Madrid
(EFE).- Treinta años después del incendio de Vandellós I -19 de
octubre de 1989-, Carlos Bravo es rotundo y asegura que sigue
faltando cultura de seguridad a nivel mundial sobre este tipo de
energía que requiere gigantescas inversiones para garantizar la
seguridad.
Exresponsable
de las campañas sobre energía nuclear de Greenpeace España durante
varias décadas, Bravo resalta los riesgos relacionados con la
antigüedad de las centrales nucleares, pese a los programas de
mantenimiento periódicos y al discurso de la industria de renovación
de componentes.
El
principal impedimento para mejorar la seguridad en estas
instalaciones es para el veterano ecologista que “se sigue
anteponiendo el ganar dinero vendiendo electricidad a tener que
invertir en seguridad nuclear”.
La
energía nuclear es “muy cara” porque “tarda mucho tiempo en
amortizarse” debido a que los sistemas fallan, envejecen, y
necesitan una inversión en renovación y seguridad, pero las
empresas “tratan de retrasar las inversiones y de gastar lo menos
posible para poder conseguir los mayores beneficios”, eso sin
contar con el problema, no resuelto, de los residuos nucleares de
alta actividad.
Aunque
Bravo vivió el accidente como un ciudadano de a pie, pues se
incorporó a Greenpeace en 1991, tuvo acceso a muchos de los
“documentos oficiales sobre el accidente de Vandellós”, un
incendio en la sala de turbinas que “estuvo a punto de convertirse
en una auténtica tragedia si no fuera porque de forma milagrosa
algunos aparatos comenzaron a funcionar”, rememora.
“Lo
viví con mucha preocupación porque tenía la conciencia tras haber
conocido lo que había pasado en Chernóbil, pero no fui realmente
consciente de la gravedad del accidente hasta acceder a la
documentación oficial”, recuerda.
Por
ello opina que el presente y el futuro está en las renovables, ya
que por mucho que pueda aumentar el nivel de seguridad, “la
tecnología nuclear, sin importar su origen, ha sufrido graves
accidentes, demostrando su peligrosidad intrínseca”.
La
única solución es “el cierre progresivo pero urgente de las
centrales nucleares” para pasar a las energías renovables.
Aunque
en España no ha habido otro accidente tan grave como el de Vandellós
I, “hemos tenido muchos problemas importantes de seguridad que han
dado lugar a grandes problemas en diferentes centrales”.
Entrada relacionada:
Los errores nucleares se pagan caros: 30 años del accidente nuclear en Vandellós I
Fuente:
Carlos Bravo: “La seguridad de las centrales nucleares sigue siendo mala”, 19 octubre 2019, EFEverde. Consultado 26 octubre 2019.
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