Sabemos
que desde hace años diferentes sectores intentan habilitar la
minería a cielo abierto a gran escala o, más sencillamente, la
megaminería. Esta actividad extractiva se caracteriza, entre otras
cosas, por el uso continuo de grandes cantidades de explosivos, el
consumo de millones de litros de agua diarios y también por el uso
de elementos contaminantes.
Estos
sectores promineros constituyen un lobby. Puntualmente, un grupo
heterogéneo conformado por empresarios, funcionarios del gobierno,
dirigentes sindicales afines, periodistas y personajes grises que se
especializan en hacer de puente entre los empresarios y la clase
política.
La
unidad de este grupo radica, por supuesto, en la comunión de
intereses. La megaminería le llenaría el bolsillo a todos ellos.
Este
lobby sabe que la megaminería es una modalidad más del capitalismo
extractivista y que generaría un saqueo sin precedentes en la
provincia. Claro que no lo reconocen públicamente. Al contrario, con
el fin de legitimar el negociado, desarrollan un discurso
simplificador y falaz, reproducido una y otra vez por sus diferentes
portavoces: cámaras mineras, funcionarios, intendentes y jefes
comunales, diarios y portales de noticias.
Asumen
que, por repetida, una mentira puede ser tomada como verdad o algo
parecido.
Enumeraré
diez falacias del discurso prominero. Seguramente, las y los lectores
podrán reconocerlas en las declaraciones de prensa y en las noticias
promovidas por el lobby.
1.
"La megaminería es la solución a la crisis provincial"
Una
manera de convencer a la ciudadanía acerca de las múltiples
bondades de esta actividad es afirmar que el pago de regalías
permitiría equilibrar las cuentas provinciales, que se encuentran en
claro déficit.
Sin
embargo, por ley nacional, las regalías tienen un tope del 3%. Pan
American Silver, por el Proyecto Navidad (uno de los yacimientos de
plata más grandes del mundo todavía sin explotar), pagaría por mes
al Estado apenas 45 millones de pesos, lo que equivale apenas al 1,6%
de la masa salarial de la provincia. Es decir, casi nada.
Hay
que tener en cuenta, además, que las empresas mineras cuentan con
muchísimos subsidios y ventajas impositivas, por lo que
prácticamente no dejarían un peso.
Para
terminar de dimensionar el aporte de la megaminería, pensemos que,
en este momento, la deuda de la provincia es de 1.000 millones de
dólares (es decir, 60 mil millones de pesos).
2.
"La megaminería es una gran fuerte de trabajo"
El
lobby minero asegura que la actividad genera muchos puestos laborales
y podría resolver el flagelo del desempleo que desde hace años
afecta a la provincia, sobre todo en la Meseta y en el Valle.
Sin
embargo, como ya está probado y debidamente documentado, la mayor
ocupación se da solamente durante la etapa de instalación de los
yacimientos. Una vez que estos ya están organizados
estructuralmente, requieren muy poca mano de obra, por lo que tampoco
es una solución real en este aspecto.
Según
la CEPAL, en la región el empleo directo oscila entre 0,5 y 1 por
cada millón de dólares de inversión, en la fase de exploración.
Teniendo en cuenta que Pan American Silver prometió realizar una
inversión de 1.000 millones de dólares, el máximo de empleos
directos apenas llegaría a 1.000.
Para
tener una referencia que permita hacer una estimación, actualmente,
la cantidad de desocupados y subocupados en Chubut ronda las 20 mil
personas.
Veamos
un ejemplo. En 1993, La Alumbrera prometió crear 10 mil puestos de
trabajo directos, pero en realidad no superó los 1.500. Entre 2003 y
2014, en Catamarca, el porcentaje de empleo en el rubro de minería y
petróleo fue del 5,4 %, detrás de los rubros 1) servicios, 2)
comercio, 3) construcción y 4) agricultura, ganadería y pesca. Es
decir, muy poco para una actividad que entraña tanto peligro, para
el ambiente y para el propio empleado (la Organización Internacional
del Trabajo la considera una actividad de alto riesgo).
Consideremos,
además, que la megaminería actúa como un imán. Concentra
subsidios y el desarrollo de comercio asociado (pymes, restaurantes,
multirrubros, whiskerías, casinos) e inhibe y obstaculiza el
desarrollo de emprendimientos vinculados con otras actividades
productivas (ganadería y agricultura, por ejemplo). Es decir, hay
empleos reales y oportunidades a futuro que se pierden.
3.
"La megaminería supone la diversificación supone la
diversificación de la matriz productiva"
El
lobby minero asegura que la megaminería permitirá diversificar la
matriz productiva, ya que la extracción de sustancias metalíferas
sería una novedad para la provincia. Sin embargo, desde una
perspectiva más amplia, supone la profundización del histórico
modelo extractivista. Con la salvedad de que el negocio para el
Estado y el pueblo chubutense es mucho peor que el del petróleo:
aporta menos empleo, menos regalías y más contaminación.
El
verdadero desafío de la diversificación productiva consiste en
fomentar alternativas que salgan del extractivismo: 1) ganadería,
agricultura y pesca, 2) turismo, 3) cooperativas comunitarias, 4)
industrias limpias (o con tecnología no contaminante) e industrias
con bajo impacto ambiental.
Cambiar
el modelo económico supone también salir del cortoplacismo
extractivista, tan adictivo para las gestiones políticas que
planifican sus logros a un plazo de tres o cuatro años.
El
territorio ocupado por la megaminería resulta literalmente arrasado
y la contaminación por aire y por agua impide el desarrollo de
alternativas productivas sustentables. Por lo tanto, en vez de ser un
paso hacia la diversificación es un paso hacia la profundización de
la matriz extractivista y exportadora.
Chubut
es la provincia con mayor ingreso por regalías petroleras del país
y está fundida. El problema reside principalmente en la
administración del Estado. Si continúan en el gobierno gestiones
como los que tuvimos y tenemos, por más plata que genere la
producción económica de todos modos seguiremos endeudados y en
crisis. No solo no planifican adecuadamente a largo plazo (mediante
una verdadera ampliación de la matriz productiva), sino que además
malgastan el rédito del extractivismo cortoplacista.
4.
"La megaminería es segura, no contamina"
El
lobby minero intenta instalar la idea de que es posible una minería
segura, pese a que hay que usar toneladas de explosivos diarios y
sustancias altamente tóxicas (cianuro, mercurio, ácido sulfúrico)
y producir diques en los que se almacenan residuos contaminantes.
Juran
que no habrá derrames y que el viento patagónico no transportará
por el aire el denominado "polvillo tóxico" (arsénico,
cadmio, plomo, mercurio, uranio, cesio), compuesto por partículas
venenosas, algunas de ellas radioactivas.
El
lobby dice también que, si la gente tiene dudas, el Estado puede
realizar rigurosos controles. Lo repite, incluso, teniendo la certeza
de que el Estado provincial es totalmente ineficiente y de que está
en manos de gestiones fáciles de corromper. Las empresas mineras
tienen ganancias anuales de miles de millones de dólares y la
provincia está quebrada y atravesada por múltiples denuncias de
corrupción de muchos de sus funcionarios.
Mientras
algunos hablan de adoptar el "exitoso" modelo sanjuanino,
conviene recordar que el año pasado la Justicia Penal de esa
provincia condenó a funcionarios de la Secretaría de Ambiente y
Minería de la Nación y de San Juan por incumplimientos, falta de
control y otras irregularidades al encubrir el envenenamiento del
agua por derrame de cianuro, ocasionado por Barrick Gold en la mina
Veladero. El daño había afectado a varios ríos hasta llegar al
Jachal, con desembocadura en Mendoza y San Luis.
Esta
falacia se ve respaldada por el cliché de la "contaminación
constitutiva": En la región petrolera siempre sufrimos la
contaminación de la industria hidrocarburífera, y sin embargo así
progresamos, nos desarrollamos y generamos riquezas que benefician a
otras regiones. ¿Por qué oponerse a que otros se contaminen
también, si eso resulta beneficioso para la gente?
Demás
está decir que ese cliché contiene varios desaciertos. La
megaminería provoca una contaminación mucho más nociva que la
actividad petrolera convencional y genera muchísima menos ganancias
para el Estado que ésta. Por último, la solución no debería
apuntar a insistir con la contaminación. "Mal de muchos,
consuelo de tontos".
5.
"Quienes promueven la megaminería quieren una discución
racional"
A
través de sus diferentes portavoces, el lobby minero dice
públicamente que aspira a un debate racional, reflexivo, maduro y
democrático en torno a la posibilidad de habilitar la megaminería.
Sin
embargo, hace todo lo posible para que eso no sea así. En primer
lugar, actúa directamente sobre los funcionarios de turno; los
visita en sus oficinas o los invita a lujosos eventos o a visitas a
grandes empresas, con los gastos pagos. Es decir, en esta
comunicación, puentea a los ciudadanos de a pie.
En
segundo lugar, estigmatiza a quienes se oponen, tratándolos de
"dogmáticos", "prejuiciosos" e "ignorantes".
En
tercer lugar, evita discutir con las organizaciones sociales y las
instituciones científicas y académicas que, con razón fundada, han
manifestado su rechazo a la actividad.
Si
leemos la prensa amiga del lobby, comprobamos que la gran mayoría de
las noticias y de las declaraciones reproducidas corresponden a
personajes alineados con el negocio minero. No hay pluralidad de
opiniones, no hay debate democrático: hay monólogo.
Si
focalizamos la atención en las operaciones en la Legislatura, vemos
que en repetidas ocasiones se ha intentado aprobar el nefasto
Proyecto de Zonificación Minera sin tener en cuenta la opinión de
los pueblos originarios de la Meseta ni la de expertos en ambiente,
economía y cultura que advierten sobre los peligros que conlleva.
Solo se menciona la opinión de los especialistas que son empleados
directos o indirectos de las empresas mineras (es decir, de la parte
interesada).
No
hay discusión racional porque para que esta sea posible debe haber
actores dispuestos a comprender al otro, a respetar su identidad y su
modo de vida.
Ocurre
que el lobby minero no quiere entender ni respetar a nadie: lo único
que quiere es emprender cuanto antes la producción para obtener de
la manera más rápida y económica su ganancia. No puede respetar el
modo de vida de los pobladores originarios porque sus intereses son
opuestos. El lobby necesita que ellos no estén más ahí, que
desaparezcan, salvo que acepten convertirse en mano de obra barata.
6.
"Quienes promueven la megaminería son pacíificos y sinceros"
El
lobby minero presenta a sus instituciones y representantes
"oficiales" como "pacíficos y sinceros". Afirma
que la violencia y las mentiras están del otro lado, de los que se
manifiestan en las calles, en la Legislatura, los que organizan
marchas y otras actividades públicas.
Sin
embargo, no fueron pocas las veces en que vecinos y vecinas
ambientalistas que se manifestaban en paz, fueron atacados por
patotas gremiales que defendían los intereses mineros. También
fueron reprimidos por fuerzas policiales en la Legislatura el jueves
de la semana pasada. Y no solo eso: hubo detenidos que sufrieron
torturas, con modalidades inadmisibles en democracia.
En
Internet hay publicados videos de todo el mundo que prueban el tipo
de violencia a la que pueden llegar "los brazos armados"
del lobby minero.
"Violencia
es mentir", reza una vieja canción de los Redondos. Si es así,
los profetas de la minería hacen de la violencia un culto. Por
ejemplo, el año pasado, realizaron convocatorias para recolectar CV
en Trelew, Madryn y varios pueblos de la Meseta con la promesa de que
todos los interesados iban a ser tomados en cuenta cuando se iniciara
la explotación minera.
Esa
fue una actividad fraudulenta porque hasta el día de hoy la
megaminería está prohibida. Lo hicieron en un contexto de alta
desocupación, sabiendo que muchas de esas personas, que llegaron
desesperadas, no iban a poder trabajar en la industria; aun si
llegara a habilitarse.
7.
"La megaminería en Chubut estaría acotada a un territorio bien
delimitado"
El
lobby minero insiste con la idea de que la megaminería es la
solución para la Meseta, una región que fue sistemáticamente
relegada por las diferentes administraciones del Estado provincial.
Continuamente
envía a intendentes y jefes comunales a pedir la aprobación de la
zonificación minera en nombre de "la Meseta". Una de las
falacias es que el proyecto de zonificación pretende habilitar la
megaminería en el 64% del territorio de Chubut, es decir, en la
mayor parte. No es la Meseta, es la provincia entera.
El
alcance territorial sería mayor, porque el río Chubut atraviesa
toda la región, desde la Cordillera hasta la zona de Rawson, y su
cauce no se detiene por un límite trazado en un mapa. Además de la
contaminación de los acuíferos, los fuertes vientos patagónicos
extenderán la contaminación aérea al resto de la provincia y más
allá.
Por
esta razón es que los estudios de impacto ambiental que han
elaborado las organizaciones ecologistas y las instituciones
científicas son invisibilizados por el lobby minero, que tiene como
principal argumento la creación de fuentes laborales. No dice cuánto
ganarían las empresas ni hasta dónde llegaría la contaminación. Y
la prensa prominera, por supuesto, no pregunta.
8.
"La megaminería es una actividad sustentable"
La
frase "minería sustentable" es un oxímoron, una
contradicción en sí misma. Sobre todo si la minería dinamita el
suelo, utiliza millones de litros de agua por día, usa sustancias
tóxicas (como el cianuro) y tiene que almacenar "de alguna
manera" los enormes desechos que genera. Una actividad
predatoria y contaminante no es sustentable.
Se
sabe que la etapa de "cierre de mina" es particularmente
conflictiva porque las empresas dejan los residuos en un lugar que
queda devastado y desaparecen rápidamente, con las arcas repletas,
en busca de otro destino donde continuar el saqueo.
Las
actividades verdaderamente sustentables son aquellas que no consumen
recursos naturales y que no agreden el medio ambiente. Justamente,
aquellas que la megaminería impediría que se desarrollen en el
territorio ocupado.
Cuando
escuchemos que, para convencernos, repiten la frase "minería
sustentable", entendamos que nos quieren tomar por estúpidos.
9.
"La megaminería está apoyada por la mayoría de la población"
Es
falso que la megaminería cuente con el apoyo de la mayoría de la
población y también que quienes se oponen sean una minoría.
Si
fuera cierto que hay una mayoría prominera los candidatos de los
partidos mayoritarios llevarían la consigna de la megaminería en
sus campañas y lo cierto es que nunca lo han hecho. Al contrario,
todas sus plataformas electorales evitaron mencionar este tema
específico porque temen perder el apoyo de sus votantes. Si quienes
se oponen a la megaminería fueran una minoría, como afirma la
prensa prominera, los políticos no tendrían nada que temer.
Al
no levantar la bandera de la megaminería en sus campañas, la
ciudadanía tiene todo el derecho de exigirles que no la habiliten.
Es un tema muy conflictivo y de gran relevancia social. Si quisieran
innovar deberían anticiparlo debidamente, para que la gente decida
respaldarlos con su voto o no.
Cuando
Mariano Arcioni estaba en campaña, dijo que este tema no estaba en
la agenda, que no era momento de hablar de eso. Lo mismo había dicho
en su momento Martín Buzzi, aunque luego, como quien clava un puñal
por la espalda, pretendió aprobar un marco regulatorio para la
actividad. Posteriormente, en la bochornosa sesión de la Legislatura
de noviembre de 2014 (foto del diputado Gustavo Muñiz mediante),
promovió una ley que apuntaba a derogar la prohibición que pesa
contra la megaminería.
Carlos
Linares, el principal candidato opositor a la gobernación, fue más
allá y cambió radicalmente su discurso: dijo que él nunca había
estado a favor de la megaminería.
Ningún
político que quiera obtener el respaldo de la mayoría de la
población en Chubut se ha manifestado o se manifiesta prominero.
10.
"La megaminería es inevitable"
Finalmente,
como si pudiera ver con precisión el futuro, el lobby minero predice
que la megaminería es inevitable, que es algo indetenible. Como la
muerte.
Habitamos
un territorio rico en minerales y esa situación nos condena, así
como el oro y la plata condenaron a los pueblos originarios en
tiempos de "la conquista". Dicen que nuestro destino está
escrito en esa sustancia metalífera que duerme en la tierra, a la
espera de que vengan ellos y la saquen a la luz.
Nos
niegan el derecho de soñar con energías limpias, con el uso de los
ríos y los acuíferos para la agricultura, la ganadería, la pesca,
el turismo.
Según
ese lobby no podemos aspirar a desarrollar actividades sustentables,
a disfrutar de la naturaleza, de ese bien común. Debemos limitarnos
a aplaudir, mientras nos saquean y contaminan; o bajar la cabeza,
resignados, traicionados por el gobierno que finalmente consiga
vendernos.
Pero
la Historia también es otra cosa. No es solo derrota, saqueos y
vergüenza. Los pueblos también pueden tomar la decisión de
proteger su dignidad y construir enormes arcos de solidaridad para
defender lo que es de todos y para proyectarse hacia un futuro mejor,
hacia una sociedad más justa y racional.
Desde
2003, año en que el 82% de los votantes de Esquel dijo "No a la
mina", Chubut le está demostrando al lobby que el futuro puede
ser distinto, que puede ser mejor, que en ningún lado hay escrito un
destino de saqueo y sacrificio.
Ojalá
los gobernantes valoraran esta actitud y ayudaran a la construcción
de ese otro mundo.
La
información es poder
Para
finalizar, comparto dos libros que tratan con mucho rigor el riesgo y
las mentiras asociadas a la megaminería:
Hablemos
de megaminería, manual de educación y difusión elaborado por la
Unión de Asambleas de Comunidades Chubutenses (UACCH):
https://noalamina.org/hablemos-de-megamineria
15
mitos y realidades de la minería transnacional en Argentina, guía
para desmontar el imaginario prominero elaborada por el Colectivo
Voces de Alerta:
https://herramienta.com.ar/sites/default/files/15_mitos_y_realidades_de_la_mineria.pdf
Leamos,
compartamos la información, analicemos, discutamos, apoyemos a
quienes están luchando por el bien de todos. Participemos.
Sebastián Sayago es docente e investigador en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.
Fuentes:
Sebastián Sayago, 10 falacias del discurso prominero en Chubut, 11 diciembre 2019, El Extremo Sur de la Patagonia.
Dibujo por Chelo Candia, de la serie Un dibujo por día contra la megaminería, el saqueo y la contaminación.
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