Fotografías oficiales de la Fuerza Aérea de Estados Unidos facilitadas por el veterano Victor Skaar, que participó en las tareas de limpieza en Palomares. |
1.600
militares participaron en las labores de limpieza, una amplia mayoría
parte admite haber desarrollado enfermedades.
por
Rafael Espino
El
Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos acaba de dictaminar que los
veteranos que han desarrollado enfermedades tras estar expuestos a la
radiación ionizante mientras limpiaban el desastres tras la caída
de cuatro bombas nucleares en Palomares (Cuevas de Almanzora, 1966)
tienen todo el derecho que les otorga su estado para demandar por
beneficios por discapacidad por sus enfermedades. Previamente, y
durante las últimas décadas, a todos ellos se les negaron los
beneficios por discapacidad.
La
demanda ha sido colectiva y encabezada por el veterano Víctor Skaar,
un sargento jefe de la Fuerza Aérea retirado que participó en la
limpieza. Skaar desarrolló leucemia y entiende que está relacionada
con la exposición a la radiación. En su momento, le dijeron que su
nivel de exposición estaba uy por debajo del nivel requerido para
causar una discapacidad y la Junta de Apelaciones de Veteranos negó
su reclamo.
“Estoy
feliz de que la resolución del tribunal signifique que puedo seguir
luchando por el reconocimiento junto a mis compañeros veteranos de
Palomares, muchos de los cuales están demasiado enfermos para luchar
solos. He estado luchando en esta batalla desde que tenía 45 años y
espero que la decisión del tribunal finalmente me permita, a la edad
de 83 años, recibir beneficios por mis numerosas enfermedades
relacionadas con la radiación, incluido el cáncer”, explica
Skaar.
Es
la primera vez que el tribunal de reclamos de veteranos certifica una
demanda colectiva de una apelación directa del sistema de beneficios.
El
senador Richard Blumenthal, del Partido Demócrata, también miembro
de los Comités de Asuntos Armados y Asuntos de Veteranos del Senado
y el principal impulsor de la propuesta Ley de Veteranos de Palomares
de 2019 explica que “el desastre nuclear de Palomares -uno de el
más grande de la historia- causó un sufrimiento y dolor
incalculables a los hombres y mujeres en uniforme enviados a la
limpieza (un total de 1.600). Esta decisión representa un paso más
en la lucha para brindar a estos veteranos y sus familias la atención
médica y los beneficios que se merecen. Elogio los diligentes
esfuerzos de la Clínica de Servicios Legales de Veteranos de Yale en
este litigio y continuaré abogando por la aprobación de la Ley de
Veteranos de Palomares, proporcionando a los veteranos la presunción
legal de que sus enfermedades y enfermedades son causadas por su
exposición a la radiación en Palomares. Si bien nunca podremos
deshacer las décadas de injusticia que estos veteranos han
soportado, podemos hacer lo correcto con los sobrevivientes restantes
al garantizarles una atención médica completa y una compensación”,
argumenta.
Decenas
de soldados estadounidenses que viajaron hasta Palomares han sido
diagnosticaron de cáncer. En un detallado reportaje, el diario New
York Times identificó a 41 hombres que trabajaron en la zona, de
ellos, 21 tenían la enfermedad a causa de los altos niveles de
plutonio a los que se expusieron. En 1966, acudieron a la zona para
‘limpiar’ la tierra contaminada por las bombas nucleares que
cayeron tras la colisión de un avión cisterna y un bombardero
estratégico norteamericanos. No estaban activadas, pero dejaron un
rastro de radiactividad que se ha extendido hasta la actualidad.
En
aquella época, el ejército norteamericano tenía vía libre para
realizar todo tipo de ejercicios sobre el espacio aéreo español.
Años después, el Congreso de los Estados Unidos aprobó una serie
de leyes con el objetivo de otorgar beneficios a los veteranos que
fueron expuestos en determinadas situaciones o conflictos, como la
Guerra de Vietnam o las pruebas atómicas en Nevada. Sin embargo,
esta legislación no era aplicable a los soldados que limpiaron
Palomares. Los veteranos sostienen que pasaron meses trabajando entre
polvo tóxico con apenas una vestimenta de algodón.
En
2017, los supervivientes trataron de obtener cobertura de atención
médica completa y la compensación por discapacidad del Departamento
de Asuntos de Veteranos. Pero el departamento se basaba en los
registros de la Fuerza Aérea estadounidense, y dado que los archivos
dictaminaban que nadie resultó afectado en Palomares, el organismo
rechaza las afirmaciones. La causa ha resurgido con fuerza, ahora con
más apoyo. Con el respaldo de la Facultad de Derecho de Yale y de
militares retirados, el oficial de la Fuerza Aérea Víctor B. Skaar
ha solicitado al tribunal federal de apelaciones la presentación de
una demanda colectiva contra el Departamento de Asuntos de Veteranos
de Estados Unidos para conseguir una indemnización.
“No
se habló sobre la radiación o el plutonio o cualquier otra cosa”,
explica Frank B. Thompson, un trombonista de 22 años, que pasó días
buscando campos contaminados sin equipo de protección o incluso sin
ningún cambio de ropa. “Nos dijeron que era seguro, y que eran lo
suficientemente tonto, supongo, creer en ellos”. El testimonio está
publicado íntegramente en el reportaje que el diario norteamericano
New York Times.
La
primera y única descontaminación de Palomares fue una tapadera. De
los nueve kilogramos de plutonio que cayeron sobre la pedanía de
Cuevas del Almanzora, los norteamericanos apenas se llevaron 270
gramos, eso sí, repartidos en un total de 4.810 barriles. De estos,
4.808 fueron enterrados en un cementerio nuclear estadounidense y dos
se enviaron a laboratorios de Los Álamos, en Nuevo México, para que
se examinada su contenido.Tras una semana sin que la zona fuera
protegida, los norteamericanos fingieron una especie de limpieza con
la no llegaron a retirar ni un kilogramo de material radiactivo
dejando el resto allí.
El
caso Palomares está aún por descubrirse. Las mentiras y el
secretismo se llevan la mayor parte de la información de lo que pudo
ser una tragedia de terribles consecuencias, pues, hasta que en la
Segunda Guerra Mundial no se hizo uso de armas nucleares en Japón,
este había sido el mayor desastre nuclear hasta el momento.
En
España, mientras tanto, el caso sigue siendo secreto de Estado, hay
guardias civiles que han intentado demostrar que sus enfermedades
proceden de aquella limpieza sin haber obtenido éxito alguno en sus
pretensiones. Es más, hace escasos días, La Comisión Europea (CE)
consideraba que España ha realizado una “puesta en práctica
efectiva” en la pedanía de Palomares en Cuevas del Almanzora y
valora de positivo “todas las recomendaciones” que se hicieron
hace nueve años “excepto la rehabilitación del terreno”,
pendiente de la celebración de un acuerdo vinculante con Estados
Unidos. Asimismo la CE considera que los “niveles de contaminación
con plutonio” del “aire, el agua, el suelo y los productos
agrícolas” son “aceptables”.
Así
se desprende de las conclusiones iniciales alcanzadas por los
integrantes de la misión de verificación que cursó visita a la
zona en el mes de junio para comprobar ‘in situ’ si se habían
puesto en práctica las recomendaciones que Bruselas efectuó en 2010
tras otra misión y para “una adecuada gestión y limpieza” del
área de 40 hectáreas bajo vigilancia radiológica.
Fuente:
Rafael Espino, Palomares: La justicia de EEUU da la razón a sus soldados para reclamar indemnizaciones, 13 diciembre 2019, El Diario de Almería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario