Investigadores
de Córdoba descubrieron que una mosca es casi el único responsable
de polinizar el popular yuyo cordobés. El insecto es clave para este
emblema de las Sierras que está en riesgo de desaparecer.
por Lucas Viano
¿Qué
encanto especial tendrán las flores de la peperina para atraer a una
mosca? ¿Por qué las abejas, las polinizadoras más famosas, tienen
el acceso restringido al néctar de este yuyo emblemático de
Córdoba?
Lorena
Ashworth, investigadora del Instituto Multidisciplinario de Biología
Vegetal (Imbiv) del Conicet y de la Universidad Nacional de Córdoba
(UNC), no lo sabe del todo, pero su último trabajo arroja luz sobre
algunos misterios.
Junto
con colegas, fueron los primeros en descubrir que una mosca (la
especie Ptilodexia cf. Cingulipes) es el principal insecto
polinizador de la peperina. Ni mariposas, ni abejas. Una mosca.
“Sabemos
que hay muchas moscas que visitan flores buscando alimento como
néctar o polen, pero su rol como polinizadores generalmente es muy
poco conocido. Es interesante que bichos con tanta mala fama como las
moscas sean tan importantes para la supervivencia de plantas
nativas”, dice Lorena.
Para
dar con la mosca en cuestión, los investigadores tuvieron mucha
paciencia. Observaron 265 plantas de peperina de las reservas
naturales Los Manantiales y La Quebrada, en Sierras Chicas.
Primero
descartaron el viento como polinizador. Un grupo de plantas fue
cubierto con una fina red para limitar el acceso de cualquier insecto
pero permitir la acción del viento. El resultado: la plantas
cubiertas no fueron polinizadas.
Luego,
ya sin la red, observaron qué insectos visitaban las plantas durante
46 horas distribuidas en 10 días del verano 2015-2016. Grabaron
videos y capturaron algunos insectos “sospechosos” para observar
al microscopio la presencia o no de polen en su cuerpo.
Más
de dos tercios de las visitas fueron realizadas por la mosca
Ptilodexia cf. Cingulipes. Otros insectos que se posaron sobre las
flores de peperina fueron abejas, avispas, mariposas, otras moscas y
moscardones. Sin embargo, casi ninguno de ellos tenía polen en su
cuerpo.
“Generalmente
las plantas polinizadas por moscas tienen flores que emanan olores
desagradables que se asemejan a olores de organismos en
descomposición. Por lo que percibimos con nuestro olfato, la
peperina no tiene ese tipo de olores, pero posiblemente las flores
produzcan compuestos químicos específicos que atraigan a las
moscas”, comenta Lorena.
Pero,
además, Lorena explica que esta especie de mosca tiene una lengua
larga, un rasgo que le permite tomar el néctar de la flor de la
peperina que es tubular y tiene el néctar en el fondo.
El
estudio fue publicado en la revista científica Arthropod-Plant
Interactions. También participaron Evangelina Glinos, del Imbiv;
Eugenia Condat, de la UNC, y Pablo Mulieri, del Museo Argentino de
Ciencias Naturales de Buenos Aires.
En
riesgo de desaparecer
La
peperina es endémica de Argentina. No crece en otros lugares del
mundo. Lorena y otros investigadores de Córdoba creen que podría
desaparecer si no se toman rápidas medidas.
Por
ejemplo, Marta Ojeda, investigadora de la UNC, ha advertido que el
yuyo se está cosechando de manera poco sustentable
Por
ejemplo, los recolectores cortan la planta quebrándola con las manos
y tironeando de los tallos en lugar de usar tijeras para evitar que
se rompan sus frágiles raíces.
Además,
es cosechada cuando la planta está con flores y frutos, lo que
disminuye las posibilidades de producción de semillas para el
mantenimiento de las poblaciones naturales.
“Las
poblaciones de peperina actualmente están sujetas a una alta presión
de cosecha extractiva, pues no hay cultivos o explotación
sustentable de ningún tipo y esta es la razón por la cual está en
riesgo de extinción” dice Lorena.
Y
detalla que las poblaciones de peperina actualmente se encuentran en
sitios protegidos, como reservas naturales y campos privados que
restringen el ingreso de recolectores.
El
sexo del yuyo cordobés
No
existe la peperina “macho”. Solo hay plantas hembras y
hermafroditas. “En el reino vegetal, la gran mayoría de las
plantas con flores son hermafroditas. Las plantas ginodioicas, como
la peperina, son muy raras, menos del uno por ciento”, cuenta
Lorena.
De
hecho, cuando es joven, la peperina es masculina, pero a medida que
envejece se vuelve femenina, otra rareza de nuestro yuyo cordobés.
La
bióloga explica que algunas especies nativas como el molle son
dioicas, es decir, hay plantas masculinas y femeninas. “Esta
separación hace que la producción de semillas se reduzca a la mitad
que en las hermafroditas, ya que sólo las plantas femeninas producen
frutos y semillas”, cuenta Lorena.
En
la vereda opuesta, el beneficio de ser hermafrodita es que una única
planta puede ser madre y padre al mismo tiempo, y por lo tanto puede
transmitir sus genes vía polen y vía óvulos. Sin embargo, genera
descendencias menos vigorosas y con menos diversidad genética
durante la autopolinización.
Para
distinguir una peperina hermafrodita de una femenina hay que mirar
las flores que son más grandes y con la boca más abierta.
Un
tándem nativo para ayudar a la agricultura
La
mosca podría ayudar a controlar plagas de cultivos.
Carnívora.
En su etapa de larva, la mosca polinizadora de la peperina es
carnívora y se alimenta de otros insectos que son plagas de cultivos
agrícolas.
Manejo
agroecológico. “Se podría proponer como estrategia plantar
peperina en bordes de cultivos para favorecer el control natural de
plagas”, asegura Lorena.
Fuente:
Lucas Viano, Hallan un impensado aliado de la peperina, 26 octubre 2019, La Voz del Interior. Consultado 28 octubre 2019.
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