"Es
el sistema centralizado, consumidor", podría haberse titulado
esta columna. El corte de luz generalizado se debe a la inexistente
diversidad de generadores de energía que actúen a escala local o
regional. Este "mono-cultivo" energético-eléctrico
condiciona a su vez los modos de producción y las fuentes posibles
afectando la capacidad de adaptación y resiliencia en un mundo cada
vez más proclive a escenarios de riesgo y vulnerabilidad.
por
Eduardo Soler
El
corte de electricidad que afectó a casi toda Argentina (y otros
países, como Uruguay) no se vincula directamente con el problema de
la poca diversidad de las fuentes energéticas. Es decir, la alta
dependencia que tiene el país respecto a los hidrocarburos, en este
caso. Sí se explica por la existencia de un "sistema eléctrico
interconectado", que es un sistema centralizado como tal. De
hecho, la única provincia no afectada fue Tierra del Fuego, que está
por fuera de este esquema "nacional" (algunas provincias
patagónicas, como Chubut, se conectaron hace pocos años, para poder
extraer de allí su energía hacia la zona metropolitana).
En
principio, no sería un inconveniente tener una "interconexión"
de energía, porque puede generar complementariedades. Sin embargo,
el sistema como tal no contempla aún la viabilidad concreta de la
co-generación, y estamos hablando aquí sólo a nivel
domiciliario-familiar sino comunitario (pequeñas fuentes de
energía). Un principio básico de la ecología es la diversidad, que
puede no ser el más "eficiente" para generar un efecto
determinado, pero sí proporcionar mayor estabilidad y resiliencia al
eco-sistema. En otros términos, la existencia de "mega-represas"
o de centrales nucleares nos hablan de una concepción centralista
del sistema energético como tal.
Este
sistema centralizado como opuesto al principio de eco-diversidad se
vincula por ejemplo con la idea del mono-cultivo. Se pretende como un
modelo óptimo y eficiente para la generación de un recurso (en
Argentina, la soja transgénica) pero genera diversos riesgos, además
de ser más vulnerable frente a una eventualidad crítica (aparición
de una "plaga", por ejemplo). Para enfrentar un futuro
donde por las propias condiciones de afectación del ambiente (como
la "crisis climática") viviremos con mayor vulnerabilidad,
se hace indispensable pensar en esta diversificación del sistema
energético. Y esto tiene un correlato en el modelo económico: no
depender de mega-corporaciones que concentran su producción y su
distribución.
Para
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