sábado, 14 de diciembre de 2019

Nicole Becker, la Greta Thunberg argentina: “Vaca Muerta es una deuda ambiental que no va a poder pagar nadie de mi generación”

Cumbre del Clima. Tiene 18 años y fundó su propio movimiento por el clima. “Clarín” la entrevistó en Madrid, donde habló sobre el rol protagónico de los jóvenes en defensa del planeta.

por Marina Artusa

Son el grito más visceral que clama por el planeta en esta Cumbre por el Clima de las Naciones Unidas que está por terminar aquí, en Madrid. Y aunque no participan en las negociaciones entre los países que han firmado el Acuerdo de París en 2015 para que la temperatura media de la Tierra no siga aumentando, los jóvenes han capitalizado la demanda más humana, más despojada, la más desesperante: “No tenemos un planeta B”.

Han impulsado, junto a otras organizaciones ambientalistas, la marcha por el clima que el viernes 6 de diciembre reunió a miles de personas que desbordaron las calles de Madrid a lo largo de cinco kilómetros y voces autorizadas como la de Laurence Tubiana, arquitecta clave del histórico Acuerdo de París y directora de la European Climate Foundation (Fundación Europea del Clima), los considera una pieza clave para lograr una acción climática con la urgencia que la situación actual requiere: “La mejor noticia es la demanda clara de los jóvenes -le dijo Tubiana a Clarín-. Debemos integrarlos en el diseño de políticas. Los jóvenes deben encontrar un lugar más allá de organizar marchas por las calles”.

El poder y el impacto de la preocupación de los jóvenes por el ambiente encarnó en la voz aniñada de Greta Thunberg, la adolescente sueca de 16 años que, con sus huelgas de los viernes por el clima, evangeliza a su generación y sensibiliza a las demás.

La revista Time la acaba de nombrar personaje del año y su llegada a esta cumbre, luego de atravesar el Atlántico a vela durante una veintena de días, fue el evento más esperado.

Una aplicación online permitía seguir el recorrido del catamarán que la transportaba y la agenda de esta COP25, como llaman a esta XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, se inquieta cada vez que Greta se presenta, sin previo aviso, para participar en alguno de los eventos de la Cumbre Social que se celebra en paralelo a las reuniones políticas.

Nicole Becker

Greta estuvo con Nicole Becker, la argentina de 18 años que en febrero de este año fundó con otros chicos argentinos Jóvenes por el Clima y que vino a Madrid a participar la COP25 becada por el Banco Internacional de Desarrollo.

En Madrid, Nicole asistió también a una reunión con Michele Bachelet, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Juntas grabaron un video que Nicole subió a sus redes sociales: “Porque la crisis climática es un asunto de derechos humanos”, dice Nicole ante la cámara. “Efectivamente, la crisis climática puede ser la peor amenaza para los derechos humanos de la Humanidad”, agrega Bachelet, a su lado, en la filmación.


Es importante que los jóvenes vengamos a esta cumbre. Nadie me presiona respecto de lo que tengo que decir. Y por eso es importante mi rol acá -dice Nicole a Clarín-. En cada espacio al que voy, puedo decir lo que pienso realmente de Argentina, lo que espero de Argentina. No creo que lo que se diga en las negociaciones cambie la aguja, porque eso después hay que traducirlo a las políticas nacionales pero sí creo que la COP es un espacio importante en el que el tema ambiental se visibiliza. Yo no tengo una voz en la negociación pero sí puedo buscar un espacio de representación latinoamericana para que el movimiento de jóvenes tenga también nuestra perspectiva.”

- ¿En qué se diferencia la vivencia de la crisis ambiental para los jóvenes latinoamericanos de la que enfrentan, por ejemplo, los chicos europeos como Greta?

- La crisis socio-ambiental afecta primero a los sectores más vulnerables y no hay comparación en la pobreza que hay en Argentina y otros países de Latinoamérica. O lo que pasa en Chile, donde uno no puede salir a manifestarse y en Alemania los felicitan a los jóvenes por hacerlo. Son contextos muy distintos y que afectan de manera distinta.

- ¿Greta es una moda?

- No sé si es una moda. Sí creo que se generó un personalismo muy fuerte que ayudó a crecer a la causa, pero también es muy peligroso, entre comillas, porque un movimiento no es una persona. Greta es una inspiración. Es alguien que dice las cosas que tiene que decir, pero su contexto es el de una niña de Europa que tiene sus recursos y tiene su lugar de privilegio.

- Su discurso ambientalista es razonable pero no resulta revelador. ¿Por qué impacta tanto?

- Porque empezó a hablar sin importarle qué le iba a parecer a ciertos líderes. Si bien no dice nada revelador, dice cosas que rompen con esos intereses. Creo que se dio en un contexto en el que se empezó a crear este movimiento juvenil alrededor del mundo y ella tenía una historia muy interesante para contar. Es una chica de 16 años que empezó a faltar los viernes a la escuela porque tenía y tiene algo para decir: lo que los científicos vienen diciendo desde hace 30 años pero que nadie escuchó. Es una realidad que a los jóvenes nos escuchan más. Y ahí le cayó la responsabilidad de ser la portavoz de un mensaje que ya se venía diciendo pero que nadie escuchaba.

- ¿Por qué te parece que los jóvenes lograron ocupar un espacio y llamar la atención con tanta fuerza?

- Me parece que la juventud está resignificando el ser ecologista y está entendiendo que ese ecologismo es parte de los problemas sociales. La crisis climática aumenta las desigualdades que ya hay. La juventud se caracterizó por abrazar banderas sociales y hoy entiende este problema como un problema socio-ambiental. Y consideramos que los más damnificados somos nosotros mismos. Por otro lado, a mí me da miedo. Es nuestro propio futuro el que está juego. No sé qué va a ser de mi vida en 40 años porque ni siquiera sé cómo va a estar el planeta, cuáles van a ser los recursos en 40 años. No sé si voy a tener la oportunidad de usar los recursos como se usan hoy en día y yo sé que soy una chica privilegiada. Desde febrero dedico mi vida a esto porque hay algo que me da miedo. Y ese miedo lo transformo en acciones.

Desde febrero, Nicole, que terminó el CBC y piensa seguir estudiando Derecho, y el resto de los Jóvenes por el Clima se reúnen los domingos en un centro cultural o en parques y plazas. Durante meses se dieron cita en el Congreso para hablar con los diputados que debían discutir la ley de de cambio climático que finalmente se aprobó el 20 de noviembre.

Fue gracias al movimiento socio-ambiental juvenil -dice Nicole-. Llamamos todos los días a todos los diputados, fuimos todos los días al Congreso, hablamos en la Cámara, estuvimos en el recinto en el momento en el que se aprobó. Si no era por nosotros, no se aprobaba esa ley. A nadie le importaba. A partir de eso estamos acá. Nos contactaron para ver cómo fue la incidencia juvenil en el Congreso en Argentina.” “Hola, soy Nicole, de Jóvenes por el Clima, y necesito que apruebes esta ley por esto, esto y esto”, era su presentación ante los legisladores.

- ¿Qué era esto, esto y esto?

- Que me queda muy poco tiempo, que estoy preocupada, que mi futuro está en juego. Además esta ley implicaba que haya un gabinete que trate el tema y que haya un grupo asesor integrado por representantes desde jóvenes a pueblos originarios que sean escuchados a la hora de gestionar políticas públicas.

- ¿Qué aportan los jóvenes como vos a esta COP?

- La mirada social y, sobre todo, no tener ninguna mochila. No trabajo para nadie, no represento a nadie, nadie me dice lo que tengo que decir y eso me da mucha libertad. Y esa libertad me parece que no la tiene casi ningún movimiento.

- ¿Cuál es tu mensaje menos políticamente correcto, el más incómodo de escuchar?

- Decir que el proyecto de país, se vio en el debate presidencial para las elecciones de octubre, sigue siendo Vaca Muerta, que es una deuda ambiental que no va a poder pagar absolutamente nadie de mi generación. Y ni siquiera es tan cierto que nos va a dar tanta plata por tantos años. Venir acá y decir que el compromiso de llegar a 2050 sin emisiones contaminantes es un poco mentira teniendo en cuenta que el proyecto de país va a seguir siendo éste.

- Argentina no es, sin embargo, de los países más contaminantes. ¿Esto es un atenuante o no?

- Hay que entender el contexto. No es comparable la Argentina con Estados Unidos pero creo que Argentina tiene que tomar medidas urgentes y no sólo en mitigación, que es lo que tiene que ver con reducir las emisiones de estos gases contaminantes, sino también con las políticas publicas que adopte y en cómo van a afectar a la población estos impactos de la crisis climática.

Madrid, corresponsal

Fuente:
Marina Artusa, Nicole Becker, la Greta Thunberg argentina: “Vaca Muerta es una deuda ambiental que no va a poder pagar nadie de mi generación”, 13 diciembre 2019, Clarín.

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