ABSA
apeló el fallo judicial que ordena entregar bidones. En San Miguel
del Monte la empresa Aguas Bonaerense SA suministra agua con hasta
diez veces más contenido de arsénico que el permitido. En la
localidad, de 21 mil habitantes, hay 196 casos oncológicos por año.
por
Darío Aranda
En
San Miguel del Monte, la empresa ABSA (Aguas Bonaerense Sociedad
Anónima) suministra agua “potable” con hasta diez veces más
contenido de arsénico que el permitido. Un amparo judicial obliga a
que la empresa entregue bidones a los amparistas y la jueza analiza
extenderlo a toda la ciudad. En 2014, la Corte Suprema había
definido el agua como un derecho humano y ordenó proveer del líquido
en la localidad bonaerense de 9 de Julio. La empresa no analiza si el
agua contiene agrotóxicos.
El
arsénico es un elemento químico que se encuentra en el ambiente de
forma natural y es cancerígeno. Está reglamentado su máximo en el
agua de consumo humano (10 microgramos por litro -0,01
miligramos-). Por el aumento de enfermedades (entre ellas el
cáncer), nació la organización “Todas/os por el Agua San Miguel
del Monte”, a 100 kilómetros de Buenos Aires. Realizaron estudios
y confirmaron lo temido: los valores del químico superan lo
permitido (entre 80 a 100 microgramos) y hasta se evidenció en la
orina de niños que consumen el agua de red.
En
2016, datos epidemiológicos de los centros de salud dieron cuenta de
196 casos oncológicos por año, en una localidad con 21 mil
habitante. Supera en cuatro veces a la media nacional, que establece
217 casos por cada 100 mil habitantes. A mediados de 2018, el Concejo
Deliberante declaró la “emergencia sanitaria” mediante la
ordenanza 4182.
En
diciembre de 2018, la ONG Naturaleza de Derechos asumió la
representación jurídica de los vecinos. Realizaron estudios en el
agua de las escuelas y confirmaron el alto contenido de arsénico.
Reclamaron al Municipio (intendenta, Sandra Mayol) y también al
gobierno de María Eugenia Vidal, pero no obtuvieron respuesta.
Presentaron un amparo judicial y lograron un fallo favorable.
La
jueza Sandra Grahl, del Juzgado Civil y Comercial 17 de La Plata,
determinó en abril pasado que la empresa debe entregar bidones de
agua potable (libre de arsénico y agrotóxicos) a las familias de
los 43 amparistas, escuelas, clubes deportivos y centros de salud.
ABSA también debe informar mensualmente a la población sobre los
residuos de arsénico en agua. El Ministerio de Salud de Buenos Aires
debe implementar el “Plan de Vigilancia Epidemiológica sobre el
Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico” (Hacre).
“Más
de 50 años recibiendo en nuestras casas agua con arsénico. Si
querés tener más detalles y agua potable, suma tu compromiso; por
vos, por tus hijos, por la salud y la dignidad de todos los
montenses”, invitaba una de las primeras convocatorias de los
vecinos. Violeta Rodrigo, de “Todos/as por el Agua”,explicó que
ABSA propone construir piletones para mezclar agua de distintos
pozos, y así equilibrar los niveles de arsénico. “No aceptamos
eso. Exigimos la planta de ósmosis inversa (sistema físico-químico
que permite purificar el agua)”, aclaró Rodrigo.
La
jueza ordenó a la Autoridad del Agua (ADA -espacio gubernamental que
debe regular el sector-) que informe si busca agrotóxicos de uso
actual y solicitó presente en un plazo de 20 días un estudio de las
aguas subterráneas de San Miguel del Monte. ADA reconoció que no
busca los agrotóxicos más utilizados (glifosato, atrazina, 2-4D,
entre otros).
ABSA,
que no respondió la consulta de este diario, apeló la entrega de
bidones en los domicilios de las 43 familias amparistas y cuestionó
la exigencia de que no se superen en arsénico los 10 microgramos por
litro (considera que resulta permisible un residuo de arsénico de 50
microgramos, en base a la derogada ley provincial 11.820). La empresa
reconoció que no busca los agrotóxicos que se utilizan en la
actualidad.
“El
agua potable es un derecho humano inalienable. Sentimos que es el
deber de los habitantes de todas las comunidades exigir al Estado el
cumplimiento irrestricto de nuestros derechos”, explicaron en un
comunicado desde la organización Todas/s por el agua de San Miguel
del Monte.
En
los fundamentos, la jueza resaltó: “Los especiales derechos que
están en juego en el presente litigio, esto es, el derecho humano de
acceso al agua potable, la salud y la vida de una gran número de
vecinos de la localidad de San Miguel del Monte, entre ellos niños”.
Detalló que “el agua provista por la empresa prestataria del
servicio contiene niveles de arsénico superiores a los permitidos
por la legislación vigente”. Y explicó que el reclamo es también
contra el gobierno de Buenos Aires porque ejerce el dominio sobre el
acuífero del cual se sirve ABSA para proveer agua de red. La jueza
Sandra Grahl aún no definió si ABSA debe entregar agua a toda la
comunidad.
El
fallo establece que la empresa debe adecuar la calidad y potabilidad
del agua de uso domiciliario, según los parámetros establecidos por
la Organización Mundial de la Salud (OMS) en coincidencia con la
norma del artículo 982 del Código Alimentario Argentino (10
microgramos por litro de arsénico y sin agrotóxicos).
Aguas
Bonaerense SA (ABSA) tiene el monopolio del agua en 79 localidades de
la provincia, 786 mil usuarios, unas 2,5 millones de personas. La
empresa publicita que tiene como objetivo “afianzarse como una
empresa de servicios públicos esenciales, reconocida por su gestión
eficiente y su profundo compromiso social con la comunidad”.
Fuente:
Darío Aranda, En Monte, el agua potable viene con arsénico, 29 julio 2019, Página/12. Consultado 5 agosto 2019.
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