actividades económicas
mucho más amigables con el ambiente que la megaminería, y con mucho
mayores beneficios para la sociedad. Exigimos al Estado mendocino que
no ate su política a las intenciones e intereses de las
transnacionales mineras, y que políticos y medios dejen de mentir
que para pagar la colosal deuda externa contraída por el gobierno
anterior, o las necesarias inversiones en mejoras del sistema de
riego, sería deseable o necesario contar con hipotéticas regalías
mineras futuras. Estas no sólo serían comparativamente irrisorias,
sino que implicarían riesgos y costos ambientales inaceptables para
la sociedad mendocina. En lugar de ver a estos políticos tan
sensibles al lobby minero y afectos a las rencillas politiqueras, nos
gustaría que asumieran una lucha conjunta para lograr una nueva
coparticipación federal, que revierta la enorme inequidad que padece
Mendoza en términos de fondos transferidos por habitante. La
Constitución Nacional manda a dictar esa ley, y su aplicación
podría implicar para Mendoza recursos 100 veces mayores que las
regalías de un proyecto megaminero como San Jorge.
A
propósito del proyecto San Jorge… La gran alerta que hoy debemos
compartir. En su fluir natural, el agua no conoce de divisiones
políticas, límites administrativos, zonificaciones o
departamentalizaciones. Por eso, si se concretara en el valle de
Uspallata el proyecto San Jorge, que la empresa volvió a presentar
la semana pasada y el gobierno provincial ya está evaluando, pondría
en altísimo riesgo a toda la cuenca del río Mendoza aguas abajo.
Por tal motivo, hace ya 11 años que el pueblo mendocino le viene
negando la licencia social, y ahora exigimos al gobierno provincial
su urgente rechazo, y al municipal lasherino las necesarias
correcciones al Plan Municipal de Ordenamiento Territorial. Por otra
parte, los proyectos mineros en Malargüe comprometerían no sólo a
ese departamento, sino también a San Rafael, General Alvear y las
provincias de La Pampa, Río Negro y el extremo sur de Buenos Aires.
Ningún territorio debe ser zona de sacrificio.
Respecto
de las cuencas hidrográficas, también reclamamos la restitución de
caudales del río Mendoza para las lagunas de Huanacache, y que se
llegue a concretar acuerdos justos con los hermanos de La Pampa.
Exigimos el acceso al agua potable y su democratización para todos
los barrios populares de la provincia y las comunidades del secano
lavallino. Y decimos un rotundo NO al tarifazo del agua y demás
servicios esenciales.
Promovemos
la libre información a través de los medios de comunicación
verdaderamente independientes, entre ellos los integrados en el
Colectivo de Medios Comunitarios de Cuyo, a quienes agradecemos
especialmente su total apoyo y participación en estas jornadas. Y a
la vez denunciamos que a través de las principales radios, canales
de televisión y diarios impresos y digitales, los grandes capitales
mineros desarrollaron una feroz campaña para promover sus intereses,
en la que “periodistas estrella” repitieron hasta el cansancio
las mismas falaces y mentirosas promesas de siempre, y junto con
muchos políticos estigmatizaron nuestras luchas.
En
fin, no por último menos importante sino todo lo contrario. Nuestra
lucha se hermana con la que el pueblo de Chubut viene dando, en estos
mismos días, defendiendo su ley 5001, la hermana mayor de nuestra
7722 y de todas las leyes del mismo tipo en Argentina. Esquel marcó
el rumbo en 2003 mediante un plebiscito y dijo a la Meridian Gold un
rotundo NO es NO. El mismo que luego en todo el país fuimos
repitiendo a cada megaminera, y esperamos que hoy haya quedado claro
de una vez por todas, en esta Mendoza que NO les da licencia social.
Las
mendocinas y los mendocinos somos el agua del río, que en estos
últimos días, rebalsó su cauce. Somos aire, somos tierra y somos
el fuego que cambió esta historia.
La
7722 no se toca
El
agua de Mendoza no se negocia
Sí
al Área Protegida Uspallata-Polvaredas
Mendoza
Libre de Fracking
Soberanía
Alimentaria
AMPAP
+ Coordinadora por el agua y los bienes comunes
Mendoza
- 30 de diciembre de 2019
Fuente:
Asamblea del Agua de Mendoza pidió «restituir» el Atuel a La Pampa, 2 enero 2020, Diario Textual.
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