El
'acqua alta' alcanza los 187 centímetros durante la noche del martes
y anega el vestíbulo de la basílica de San Marcos. El gobernador de
la región habla de "devastación apocalíptica".
por
Milena Fernández y Daniel Verdú
La
basílica de San Marcos inundada, palacios, museos, hoteles y tiendas
con el agua casi hasta las rodillas, góndolas arrastradas a la riba,
la ciudad paralizada y un muerto. La marea alta sufrida la noche del
martes en Venecia ha dejado la ciudad sumida en el caos, como en
1966, cuando l’acqua alta de 194 centímetros la anegó y provocó
serios daños en el patrimonio arquitectónico y artístico. El
gobernador de la región, el liguista Luca Zaia, habla ya de “una
devastación apocalíptica” y ha pedido al Gobierno ayuda urgente y
la declaración del estado de emergencia. Pero la crisis no ha pasado
todavía y esta mañana se espera otra marea altísima, de hasta 160
centímetros.
En
medio del desastre, aparece el cambio climático como uno de los
culpables principales de que los episodios de mareas de este calibre
se hagan cada vez más frecuentes e intensas. El alcalde de Venecia,
Luigi Brugnaro, escribió en su cuenta de Twitter, mientras recorría
anoche la Plaza de San Marcos: “Esta vez la situación es
verdaderamente grave, un viento soplaba fortísimo y alimentaba la
marea. Estos son los efectos del cambio climático”. El regidor se
suma así a las advertencias de científicos expertos sobre un
aumento acelerado e imparable del nivel del mar. El Mediterráneo ha
crecido entre 20 y 25 centímetros desde principios del siglo XX,
como recuerda Javier Jordà, científico del Centro Español de
Oceanografía de las Islas Baleares y uno de los autores de una
investigación que muestra cómo la subida del nivel del mar haría
aumentar la frecuencia de inundaciones o acqua alta en la ciudad de
Venecia a final de siglo.
El
recuerdo de la terrible inundación del 4 de noviembre de 1966
comenzó a materializarse ayer a las 21.00. A esa hora, un viento
superior al previsto se levantó, empujando con fuerza el agua del
Adriático a la laguna de Venecia. El Centro de Previsión de las
Mareas de Venecia, que también se ha visto afectado por el fenómeno
y se ha quedado incomunicado, había previsto como pico máximo 160
centímetros, a las 23.00. Pero a las 22.40 la marea era de 180
centímetros y a las 23.00 alcanzaba ya los 187. Un técnico de dicho
organismo asegura a este periódico que "se formó un pequeño
ciclón sobre Venecia, con vientos de hasta 120 kilómetros por hora
que empeoraron la situación". "Es algo completamente
anómalo y puede estar relacionado con el cambio climático",
insiste.
El
Ayuntamiento ha ofrecido esta mañana una rueda de prensa para
valorar los daños. “La situación es muy complicada y ahora mismo
estamos desbordados”, señala un portavoz municipal al teléfono.
“El 80% de la ciudad está bajo el agua, hay daños inimaginables”,
ha lanzado Zaia. Algunos museos han quedado dañados y otros
recintos, como la Bienal, han cerrado por precaución. "No hemos
tenido daños particulares, pero hoy la circulación debe quedar
libre para otro tipo de necesidades", señala una portavoz.
El
alcalde de Venecia -que ha pasado la noche visitando distintas zonas-
ha solicitado al Gobierno italiano declarar el estado de emergencia
por desastre natural, en Venecia y en sus islas, Murano, Burano, Lido
y Pelestrina, tan afectadas como la vieja urbe. En esta última, un
hombre de 68 años murió fulminado por una descarga eléctrica
mientras intentaba salvar su casa de las inundaciones. Varias zonas
de la ciudad se han quedado sin electricidad, como el Lido y el Campo
Santa Margherita. La mayoría de trayectos en vaporeto han sido
suspendidos, después de que tres de estas embarcaciones se hundiesen
en la Riva degli Shiavoni.
El
científico Javier Jordà vincula lo que está ocurriendo en la
ciudad al cambio climático. "Si esta última inundación
hubiera tenido lugar en los años cincuenta del siglo pasado, su
efecto habría sido moderado. Al haber subido el nivel del mar, las
consecuencias son mucho peores", explica. "Lo que antes
pasaba una vez, se puede convertir en norma", añade Jordà.
"Hay que tener en cuenta a la subida del mar se suma que la
ciudad se está hundiendo, lo que hace que el efecto del acqua alta
se multiplique", añade.
Alarmado
por la situación, Brugnaro hizo un llamamiento al Gobierno italiano
para concluir el megaproyecto de ingeniería que pretende defender
Venecia de las mareas altas. Este fenómeno acostumbra a inundar las
zonas bajas de la ciudad, en particular la plaza de San Marcos. Pero
su efecto se multiplica, como sucedió esta vez, con el siroco, un
fuerte viento sahariano. Para proteger la ciudad de las mareas, que afectan cada vez más a su patrimonio artístico, en 2003 se empezaron a construir 78 diques flotantes en el marco del proyecto MOSE (acrónimo de Módulo Experimental Electromecánico). Dichos
diques deberían cerrar la laguna en caso de subida de las aguas del
Adriático. Pero problemas de sobrecostes y corrupción retrasaron su
puesta en funcionamiento.
La
basílica de San Marcos se encuentra en uno de los puntos más bajos
de la ciudad y es uno de los monumentos más afectados. El director
de la conservación de la basílica, el arquitecto Mario Pina, pasó
toda la noche dentro el edificio intentando salvar los objetos a ras
del suelo. “Es un desastre, como el de 1966, o peor, aún lo
sabemos. Hemos trabajado toda la noche para proteger piezas preciosas
como crucifijos, apoyados en las partes más bajas. El agua ha
entrado en toda la iglesia y también en la cripta, bañando los
mosaicos”, declaró Pina a El País. Cuando el agua entra en la
basílica, genera daños irreversibles que se evidencian en el
tiempo, explica Pina. El agua salada se evapora, corroe el mármol y
rompe los mosaicos. “Esto es una verdadera catástrofe, tan grave
como en 1966”, dice Pina.
El
ministro de los Bienes Culturales, Diario Franceschini, anunció ayer
que una vez concluido el análisis de los efectos del agua alta
llegará el dinero para financiar la conservación de la basílica de
San Marcos. El edificio, construido en el año 828 y reconstruido
tras un incendio en 1063, conserva mosaicos bizantinos y el cuerpo de
san Marcos, patrón de la ciudad. Solo ha visto entrar el agua seis
veces en 1.200 años. Lo más preocupante es que tres de las cinco
grandes inundaciones se han producido en los últimos 20 años,
Uno de estos eventos excepcionales ocurrió el 30 de octubre de 2018.
Hace un año el agua invadió parte del pavimento milenario de
mosaico de mármol e inundó completamente el baptisterio y la
capilla, arruinando portones de bronce bizantinos, columnas y piezas
en mármol. Han pasado 53 años desde la gran inundación de 1966 y
Venecia sigue tan frágil como entonces.
Con
información de Esther Sánchez.
Fuente:
Milena Fernández, Daniel Verdú, Venecia sufre su peor inundación desde 1966, 13 noviembre 2019, El País. Cosultado 13 noviembre 2019.
Las inundaciones en Venecia, en imágenes, 13 noviembre 2019, El País. Cosultado 13 noviembre 2019.
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