Marion
Hammerl, presidenta de la Red Internacional Living Lakes. La
organización ecologista Living Lakes denuncia que el 80 % de los
lagos y humedales del mundo han desaparecido o están muy
deteriorados.
por
Cristina Vázquez
La
red internacional Living Lakes (Lagos Vivos), de la que forman parte
representantes de más de un centenar de lagos y humedales de los
cinco continentes, han mostrado en Valencia -donde acaban de reunirse
en su 15ª conferencia- su preocupación por “el grave estado de
deterioro y destrucción de algunos de los humedales mediterráneos”.
La alemana Marion Hammerl, presidenta de esta red conservacionista y
miembro de la Fundación Global Nature, alerta de la falta de agua en
humedales como Doñana, las Tablas de Daimiel, el Delta del Ebro, el
Mar Menor o la Albufera. El manifiesto de esta organización pide a
España que aplique la directiva marco del Agua y asegure las
necesidades hídricas de los hábitats y especies protegidos en
España.
Pregunta.
Más de 200 personas de todo el mundo han compartido en Valencia
información sobre el estado de conservación de los humedales y sus
ecosistemas. ¿Cuál es el diagnóstico?
Respuesta.
Las cifras que manejábamos hasta hace unos días indicaban que más
del 60 % de los humedales y lagos del mundo han desaparecido o se
encuentran muy degradados pero el informe de la Plataforma
Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios
Ecosistémicos (IPBES), presentado este lunes en París, arroja datos
terribles: es el 80 % de estos lagos y humedales los que están
gravemente deteriorados. Estamos en una tendencia negativa y, aun
disponiendo de mucha tecnología, ni hacemos lo suficiente ni a la
velocidad adecuada para salvar los humedales del planeta.
P.
¿Cómo frenar este proceso de degradación?
R.
Implementar los muchos planes que hay porque son buenos, da igual si
es el Plan de Humedales Ramsar o de las cuencas hidrográficas, así
que lo más urgente es ejecutar lo que tenemos y después afrontar
problemas tan básicos como tratar adecuadamente las aguas residuales
o regar de forma más eficiente, que sabemos hacerlo. No inventemos
nada nuevo, hagamos lo que tenemos al alcance.
P.
Al inicio de la conferencia recordó, como creen los Huicholes,
pueblo indígena de México, que los lagos son el espejo de los seres
humanos. ¿Por qué parece importar tan poco su conservación?
R.
No lo sé, no lo entiendo, porque los lagos siempre han sido el
centro de la urbanización, de los asentamientos humanos. Donde había
lagos, había pueblos establecidos. Muchos son sagrados para los
pueblos indígenas y a lo largo de toda la historia hemos tenido una
relación muy estrecha con ellos pero quizás hemos visto más sus
valores recreativos. L’Albufera de Valencia, por ejemplo, es un
bello espacio para pasear los fines de semana pero nos olvidamos de
que da servicios ecosistémicos esenciales para los humanos porque
actúan de escudo frente al cambio climático. Debemos darnos cuenta
de que los humedales no son solo un paisaje bonito sino un ecosistema
esencial. Muchos pueblos tienen agua potable gracias a estos lagos,
por ejemplo, el de Atitlán, en Guatemala.
P.
¿Es sensible España al estado de sus humedales?
R.
Hay algunas cosas que se están haciendo bien y otras no. Se están
recuperando los humedales de la Mancha o L'Albufera valenciana. Pero
el uso de pesticidas por parte de la agricultura no es aceptable en
estos espacios. Deben ser cultivos ecológicos. Además, España ha
tenido tres grandes humedales que se desecaron en el siglo XX: Antela
[Ourense], Mar de Campos [Palencia] y La Janda [en Cádiz]. Con la
Fundación Global Nature hemos recuperado 300 hectáreas en Fuentes
de Nava pero podrían recuperarse fácilmente 3.000 o 4.000
hectáreas. Los planes están y la población local ve esa
recuperación como una posibilidad de desarrollo, así que la
Administración debería de ponerse las pilas.
P.
Más presupuesto.
R.
El dinero es importante pero también ponerse de acuerdo con otros
organismos y Administraciones con competencias en estos espacios
naturales. Es básico que todos vayan en la misma dirección.
P.
¿Cómo se conciencia a los ciudadanos de lo importante que es la
conservación de los humedales?
R.
Los ciudadanos deberían hacer saber a sus políticos locales que les
importan sus humedales y no consentir que se sigan degradando.
También pueden contribuir con una buena gestión del agua, sin
desperdiciarla y, desde el punto de vista del consumo, huir de los
microplásticos, que no afectan solo a mares y océanos sino también
a las bolsas de agua dulce. El microplástico está en la cosmética,
en las chaquetas deportivas, y contamina los humedales porque la
mayoría de plantas de tratamiento de aguas residuales no puede
retirarlos.
P.
Ha dicho que lagos y humedales actúan de escudos contra el cambio
climático. ¿De cuánto tiempo se dispone antes de llegar a un punto
de no retorno?
R.
Hay que acelerar las actividades de recuperación y protección
porque el cambio climático avanza rápido. Si pasamos ese punto de
no retorno, el esfuerzo será más grande y costoso y habría que ver
si podemos recuperar parte de lo perdido. Los planes están bien pero
un plan sobre el papel no vale de nada. Y esta política de pequeños
pasos ya no vale, lo siento. Tenemos que acelerar mucho en la
recuperación.
Fuente:
Cristina Vázquez, “Los humedales no son solo un paisaje bonito sino un ecosistema esencial”, 10 mayo 2019, El País. Consultado 10 mayo 2019.
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