por
Franz Chávez
LA
PAZ, 31 ago 2019 (IPS) - Al sur de la Amazonia, en el departamento
boliviano de Santa Cruz, más de un millón de hectáreas sucumben
ante las quemas estacionales, y el presidente Evo Morales tuvo que
interrumpir su campaña electoral en medio de críticas por su
flexible política a la habilitación de tierras para la agricultura.
En
el país, la superficie destruida por el fuego al finalizar agosto
alcanza a 2,1 millones de hectáreas, señala un informe elaborado
mediante la observación de imágenes satelitales por la Fundación
Amigos de la Naturaleza (FAN) y entregada a IPS por Carlos Pinto.
La
región de la Chiquitania, en el departamento de Santa Cruz y
colindante con Brasil, que posee una extensión de 231.577 kilómetros
cuadrados es la más golpeada por los incendios y hasta allí se
trasladaron los últimos días decenas de bomberos, militares,
brigadistas de países vecinos y la ayuda solidaria de la gente para
apoyar al personal de emergencia.
El
informe de FAN destaca que hasta el 30 de agosto el departamento de
Santa Cruz tenía 64 por ciento de superficie quemada, con una
extensión de 1,4 millones de hectáreas, y dejaba en segundo lugar
al de Beni, con 29 por ciento y 639.678 hectáreas destruidas por el
fuego.
El
dato histórico recuerda que en 2010, la superficie quemada alcanzó
“casi a 10 millones de hectáreas” en todo el país, pero aún
queda por delante septiembre, otro mes de quemas de temporada, lo que
hace temer que aún pudiera agravarse la crisis.
Pero
así no haya este año un récord de incendios en la Amazonia
boliviana, las críticas se concentran en que buena parte pudieron
evitarse si el gobierno hubiese atendido a tiempo la emergencia y no
mantuviera una política que alienta la expansión agropecuaria en la
región.
La
tragedia de incendios en este país megadiverso del centro occidental
sudamericano, con 1.098.561 kilómetros cuadrados y sin salida al
mar, ha permanecido prácticamente escondido ante una atención
mundial que se concentró en las llamas del vecino Brasil, pese a que
hubo errores comunes de gestión.
Llanuras,
tierras onduladas cubiertas de maleza, bosques tupidos y árboles son
devorados por las llamas que se desplazan descontroladas y apenas
contenidas por el personal que trata de evitar su expansión a zonas
pobladas, en este país donde 48 por ciento de su territorio está cubierto por seis tipos diferentes de capa forestal.
Pero
tan solo en cinco años, entre 2012 y 2017, y únicamente en el
departamento de Santa Cruz se deforestaron un millón de hectáreas de bosque, según la Autoridad de Fiscalización y Control Social de
Bosques y Tierra, que subraya que 64 por ciento se hizo en forma
ilegal, sin contar con permiso alguno.
De
hecho, estudios de organizaciones ambientales internacionales sitúan
a Bolivia como el país de los ocho sudamericanos que conforman la
cuenca amazónica, que proporcionalmente más territorio deforestado
tiene en el bioma que opera como un gran regulador del clima
planetario.
Detrás
de los incendios
¿Por
qué se registran los incendios en la región? Pinto, de la FAN,
habló a IPS de condiciones extremas como la sequía y las elevadas
temperaturas que bordean los 40 grados centígrados.
Sobre
el uso del fuego como herramienta de desbosque, explicó que la quema
de vegetación es “una práctica usada en las comunidades
campesinas para habilitar tierras” destinadas a la ganadería.
Los
defensores del ambiente aseguran que la quema de maleza se salió de
control aupada por la decisión de Morales de promulgar, el 9 de
julio, el decreto 3973 que, en su artículo 5, “autoriza el
desmonte para actividades agropecuarias en tierras privadas y
comunitarias…”
“Los
medios, a raíz de informaciones sesgadas manejadas políticamente,
han señalado que el culpable es el decreto 3973, pero lo único que
se ha hecho es ampliar (los beneficios) al departamento del Beni”,
declaró el ministro de Desarrollo Rural, César Cocarico, para
defenderse de las críticas al manejo de la crisis.
La
ola de incendios todavía sin control se produjo en plena campaña
para las elecciones generales del 20 de octubre, en que Morales, un
indígena aymara y en el poder desde 2006, será candidato por cuarta
vez consecutiva, tras polémicas decisiones legales para que ello sea
posible, y es favorito, según los sondeos.
El
decreto fue aplaudido y defendido, el jueves 29 de agosto, por la
influyente Federación de Ganaderos del Beni, poco antes del inicio
de la exportación de 24 toneladas de carne bovina a China. El
presidente de la Confederación de Ganaderos de Bolivia, Óscar
Pereyra, estima que las ventas permitirán ingresos por 800 millones
de dólares.
“Por
la dimensión e intensidad de los incendios, podemos hablar de una
catástrofe ambiental”, resumió a IPS el investigador del Centro
de Documentación e Información Bolivia, Marco Gandarillas.
Ha
sido “afectado una gran parte del bosque seco chiquitano
(departamento de Santa Cruz) y fue duramente afectado el Pantanal, la
sabana y el chaco, y por supuesto la Amazonia” localizada en
territorio boliviano, opinó Gandarillas.
“Los
daños a la naturaleza son incontables y a lo mejor algunos hasta
irrecuperables porque contiene a su interior una gran biodiversidad y
está representada por más de 10 ecosistemas de vida”, comentó a
IPS el integrante de la Coordinadora Nacional de Defensa de
Territorios Indígenas y Áreas Protegidas de Bolivia, Rubén Darío
Ortiz, desde el municipio de Roboré, en Santa Cruz.
El
especialista relató que el bosque seco chiquitano mejor conservado
del mundo es generador de agua dulce que se origina en sus serranías
y conducen luego sus afluentes a la cuenca del Pantanal Otuquis, y
alimenta a la cuenca del Plata (Paraguay), una de las más
importantes de América del Sur.
En
las calles de las ciudades de La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Tarija
y Sucre, centenares de manifestantes se movilizan en protesta contra
la política gubernamental de habilitación de tierras de cultivo y
reclaman la abrogación del decreto 3973.
Morales
es criticado porque solo comenzó la atención a los incendios 23
días después de la primera alerta lanzada por la Gobernación del
departamento de Santa Cruz, el 26 de julio, un tiempo durante el cual
se quemaron más de medio millón de hectáreas.
Hasta
ahora, el presidente rechaza la declaratoria de emergencia nacional y
solo rectificó su inicial negativa a recibir cooperación
internacional, ante el clamor de las protestas.
Entonces
aprobó la llegada de expertos en lucha contra incendios forestales,
contrató los servicios del avión estadounidense extintor de
incendios “Supertanker” y se espera la llegada de la ayuda rusa
con un avión Ilyushin IR79.
Además
de la devastación de la fauna y flora, Gandarillas lamenta el
impacto en áreas protegidas en las localidades de San Matías y
Otuquis, en la amazónica Chiquitania, donde el fuego afectó a 70
por ciento de la superficie.
Los
daños a la población de las áreas con focos de incendios, estimada
en más de 200.000 personas, serán severos, anticipa Arias.
El
turismo ecológico basado en los paisajes naturales está afectado,
al mismo tiempo que la sequía genera impactos en las diversas
actividades de la zona.
“Será
complicado y duro poder recuperarse de este desastre provocado por la
mano del hombre”, pronostica.
Edición:
Estrella Gutiérrez
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Fuente:
Franz Chávez, Bolivia, el rostro escondido del infierno de la Amazonia, 31 agosto 2019, Inter Press Service.
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