jueves, 8 de agosto de 2019

Vecinos conmemoran el 9A con actividades contra la Energía Nuclear

El 9 de Agosto se recuerda la multitudinaria marcha contra la instalación de la 5° Central Nuclear argentina, de origen chino, en la costa este de la Provincia de Río Negro.

Semanas previas a la masiva movilización del 9 de agosto de 2017, se constituyeron asambleas de vecinos autoconvocados en Viedma y distintas ciudades de la provincia para rechazar la instalación de la 5° Central Nuclear de Argentina en la provincia.

Junto a la capital provincial se organizaron vecinos de San Antonio Oeste, Sierra Grande, General Conesa, Bariloche, El Bolsón, Cipolletti, Allen, General Roca, Balneario El Cóndor, Balneario Las Grutas (Río Negro); Puerto Madryn, Trelew, Rawson (Chubut) y Carmen de Patagones (Buenos Aires) entre otras, además de sumarse activistas de Zárate, Embalse y Formosa.

Se juntaron más de 24 mil firmas en contra de ese proyecto, hubo pedidos de información a las autoridades y actividades artísticas fueron realizadas para manifestar el descontento social en base a argumentos ambientalistas, sanitarios, económicos, sociales, culturales.

A dos años de la masiva movilización que derivó en la sanción de la Ley Antinuclear 5227, el Movimiento Antinuclear de la República Argentina convoca a inaugurar placas conmemorativas y a participar de actividades artísticas e informativas que se realizarán desde las 14 horas en Plaza Alsina de Viedma.

"Una planta nuclear es una parte del ciclo de producción de energía nuclear, una energía muy costosa, generadora de residuos contaminantes y altamente peligrosos para los seres vivos, que está siendo reemplazada en el mundo por energías renovables", recordaron desde MARA.

"El uranio es la materia prima que abastece a las centrales nucleares. En la Provincia de Río Negro avanza el Proyecto Amarillo Grande, de la empresa canadiense Blue Sky Uranium, para explotar uranio en el norte de Valcheta durante trece años. Al respecto, existen riesgos sanitarios para trabajadores y pobladores, como la inhalación del gas radón, la ingestión de radionucleicos y la exposición a la radiación. Ninguna tecnología garantiza, y menos aún en el largo plazo, la no contaminación de las aguas superficiales y subterráneas, de la calidad del aire ni de los suelos. Además de los impactos ambientales sobre el ecosistema y la biodiversidad, la explotación de uranio constituye una actividad económica con una duración limitada, en este caso de trece años, donde el cierre y abandono de la mina es una amenaza para la salud y una fuente posible de contaminación a largo plazo", añadieron.

"Nosotros aspiramos a un desarrollo provincial sustentable, es decir, sin comprometer a las generaciones futuras y sin un deterioro irreversible del medio ambiente. Además, la ciudadanía debe tener acceso a toda la información sobre este tipo de proyectos", concluyeron.

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