El Ejecutivo publicó un decreto para ceder a Gendarmería dos edificios del Complejo Turístico, ícono del turismo social impulsado por el peronismo en los años 40 y 50. El lugar es Monumento Histórico Nacional, pero el Gobierno dejó en estado de abandono varios sectores durante los últimos años.
Causó
indignación entre los vecinos de Mar del Plata, así como en
personalidades, distintas entidades y organismos nacionales, la
cesión que realizó el Gobierno nacional a la Gendarmería Nacional
de un sector del Complejo Turístico de Chapadmalal. En el icónico
lugar donde habían funcionado las colonias de vacaciones y el
complejo hotelero que la Fundación Eva Perón destinó a niños,
ancianos y familias enteras que nunca antes habían podido acceder a
esos beneficios ahora habrá un Centro de Formación de Gendarmes.
La
medida no solo es un claro mensaje político sino también confirma
la transgresión a una ley nacional que, en 2013, había declarado el
complejo como Monumento Histórico Nacional.
“Un
Monumento Histórico no es declarado como tal por su materialidad,
por tratarse de un edificio, sino más bien por lo que ocurrió allí.
Y el Complejo de Chapadmalal es un hecho icónico de la justicia
social, la idea de las vacaciones, de lo que fue el peronismo a
través de la Fundación Eva Perón”, planteó a Página/12 Juan
Martí Repetto, ex titular de la Comisión Nacional de Monumentos,
Lugares y Bienes Históricos.
Los
usos del predio de Chapadmalal
La
unidad turística fue construida entre 1946 y 1948, durante el primer
gobierno de Juan Domingo Perón, cuando el Estado fomentó el turismo
social. Allí se levantaron 9 hoteles y 16 hogares, en los que miles
de niños vacacionaron, miles de jubilados descansaron y centenares
de familias enteras disfrutaron de las playas de la Costa Atlántica.
La
administración de una de las obras más grandes del primer
peronismo, estuvo a cargo del Estado, los sindicatos y la Fundación
Eva Perón. En la actualidad, todos esos edificios seguían
destinados al turismo, pero durante los últimos años la mayoría
quedaron prácticamente en desuso.
Allí
también tienen lugar los encuentros promovidos por la Comisión
Provincial por la Memoria (CPM) en el marco del programa Jóvenes y
Memoria, un espacio educativo donde representantes de organizaciones
de derechos humanos debaten sobre esa temática con estudiantes
secundarios.
El
traspaso a la Gendarmería
El
traspaso de un sector del predio ubicado en el kilómetro 35 de la
ruta 11, a unos 30 kilómetros de la ciudad de Mar del Plata, fue
dispuesto a través de la Resolución 392/19 de la Agencia de
Administración de Bienes del Estado (AABE), publicada en el Boletín
Oficial el 20 de septiembre pasado.
La
norma indica que allí se instalará el Centro de Formación de
Gendarmes Chapadmalal, bajo la órbita del Ministerio de Seguridad a
cargo de Patricia Bullrich. Y uno de los fundamentos que cita la
resolución es un informe de la Secretaría de Turismo, que indicó
que “el inmueble se encuentra en estado de abandono” y que
resulta “innecesario para las competencias, misiones y funciones”
que le habían dado origen.
Para
Repetto, si eso fuera cierto, “entonces tendrían que arreglarlo”,
y si no hubiera recursos, “habría que salir a buscarlos”. “Es
como si dijeran que si un hospital no está en buenas condiciones hay
que dárselo a Gendarmería. No hay ninguna lógica”, sentenció el
miembro del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva
Perón (INIHEP).
“Darle
ese predio a Gendarmería tiene todo un sentido filosófico. Es parte
del mensaje permanente del Gobierno, que hay un proyecto nacional y
popular que no es tenido en cuenta ni en los monumentos nacionales. Y
también es un mensaje a la sociedad de que hay valores que no tienen
importancia”, interpretó.
Monumento
Nacional
El
traspaso dispuesto el viernes de la semana pasada está dentro de los
atributos del Poder Ejecutivo. Pero como el complejo fue declarado
Monumento Histórico mediante el decreto 784, firmado por Cristina
Fernández de Kirchner, la disposición de sus bienes quedó en la
órbita de la ley 12.665 y requiere de otro paso.
El
artículo 5º de esa ley establece que cualquier disposición de esos
bienes debe ser tomada luego de consultar a la Comisión Nacional de
Monumentos, Lugares y Bienes Históricos. Por lo tanto, ese órgano
debe emitir un dictamen “vinculante” que apruebe o rechace
cualquier decisión sobre el inmueble en cuestión, dentro de los 60
días posteriores a la fecha en que se hubiera hecho la consulta.
Por
ello, Repetto, que es asesor emérito de la comisión, junto con
otros colegas, ya transmitieron su “preocupación” por la medida
y recomendaron rechazarla. Si esto ocurre, el Gobierno no va a tener
otra alternativa más que revertir su decisión. Y si eso no ocurre,
podría abrirse una vía judicial a través de la presentación de
una medida de amparo que "defienda aquello que concretó la idea
de la justicia social, como la que se vivió en el Complejo de
Chapadmalal”.
Mar
del Plata, el lugar elegido
No
es una estructura arquitectónica cualquiera la que se cedió a la
fuerza de seguridad. Se entregó el alma de lo que fue, a partir del
primer peronismo, el “turismo social”. La consigna era “usted
se paga el viaje, el gobierno el hospedaje”. En una jugada que no
se concretó en una ciudad cualquiera. Fue en aquella Mar del Plata
que, hasta la década del 30, había sido propiedad exclusiva de los
dueños de la tierra, del mar, de las vacas y de los campos de un
país en el que las élites privilegiadas no compartían el ocio con
las clases trabajadoras.
Elisa
Pastoriza describe en sus múltiples estudios sobre el impacto
Chapadmalal en la historia argentina que antes de ese golpe de timón
del peronismo “grandes edificios con salones de baile y juegos,
muchas habitaciones, con alas especiales para alojar al personal de
servicio y tres o cuatro comedores, eran ocupados por los
'veraneantes' durante los meses estivales”.
No
es casual el nombre: José Luro, hijo de uno de los pioneros de Mar
del Plata, construyó el Bristol Hotel en 1888 que fue el gran
acontecimiento social de la época en una inauguración de la que
participaron Dardo Rocha, Carlos Pellegrini, Máximo Paz, Emilio
Bunge y Bartolomé Mitre. Fue la Mar del Plata de la belle époque
que miraba de reojo a su servidumbre que sólo llegaba a la ciudad de
la mano de los uniformes de domesticación.
El
decreto Nro 1740 del verano del 45 amplió el derecho a las
vacaciones pagas obligatorias y lanzó las colonias de vacaciones en
los complejos de Chapadmalal, Embalse Río III y Mendoza, hizo
convenios con gobiernos provinciales y hotelería privada para alojar
gratuitamente a contingentes de trabajadores. Sobre todo,
contingentes infantiles. Y se dieron los primeros pasos en la
hotelería sindical.
Pero
Chapadmalal, en particular, ha sido el bautismo de mar para
generaciones enteras de niñas y niños hijos de trabajadores. Para
1954 -escribe Pastoriza- “el Hotel Infantil albergaba
aproximadamente en forma anual unos 4.000 niños entre 6 a 12 años,
en su mayoría provenientes del interior del país enviados por la
Fundación Eva Perón y la Dirección Nacional de Asistencia Social
dependiente del Ministerio de Trabajo y Previsión. El Hotel N° 5
estuvo reservado a la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) de
Buenos Aires, tanto las ramas masculinas y femeninas que
periódicamente hospedaban a unos 400 jóvenes”.
No
fue una elección cualquiera. En el siglo XIX, la estancia
Chapadmalal pertenecía a Miguel Martínez de Hoz, uno de los
herederos de esa oligarquía que marcó destinos y estragos en la
historia argentina.
La
resolución del Gobierno nacional publicada esta semana en el boletín
oficial pasa el complejo Chapadmalal a la jurisdicción del
Ministerio de Seguridad y, por ende, a las manos de la ministra
Patricia Bullrich. Complejo que seis años atrás había sido
declarado monumento histórico nacional. Y que ahora será el
escenario de la formación de gendarmes. Que ya habían tenido su
primer llegada estratégica en el mes de mayo cuando Bullrich anunció
el despliegue de 300 gendarmes a Mar del Plata
Repudio
a la medida
Vecinos
de la unidad turística tildaron de "arbitraria" y
"unilateral" la resolución del Gobierno que pretende
fundar una escuela de gendarmes en el lugar.
Los
pobladores recibieron con "angustia" el anuncio de la
cesión de parte del complejo turístico de la zona a la Gendarmería
y consideraron que la resolución del Gobierno es "arbitraria"
y "unilateral".
"El
complejo es una unidad turística y fue concebida y diseñada para
hacer turismo social. Esa es la génesis del complejo. Eso es lo que
toda la vida fue y los vecinos pretendemos que siga siendo así y que
funcione de esa manera", sostuvo al respecto Karina Forgione,
una de las vecinas.
En
declaraciones a 0223 Radio, aseguró que en la zona hay un
"sentimiento general de mucha angustia" por la decisión y
adelantó que este sábado por la tarde harán una asamblea en la
asociación de Fomento de Santa Isabel para evaluar medidas a tomar y
tratar de frenar el traspaso a la fuerza.
"Nos
estamos movilizando y tratando de ver todos los recursos disponibles
para poder expresarnos como vecinos del lugar en repudio a esta
decisión que es arbitraria, uniletaral y que raya con no respetar
las leyes", afirmó, tras confirmarse las gestiones para
consolidar un centro de formación de gendarmes en la unidad
turística que está ubicado a 30 kilómetros de Mar del Plata.
La
indignación también se hizo sentir en las redes sociales:
Devolución de favores antes de la partida: Macri cede a la #Gendarmería parte del complejo de turismo social de #Chapadmalal para crear allí un “Centro de Formación de Gendarmes”. pic.twitter.com/bEPX59CBlw— Canal Abierto (@canalabiertoar) September 27, 2019
— Movimiento MArME (@MarmeMovimiento) September 27, 2019
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Fuentes:
El Tribuno de Salta con información de Página 12, Agencia de noticias Pelota de Trapo), 0223 Radio.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "Naufragio frente a las costas de Chapadmalal" de Daniel Santoro.
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