Desde
la llegada del fracking a la provincia Allen comenzó su drama: “Sólo
trajo dolor. Crecieron las enfermedades y la desocupación, en
especial, de las mujeres”, denuncian.
por
Sabrina Pozzi
Desde
la llegada del fracking a la provincia, de la mano de la explotación
de Vaca Muerta, Allen comenzó su drama de ser conocida como la
capital nacional de las peras y las manzanas al yacimiento de gas y
petróleo no convencional más importante de la provincia. Según el
Observatorio Petrolero Sur y la Asamblea Permanente del Comahue por
el Agua de Allen, el sector productivo está muy perjudicado y la
contaminación de la tierra, el aire y el agua empeora, en primer
lugar, la calidad de vida de las personas más humildes. Además,
resaltaron que las empresas trasnacionales buscan callar las voces de
los afectados, pero la lucha continúa.
“Las
frutas cumplen con la calidad de los estándares internacionales,
pero la tendencia es que la situación empeore”, sostuvo Martín
Álvarez Mullally, investigador del OPSur. El territorio está
atravesado por una competencia extractiva entre el fracking y la
fruticultura. Las tierras productivas son cada vez menos y la mayoría
de ellas les pertenece a multinacionales que en este último tiempo
tuvieron “una concentración acelerada y rápida”. “El 85 % de
los pequeños productores sólo posee el 15 % de la tierra. Hay una
asimetría de desigualdad. El Estado está ausente, no direcciona
políticas públicas para los sectores productivos. Las empresas
integradas son las beneficiadas”.
En
la investigación Más allá de la renta petrolera: propuesta para la
diversificación productiva y la democratización energética que
realizó el Observatorio Petrolero Sur para proponer una transición
justa, se describe a la Estación Fernández Oro (EFO) como la
“estrella del fracking” en Río Negro. Ocupa una superficie de
192 km² e incluye Allen y Fernández Oro. En el informe, se detalla
que en 2018 la EFO concentró el 93,5 % de la obtención de tight gas
en la provincia.
Ahora
hay alrededor de 180 pozos de fracking y se aprobaron 96 más hasta
2021. Tienen entre 4000 y 4500 mts de profundidad. “De cada uno se
desprenden ramas laterales de los pozos horizontales de entre 2500 y
3000 metros. Es el esquema multitap. En una misma locación puede
haber hasta 20 y estar perforando de a cuatro por vez”. Para romper
la roca madre de donde se extrae el petróleo y el gas que se
encuentra atrapado en ella, se necesita la fractura hidráulica
(fracking).
Para
eso se necesita mucha agua. “30.000 litros de agua dulce del río
Negro de donde bebemos”, se quejó Lidia Campos, integrante de la
Asamblea Permanente del Comahue por el Agua de Allen. Además, se
requieren químicos y arena”. Este tipo de arena provoca silicosis,
porque es similar al vidrio”, destacó Campos y explicó que
durante el kirchnerismo se traía a Allen en camiones y que con el
macrismo “entran a cielo abierto”.
Denuncias:
la actitud de las petroleras frente a las diferencias económicas
En
“Sobrante de la Chacra 37 de Orell”, uno de los barrios que están
pegados a los pozos, una familia fue obligada por sus vecinos para
firmar “un contrato que ofrecía una cifra única de dinero por
parte de YPF donde se aclara que no están molestos por el fracking y
que en el caso de que alguien se quejara ellos iban a salir a
defender a la empresa”, según detalló Campos, miembro de la
Asamblea.
“La
familia no quería firmar ni recibir plata porque tienen a su hija de
12 años con leucemia y con discapacidad. Sin embargo, lo tuvieron
que hacer por la presion que recibieron y porque sino YPF no iba a
pagarle a ningún vecino. Además, los recursos iban a ser explotados
de todos modos”, concluyó la asambleísta.
En
otro de los barrios obreros llamado “Calle ciega N° 10” donde
viven 18 familias, YPF comenzó a hacer fracking muy próximo a una
escuela sin presentar un informe de impacto ambiental. “Los niños
están expuestos a las aguas y gases contaminados y la escuela está
rajada”. El juicio contra la empresa comenzó en 2018. “El
viernes 17 de octubre de 2019 desde la Defensoría de Pobres y
Ausentes en Allen enviaron el Recurso Extraordinario a la Corte
Suprema de Justicia de Río Negro para solucionar el conflicto y de
allí, si lo aprueba, pasa a la Nacional. Sin embargo, creemos que
están especulando para dejarlo para el año que viene”, señaló
la asambleísta.
Mientras
los sectores más humildes son ignorados por las empresas a menos que
realicen cortes de ruta, los de clase media reciben otro trato. “Hay
un caso de una familia de clase media que hizo una denuncia por
ruidos molestos y las empresas al darse cuenta de que tenían la
posibilidad económica de llevar adelante un juicio contra ellos,
decidieron mudarlos a un hotel en el centro de Allen cada vez que van
a fracturar y perforar. Es una cuestión de clase”, detalló el
investigador.
Conflicto
con el agua
Otro
problema señalado por la asambleísta es el agua. “Es agua turbia,
los chicos que comen en las escuelas toman de esa agua y dicen que
tiene gusto raro. Algunos padres les dan una botellita de agua
mineral, pero, ¿los que no la pueden comprar? En las oficinas
públicas de la municipalidad, tanto los trabajadores como los
funcionarios toman agua de dispenser. A pesar de esto, Aguas
Rionegrinas dice que es potable”.
El
“control” político de las empresas
Después
que se termina la actividad en un pozo, debe cerrarse, pero a veces
algunas empresas se jactan de que es muy caro ese proceso. “Son
irresponsables y así siguen contaminando”, remarcó el
investigador. Además, señaló: “El suelo no se recupera nunca”.
“Los
organismos de control y fiscalización son órganos vacíos, hacen
todo de manera superficial. La secretaria de Medio Ambiente de Río
Negro, Dina Migani, tiene una empresa de servicios petroleros que
mantiene negocios con las mismas empresas que debe controlar. Son sus
clientes en el ámbito privado. No existe control, es muy
decorativo”, explicó el investigador del OPSur.
Las
ordenanzas municipales que en estos años se declararon libres de
fracking fueron consideradas inconstitucionales por el Tribunal
Superior de Justicia. En 2013 hubo una movilización para prohibir el
fracking en Allen. “La ordenanza había sido firmada por nueve
concejales, pero al ser declarada inconstitucional, al momento de
apelar, bastaba con un sólo concejal. Pero ninguno quiso volver a
acompañar porque, según sus palabras, ‘no querían pagar el costo
político’”, aseguró enojada Campos.
Sin
embargo, en Fernández Oro, donde vive Migani, todo el arco político
(Juntos por el Cambio, Frente de Todos y Socialistas) está
trabajando en una ordenanza sobre reglamentar el uso de la tierra, y
eso es un “golpe duro” hacia la actividad hidrocarburífera ya
que debido a los condicionamientos que impondría, “sería muy
difícil que se pueda seguir desarrollando”, resaltó Álvarez.
Según
el OPSur, la actividad del fracking depende de dos variantes que no
puede controlar: el precio internacional del barril de petróleo y
del gas. “Si en la provincia cubrís los gastos corrientes con el
dinero del fracking cuando está en alza, cuando baje después
necesitás endeudarte como le pasa a Neuquén, centro de Vaca Muerta,
pero la segunda provincia más endeudada del país”.
“Hay
una hegemonía del extractivismo que busca consenso social por todos
los mecanismos”, afirmó el investigador. “Ahora con Vaca Muerta
nos vamos a salvar dicen”, ironizó. Martín Álvarez contó que
hace unas semanas fueron desde OPSur a dar una charla a secundarios
sobre el fracking en Allen y “la respuesta de Shell y Tecpetrol fue
darles a los estudiantes un trailer con simulador de fractura”. De
esta y otras formas, las intervenciones por la Responsabilidad Social
Empresaria son “muy agresivas” para conseguir licencia social con
su actividad.
Transición
energética
“El
fracking sólo trajo dolor. Crecieron las enfermedades, la
desocupación, en especial, de las mujeres, y la contaminación del
agua, de la tierra y del aire”, resumió Campos.
“Para
entender lo que nos sucede y sucederá hay que mirar lo que pasa en
Estados Unidos. Ahí la situación es gravísima, tienen 100.000 pozos (en
Argentina 2.000) y llevan diez años más con esta técnica”,
explicó el investigador.
Un
ejemplo que resalta la integrante de la Asamblea es la lucha de los
pueblos originarios que con el “buen vivir” ya llevan más de 500
años de resistencia. Sus hijos estudian y vuelven para defender sus
territorios. Además, agradeció a la Pastoral social de la Diócesis
del Alto Valle ya que allí aprendió “a ponerse en el lugar del
otro”.
“Mucha
gente está creída que con el petróleo se van a salvar porque los
compran”, afirmó Campos. “No quieren volver a la edad de piedra
como les dicen”, aseguró y remató: “¿A dónde nos está
llevando el consumismo de estos tiempos?”.
Sabrina
Pozzi, Periodista | Fellow of Climate Tracker
Fuente:
Sabrina Pozzi, Periodista @sabrinapozzi, Allen: capital nacional de peras, manzanas, fracking, contaminación y conflictos de clase, 2 diciembre 2019, La Izquierda Diario. Consultado 7 diciembre 2019.
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