por Laura Rocha
Las señales de
alerta no paran de sonar: el descarte indiscriminado de los plásticos
y sus efectos nos acecha. No sólo se trata del daño que causan las
inmensas islas flotantes del Pacífico, a menos de 300 km de la
ciudad de Buenos Aires este tipo de contaminación afecta severamente
a las aguas del río Paraná. En ese sentido, investigadores del
Conicet aseguran que estamos ante "niveles alarmantes"
respecto de la presencia de este tipo de material en las aguas y en
los organismos vivos, como los peces.
"Al
microplástico lo hemos encontrado en cantidades alarmantes",
advirtió a Infobae Martín Blettler, investigador adjunto del
Conicet en el Instituto Nacional de Limnología (INALI,
CONICET-Universidad Nacional del Litoral). "En comparación
con otros estudios internacionales, estamos superando todos los
límites", indicó el experto. Sin embargo, el científico
también reconoce que en algunos lugares lo han encontrado en
proporciones menores. "Si bien la distribución es heterogénea,
en algunos lugares hemos tenido que contar dos veces porque nos ha
parecido inadmisible la cifra encontrada: en algunos sectores alcanza
las 35.000 partículas por metro cuadrado".
Desde 2016, su
grupo de investigación lleva adelante estudios que han arrojado
resultados preocupantes: detectaron un alto índice de contaminación
por plástico en los cursos de agua del Paraná, la Laguna Setúbal,
cercana a la ciudad de Santa Fe y en cauces cercanos. "Las
botellas y otros residuos plásticos son extremadamente abundantes;
sin embargo, como sociedad aún no vemos el problema en su total
magnitud y no lo asociamos con lo que realmente significa",
indicó.
"En la
actualidad, lamentablemente no existe una tecnología que permita
quitar esos microplásticos del ambiente. Con los residuos más
grandes, podemos organizar campañas de limpieza o podemos evitar que
ingresen nuevos residuos al río haciendo mejores tratamientos de los
residuos sólidos. Pero el microplástico que está hoy no lo podemos
sacar y vamos a tener que convivir él en los próximos años",
dijo el investigador.
El equipo de
expertos también estudia cuánto impacta este problema en los seres
vivos. "Hemos encontrado evidencias de este material en peces,
es decir que lo están ingiriendo. El principal efecto negativo de
los plásticos en la salud de los peces es el bloqueo intestinal, la
disminución de la reproducción y un debilitamiento general que los
hace más vulnerables frente a los depredadores", sostuvo
Blettler. Y detalló que en el caso de los sábalos, el 100% de los
ejemplares tenían estos elementos en sus organismo:"Esta es una
investigación en curso, pero es un dato significativo. Aún no
tenemos estadísticas de otras especies".
Por otro lado,
advirtió que la biota también puede sufrir potencialmente efectos
tóxicos, cuyo alcance aún se desconoce, porque muchos plásticos
liberan sustancias tóxicas, como plaguicidas y metales pesados. "La
contaminación por residuos plásticos es consecuencia del bajo costo
de producción de productos plásticos descartables y de su consumo
masivo. Por lo tanto hay aspectos sociales, culturales y económicos
involucrados", observó Blattler.
Verónica García,
al frente del programa marino de la Fundación Vida Silvestre
Argentina (FVSA) coincide con el diagnóstico de los investigadores
del Litoral. "En los censos que realizamos, con otras 17
organizaciones, siempre los fragmentos de plásticos representan los
residuos más importantes. Los plásticos que llegan a los cuerpos de
aguas se originan en las ciudades y la cantidad va a estar
relacionada con el tamaño poblacional y la gestión de residuos. Los
cuerpos de agua, como ríos y mares transportan y conectan otras
localidades por eso creemos que es importante que haya una política
nacional y que las municipalidades atiendan la problemática",
le dijo a Infobae García.
Salud humana
"El problema
es que no sólo producen daño a los seres vivos sino que también
pueden transportar químicos e incluir diseminación de especies
invasoras y patógenos, como la escherichia coli. Sabemos que estamos
expuestos aunque todavía no sabemos cuáles son los efectos que
puede tener en la salud humana", sostuvo la representante de la
ONG.
En las playas
bonaerenses los desperdicios que quedan en la vía pública llegan a
las bocas de tormenta, viajan por los pluviales (conductos utilizados
para desagotar el agua de lluvia donde hay asfalto) y terminan en las
playas o directamente en el mar. Aquellos de baja densidad (bolsas de
plástico, tapa de botellas, sogas) flotan en la superficie mientras
que los de alta densidad (telas, filtros de cigarrillos, sogas de
nylon, botellas enteras, utensilios) terminan en el fondo.
"Aunque se
está trabajando en desarrollar tecnología para limpiar el océano y
recientemente descubrieron bacterias que degradan el plástico, la
mejor estrategia es la entrada de basura plástica al mar. Países
como Australia (número 100 en el ranking) por ejemplo, cuentan con
dispositivos en las bocas de tormenta y en la terminación de los
pluviales que retienen la basura sólida y evitan que llegue al mar,
además de una sólida conciencia y educación ambiental",
indicó García.
La semana pasada
el intendente de Mar del Plata, Carlos Arroyo, firmó el decreto
853/19 que dispone la prohibición absoluta del uso en de sorbetes,
envases y cubiertos de material no reciclable en paradores públicos
y privados, concesionados o no, dispuestos en la franja de costa de
este distrito. El distrito se suma así a otras localidades costeras
como la pionera Pinamar, o Villa Gesell.
Para la industria
del plástico los desechos también son un desafío, pero creen que
"la solución no es prohibir". "Una solución
sustentable sólo puede llegar a través de políticas públicas,
cierre de basurales a cielo abierto y una eficiente gestión de los
residuos, organizaciones del tercer sector y ciudadanos trabajando en
conjunto. Ecoplas trabaja para la concientización y la educación
ciudadana para lograr el consumo responsable, la valorización de los
residuos plásticos, incluidos vasos y sorbetes plásticos. Son
recursos para la economía circular que tras su reciclado se pueden
transformar en otros productos.", aseveró Verónica Ramos,
directora Ejecutiva de Ecoplas, una asociación civil que trabaja con
el procesamiento y tratamiento del plástico.
En ese sentido,
Mario Tonelli, gerente técnico de esta ONG, agregó: "Ayudaría
mucho una ley de envases que hace años espera ser debatida en el
Congreso. Y es fundamental una buena gestión de residuos municipal.
Hay muchas ciudades argentinas que aún tienen basurales a cielo
abierto y Paraná es una de ellas. Los denominados plásticos de un
solo uso son de uso extendido en distintos tipos de comercios que
expenden bebidas y comidas porque son higiénicos, cuidan la salud de
las personas y evitan el desperdicio de los alimentos. Permiten el
consumo de manera segura y están aprobados por el Código
Alimentario Argentino". En Ecoplas recordaron que el plástico
es un recurso reciclable y hoy la industria sólo procesa el 50 % del
material que se fabrica.
Un estudio del
Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep),
también con sede en Mar del Plata, advierte sobre los efectos del
plástico en las costas. Según ese informe, en el océano hay más
de cien partículas de plástico por litro de agua. Las alarmas
siguen sonando.
Fuente:
Laura Rocha, Alerta por los "niveles alarmantes" de contaminación por plásticos en el río Paraná, 20/04/19, Infobae.
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