martes, 17 de septiembre de 2019

El desafío de producir sin contaminar

En la Asamblea hablaron de alternativas agroecológicas y rentables para producir cultivos extensivos. Analizaron el ambiente de las zonas rurales. “Está más contaminado el campo que la ciudad”, indicaron.

Referentes nacionales que trabajan por la preservación del aire, el suelo y el agua se dieron cita en Villa María para hablar de los efectos de la fumigación. Junto a ellos, ambientalistas de localidades de la provincia que plantean su preocupación por las consecuencias de los agrotóxicos.

Medardo Avila Vázquez, médico pediatra y neonatólogo, refirió a que el sistema agroproductivo basado casi exclusivamente en la utilización de agroquímicos está provocando graves daños en la salud de los vecinos de los “pueblos fumigados”, expresión que le da nombre a la organización.

Sostienen que las zonas rurales son menos saludables que las ciudades, como consecuencia de la utilización excesiva de agroquímicos, a los que denomina “agrotóxicos”.

Hemos hecho análisis del agua de lluvia y el resultado es muy preocupante: hay restos de glisfosato. Esto quiere decir que se queda en el aire. Hicimos los análisis en la zona, en Noetinger, Morteros y otros. Llueve glisfosato, no exagero”, planteó.

Actualmente analizan las causas de muerte en localidades rodeadas de campos. “La mayoría muere de cáncer. En los últimos 20 años aumentó tres veces la incidencia de esta enfermedad en la muerte de las personas”, planteó.

Los médicos pudimos hacer estudios y, por ejemplo, en el caso de Monte Maíz detectamos que el 50 % de los niños usa broncodilatador en aerosol para poder respirar, cuando en la ciudad de Córdoba es el 12 %”, indicó.

La población siente la agresión de los agroquímicos, pero sabemos que muchos tienen temor porque la vida económica se sustenta en el agro”, indicó.

Alternativas

El actual modelo se basa en la utilización de esos agrotóxicos. Las grandes multinacionales favorecen ese modelo, que es un modelo fácil, porque disminuye el cuidado y la atención de la tierra, remplazándolo por la utilización de venenos. Cuando uno cuestiona esto, creen que estamos cuestionando el trabajo de los productores, pero no es así”, indicó, señalando que hay “otras maneras de producir”.

Está demostrado, y a esta altura hay muchas experiencias que lo certifican. Por un lado, hay una red de municipios que han prohibido fumigar alrededor de sus pueblos y en esas franjas están haciendo agroecología. Ya hay 90 mil hectáreas con agricultura intensiva agroecológica, con muy buenos rendimientos. A los productores les va mejor, porque no gastan tanto en químicos y su cosecha se cotiza más, ya que los productos orgánicos tienen mejor precio en el mundo”, dijo.

Estamos presentando una propuesta para el nuevo gobierno, con el fin de que implemente un sistema de incentivo fiscal para que se vaya disminuyendo la utilización de agrotóxicos”, señaló.

Paralelamente impulsamos un programa para que a través del INTA se asesore a los productores para que logren su objetivo sin perder rentabilidad”, agregó.

Resistencia

La resistencia a modificar el modelo productivo no es sólo del sector agropecuario. “Hay también sectores de la Universidad. Un ejemplo es la Universidad de Córdoba, cuyos directivos, en el caso de la carrera de Agronomía, trabajan para Monsanto. Está documentado. Ellos defienden sus intereses y es la causa por la que cuestionan nuestras investigaciones”, indicó.

Los datos de nuestros estudios están publicados en revistas en inglés, los validaron. Pero acá los cuestionan por intereses económicos”, concluyó.

Fuente:
El desafío de producir sin contaminar, 15 septiembre 2019, El Diario del Centro del País. Consultado 17 septiembre 2019.

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