El
saneamiento de toda la cuenca requiere un operativo complejo e
integral, con urgencia.
La
cuenca del río Suquía es la más contaminada con pesticidas de toda
la Pampa argentina. En consecuencia, el río que atraviesa la ciudad
de Córdoba representa riesgos para los seres humanos y para la vida
acuática.
El
dato surge de un estudio comparativo realizado por investigadores del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(Conicet), que analizaron la presencia de insecticidas y herbicidas
en 66 puntos de ríos de las provincias de Córdoba, Buenos Aires,
Santa Fe y Entre Ríos.
Hay
dos formas de analizar los resultados. En ambas, el Suquía presenta
altísimos niveles de contaminación.
Cuando
se habla de plaguicidas, se suele distinguir entre los productos más
nuevos, que tienden a ser biodegradables y menos tóxicos que en el
pasado, y los más viejos, por lo general ya prohibidos por su alta
toxicidad.
De
los 66 puntos comparados, 13 presentaron un muy alto riesgo para la
vida acuática por alta presencia de plaguicidas actuales.
Pero
por la inexplicable presencia de productos que están prohibidos, los
puntos críticos son, en realidad, 22.
Las
mediciones en el Suquía fueron las más altas si se consideran ambos
tipos de plaguicidas. Y si sólo se tienen en cuenta los actuales,
los datos siguen revelándose muy altos, pero se parecen a los
registrados en el río Paraná y en el norte de la provincia de
Buenos Aires.
Con
todo, el Suquía no es el único río de la provincia con alta
concentración de estos productos: en el Ctalamochita, la
contaminación detectada se corresponde con un riesgo medio.
En
el caso del Suquía, el insecticida que pone en riesgo la vida
acuática presenta concentraciones similares antes y después de su
paso por la ciudad de Córdoba.
No
se trata de un problema que se circunscribe a un tramo delimitado de
su cauce, entonces. Podríamos decir que es sistémico.
No
es la primera contaminación sistémica que se detecta allí.
Recordemos que son numerosos los estudios que asocian la
contaminación del lago San Roque con la falta de cloacas.
Sus
algas, que provocan problemas en la vida acuática y en la salud
humana, se alimentan del nitrógeno y del fósforo que provienen,
sobre todo, de la materia fecal.
Es
que en las 20 localidades que integran la cuenca del San Roque sólo
el 21 por ciento de las viviendas tiene el servicio cloacal adecuado.
En
otras palabras, la presencia de plaguicidas sólo agrava las
condiciones de un río de por sí muy deteriorado. Ya lo hemos
señalado: el saneamiento de toda la cuenca requiere un operativo
complejo e integral, con urgencia.
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Fuente:
El récord negativo del Suquía, 28 agosto 2019, La Voz del Interior. Consultado 30 agosto 2019.
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