Entrevistamos
a Ambientalistas Autoconvocados de Pigüe, grupo que surge a partir
de la denuncia de fumigaciones sobre escuelas rurales en la zona.
por
Diego Brutten
En
el marco de la jornada mundial contra Monsanto conocimos y luego
entrevistamos al grupo de ambientalistas autoconvocados de Pigüé.
Este pueblo ubicado en el sudoeste de la Provincia de Buenos Aires,
es uno más de los tantos lugares afectados por las fumigaciones con
Glifosato, y por eso nos pareció importante recoger el testimonio de
un grupo que como ellos mismos señalan apuestan a la
“concientización y la resistencia desde un lugar independiente”
de los partidos políticos.
Quienes
impulsamos La Izquierda Diario apostamos a la construcción de una
fuerza política anticapitalista y revolucionaria, y nos parece
importante visibilizar las distintas organizaciones que resisten
contra las políticas extractivistas que destruyen el ambiente, y
poder abrir el debate.
A
menos de una semana de las elecciones, desde este periódico y con
las figuras políticas del Frente de Izquierda Unidad, venimos
denunciando que respecto al ambiente no hay ninguna grieta, sino una
enorme complicidad de distintas fuerzas políticas en la defensa de
un modelo económico donde la naturaleza es solo considerada una
fuente de ganancias, sin importar su destrucción.
Transcribimos
a continuación la entrevista:
DB:
Primero que nada nos gustaría conocer un poco de ustedes y la
realidad que están viviendo en Pigüé. En el 2017 denunciaron
fumigaciones sobre escuelas rurales. Cuéntenos un poco sobre esa
denuncia, las fumigaciones con agrotóxicos en la zona, y como fue el
proceso que pasaron para conformarse como grupo de ambientalistas
autoconvocados.
AAP:
En el 2017 surgió la necesidad de reunirnos para tratar la
problemática con respecto a las fumigaciones, entonces convocamos a
una reunión la plaza del pueblo y ahí conocimos a marcela, docente
de la escuela rural de Altavista, quien ya venía padeciendo
fumigaciones incluso en horario escolar, sufriendo consecuencias en
su salud y la de sus estudiantes. En esa oportunidad Marcela nos
conto que si bien había hecho las denuncias correspondientes al
consejo escolar y a la Secretaria de Producción y Medio Ambiente
Municipal, estos se ampararon en la reglamentación vigente el cual
se contradice con el Derecho Constitucional.
DB:
Las imágenes documentales y los informes de las consecuencias que
recaen sobre los pueblos fumigados son impactantes. Sin embargo
pareciera que en las grandes ciudades no hay magnitud del problema,
pese a que grandes estudios revelaron que más del 60% de las frutas
y verduras que llegan a los centros urbanos están contaminados con
agrotóxicos en niveles prohibidos. ¿Qué rol creen que juegan los
grandes medios de comunicación para que no se visibilice lo que
sucede con el glifosato?
AAP:
Si bien estos últimos años los medios están haciendo más visible
estas problemáticas (ya sea por cuestiones de agenda o porque ya es
imposible taparlo), sabemos que estas empresas cuentan con un gran
poder de lobby para lograr sostener este modelo de producción.
Pensamos que el rol de los medios es central para correr del eje la
atención a las verdaderas problemáticas de la sociedad.
DB:
Como ustedes hay montones de organizaciones ambientalistas a lo largo
y a lo ancho del país que también pelean contra las fumigaciones,
la mega minería, el fracking y recientemente surgieron también
organizaciones juveniles contra el cambio climático. ¿Qué niveles
de coordinación hay actualmente entre las distintas organizaciones?
¿Creen que una gran coordinación nacional o provincial puede ayudar
a que los reclamos tengan mayor impacto en la opinión pública?
AAP:
Si bien hay una relación en red entre distintas agrupaciones
ambientalistas, por ahora tenemos una relación bastante informal y
de intercambio de experiencias. Si bien es importante estar
conectados con distintas organizaciones, nosotros apostamos a un
movimiento regional debido a las distintas legislaciones que existen
en los distintos lugares afectados.
DB:
Como parte del programa del frente de izquierda señalamos la
necesidad de expropiar a los 4.000 grandes terratenientes que tienen
la mitad de la tierra cultivable, para recuperar ese territorio y que
deje de producirse bajo una lógica de ganancias privadas para pasar
a regirse bajo la lógica del beneficio colectivo. ¿Creen que atacar
la concentración de la tierra en pocas manos y la lógica de la
ganancia privada puede ayudar a pasar un nuevo modelo de producción
basado en la agroecologia?
AAP:
No. Si bien pensamos que la expropiación de las tierras puede ser
una de las aristas del tema, seria inteligente plantearnos si esto es
realmente posible desde una organización vertical como la del
Estado, que ocupa una parte fundamental en fomentar y permitir este
modelo de producción.
Fuente:
Diego Brutten, Pigüe: Fumigaciones sobre escuelas, impunidad y lobby empresarial, 5 agosto 2019, La Izquierda Diario. Consultado 6 agosto 2019.
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