SAN
CARLOS, Bolivia, 4 oct 2019 (IPS) - A medianoche, entre el canto de
los grillos, Sandra Justiniano, de 35 años, llega a la pequeña
planta de procesamiento de extracto y pulpa de asaí y majo para
empezar su turno, junto a otras mujeres indígenas de la comunidad de
Buen Retiro, en el municipio de San Carlos, en el norte amazónico de
Bolivia.
“Gracias
al proyecto… hemos podido mejorar nuestras vidas”, explica
Justiniano, presidenta de la Asociación Agropecuaria de Productoras
Amazónicas de Majo y Asaí de Riberalta. “Mejoramos nuestros
conocimientos, nuestra economía y, con ello, nuestras vidas y la de
nuestras hijas y nuestros hijos”, añade.
Con
el financiamiento de la Agencia Italiana de Cooperación para el
Desarrollo (AICS), ONU Mujeres y el Ministerio de Desarrollo
Productivo y Economía Plural (MDPyEP) han brindado asistencia
técnica, tecnología y activos productivos para mejorar la
producción de 10 emprendimientos liderados por mujeres en cuatro
municipios.
Más
de 240 mujeres ya están involucradas en el proyecto que se
implementa desde mayo de 2018.
El
emprendimiento en Buen Retiro involucra a 24 mujeres y hombres que
procesan el asaí, majo y copuazu, frutos silvestres del bosque
amazónico.
Justiniano
explica que el proyecto ha mejorado la gestión ambiental, así como
las relaciones con las proveedoras y los proveedores, que suman más
de 200 personas en comunidades cercanas que se encargan de recolectar
estos frutos.
“Ahora
las proveedoras y los proveedores se capacitan junto a sus familias
sobre cómo cuidar el bosque, cómo proteger la madre tierra”,
explica Justiniano.
“Las
charlas, sesiones de aprendizaje y talleres que nos brinda ONU
Mujeres también los beneficia a ellas y ellos…. Saben que, si
cortan un árbol de asaí, éste sólo volverá a crecer en 20 años,
y eso le generará perjuicios económicos a toda la comunidad.
Entonces, les enseñamos a cuidar el bosque y no quemarlo en
temporada seca”, detalla.
La
comunidad donde vive Justiniano es mayoritariamente indígena, y el
proyecto también incorpora sus conocimientos ancestrales en el cuido
y manejo de los bosques.
“En
el bosque nacimos, en él crecimos y ahora nos provee vida porque
también nuestros hijos y nuestras hijas crecen aquí”, dice.
“Por
eso debemos cuidarlo, evitando la tala de árboles, el chaqueo
(quema) …. También debemos evitar botar basura, plásticos y pilas
que generan contaminación. Por eso también tenemos la meta de
socializar en todas las comunidades sobre cómo cuidar nuestro
bosque, y dejar estos conocimientos a nuestros hijos y nuestras
hijas…. El cuidado de bosque es nuestra responsabilidad”,
argumenta.
Violeta
Domínguez, representante de ONU Mujeres en Bolivia, aseguró que
estos primeros resultados del proyecto permiten el empoderamiento
económico de las mujeres y de las familias encabezadas por mujeres,
el fortalecimiento del territorio amazónico y la dinamización de la
economía local.
Destacó
que, en muchos casos, el empoderamiento y la autonomía económica de
las mujeres también pueden contribuir a romper los círculos de
violencia de género.
Todos
los proyectos en la Amazonia incluyen capacitación especializada en
manejo de maquinaria, habilidades financieras y de liderazgo, pero
también sensibilización en temas de igualdad de género,
masculinidades y las leyes y prevención de la violencia de género.
El
gobierno de Bolivia es un socio clave del programa, y ha entregado
activos productivos -incluyendo un generador y máquinas para
procesar los frutos y etiquetar los productos- a los emprendimientos
liderados por mujeres indígenas.
Varias
de las mujeres que trabajan con Justiniano son madres solteras que no
tenían posibilidades económicas.
“Mejoró
nuestra economía, adquirimos nuevos conocimientos sobre
empoderamiento, sobre nuestros derechos y finanzas, aprendimos a
presentar proyectos, tenemos conocimientos sobre apertura de
mercados”, dice Justiniano.
“Somos
mujeres capaces de hablar en público, de tomar la palabra, de
participar y de presentar nuestras propuestas económicas a las
autoridades y negociarlas. Eso es empoderamiento”, asegura.
Antes
de que el proyecto de ONU Mujeres iniciara, el emprendimiento de Buen
Retiro solo vendía 200 litros de jugo de asaí al día, producidos
de forma artesanal.
Ahora
venden hasta 500 litros diarios y pueden sacar la pulpa para la
venta. También son proveedoras del programa de desayuno escolar del
gobierno municipal. Pronto presentarán sus productos en ferias
nacionales en Santa Cruz y La Paz y están negociando con empresas
para abastecer a otras regiones del país.
“Pero
eso solo será posible si cuidamos el bosque”, recuerda Justiniana.
Este
artículo fue publicado originalmente por ONU Mujeres.
Fuente:
En la Amazonia boliviana, mujeres protegen el bosque y se empoderan, 4 octubre 2019, Inter Press Service. Consultado 14 octubre 2019.
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