Un
estudio del Ministerio de Agricultura de Río Negro sobre algunos
productos determinó una alta presencia de pesticidas. Según fuentes
técnicas los niveles no afectan a la salud, pero alertan sobre el
incumplimiento de buenas prácticas agrícolas.
por
Jorge Tanos y Lorena Vincenty
Frutas,
verduras y agrotóxicos forman una ecuación que preocupa y a veces
atemoriza. Pocos consumidores optan por comprar orgánico. Otros, sin
remedio, toman las verduras de las góndolas y confían. Los pequeños
productores de hortalizas de la zona crecen pero las buenas prácticas
agrícolas no siempre se respetan. Tierra adentro toman decisiones
solos e involucran a todos.
Los
últimos controles realizados por el Ministerio de Agricultura,
Ganadería y Pesca de Río Negro sobre verduras y frutas que se
consumen dentro del mercado interno arrojaron la presencia de
pesticidas y grandes cantidades de insecticidas, herbicidas y
fungicidas.
Si
bien los técnicos en la materia aseguran que no son nocivas para la
salud, las muestras tomadas en distintas ciudades, dejaron a la vista
que no se respetan buenas prácticas agrícolas. Desde el Estado se
trabaja a través de varios organismos en capacitaciones y controles,
pero no alcanzan a todos los productores.
La
verdura, muchas veces, pasa directo de la huerta a la verdulería. En
Río Negro, cerca de algunas ciudades, no hay mercado concentrador.
El
estudio del ministerio, se realizó en mayo de 2018. Los diferentes
muestreos se tomaron en Viedma, Cipolletti y Bariloche, ciudades con
más de 40.000 habitantes. Se eligieron al azar distintas bocas y
tomaron algunas especies que se consumen a diario como zanahorias,
verduras de hoja, tomates, peras y manzanas.
Entre
los 10 alimentos seleccionados, se dio cuenta de que el tomate es el
que mayor carga de agroquímicos tiene. Las hortalizas que a diario
se consumen en las mesas familiares contienen de insecticidas,
herbicidas, fungicidas.
El
ingeniero agrónomo Alejandro Fernández, de la Dirección de
Inocuidad y Calidad Agroalimentaria del Senasa explicó que en la
agricultura tradicional se utilizan estos productos, por eso es
esperable que estén presentes en el alimento que se cosecha y que
los niveles no son altos como para alarmarse. “Una norma fija los
límites autorizados de residuos. Los niveles que aparecen son bajos
y no afectan a la salud”, dijo y agregó que Argentina es uno de
los pocos países que hace ensayos a campo.
“Si
se superan los límites, se debe a que se aplicó una dosis mayor,
más veces de lo recomendado o más cerca de la fecha de cosecha. Es
una muestra de que hay una buena práctica que no se cumplió”,
dijo.
Walter
Copes, licenciado en saneamiento ambiental del Inta sostuvo que “no
siempre los productos no permitidos están prohibidos. Algunos se
colocan pocos días antes de la cosecha, o usan un producto que
aprobado para el tomate en otro cultivo para el que no está
aprobado. Lo que sucede en las verduras, muchas veces, es que es más
difícil controlar”.
En
la fruta que se produce en la zona, los controles son más efectivos,
porque pasan por un galpón de empaque y allí se realizan de acuerdo
a las exigencias de los mercados externos. Pero la verdura, muchas
veces, pasa directo de la huerta, a la verdulería. En Río Negro,
cerca de algunos grandes polos urbanos, no hay mercados
concentradores y llega al consumidor sin control.
Libre
albedrío del productor
Según
el censo oficial del Ministerio, en los valles irrigados de Río
Negro se producen aproximadamente 7.700 hectáreas de horticultura,
generando cerca de 200 toneladas de hortalizas. Los cultivos más
importantes son la cebolla (que un gran porcentaje es enviada a
Brasil), tomate para industria, zapallo y papa.
Todo
se desarrolla mayoritariamente por pequeños productores. Una parte
se consume dentro de la provincia y otra se comercializa en mercados
internos y de exportación. Las buenas prácticas agrícolas en las
huertas productoras, son más una decisión que toma con libre
albedrío el productor, que una obligación.
“Lo
que se necesita son capacitaciones y seguimiento. El Inta da cursos
de buenas prácticas agrícolas pero su asistencia es voluntaria, no
obligatoria”, dijo Walter Copes.
La
mayoría de los productores son bolivianos. Ellos ganaron terreno,
literalmente, cuando la fruticultura dejó tierras improductivas. Su
cultura es cerrada y el desafío del Estado es llegar a esas
parcelas, para controlar, pero sobre todo incentivar y enseñar la
importancia del cuidado en el manejo de agroquímicos.
Heriberto
Llanos, de la Asociación de productores y horticultores de General
Roca, sostiene que respeta las buenas prácticas agrícolas, que
entiende la importancia, pero reconoce que no todos los horticultores
lo hacen.
“Hay
que difundir. Acá, no tenemos mercado concentrador, entonces no hay
controles. Nosotros presentamos un proyecto en el Consejo Deliberante
local para que se cree un ente agropecuario, una secretaría con
centro de acopio pero todavía no tenemos respuesta”, comentó.
“También
podríamos hacer orgánico pero tenemos que certificar. Si nos
acompañan y nos dicen que eso tenemos que hacer, lo hacemos, porque
creemos que es importante cuidar al consumidor”, sostuvo el
productor.
Finalmente,
los consumidores tienen es sus casas herramientas para comer
tranquilos. Lo que recomiendan los técnicos es un buen lavado de las
frutas y verduras y exigir.
Como
señaló Pilar Muñiz, ingeniera agrónoma de Río Colorado,
responsable en la cámara hortícola “los consumidores tenemos que
tomar conciencia sobre qué estamos consumiendo para poder exigir a
todos los organismos oficiales y privados que se produzcan alimentos
inocuos”.
Cuatro
preguntas que responde el Senasa
1.-¿Los
vegetales pueden tener residuos de plaguicidas?
Sí,
es posible aunque no en todos los casos. Es normal que el uso de un
plaguicida deje pequeñas cantidades en los vegetales sobre los
cuales se aplica. No siempre esa presencia implica un peligro para la
salud.
2.-¿Se
pueden consumir los alimentos que contienen residuos?
Si,
una de las consecuencias del uso de plaguicidas en la producción
agropecuaria es la presencia de un residuo en el alimento. Senasa,
después de ensayos y evaluaciones, determina la cantidad máxima que
se puede tolerar y se conoce como límite máximo de residuo (LMR).
3.-
¿Qué ocurre cuando un residuo supera un LMR?
Cuando
un residuo supera un LMR no significa que el alimento sea dañino
para la salud o “envenene” a quien consuma ese alimento. La
superación generalmente muestra el incumplimiento de la práctica
agrícola recomendada. Es decir, sería la consecuencia de una “mala
práctica agrícola”.
4.-¿Se
usan plaguicidas no autorizados?
Sí,
es una mala práctica agrícola recurrente que algunos agricultores
apliquen plaguicidas que no están autorizados para la especie donde
lo aplican. No significa que se aplicó un producto prohibido sino
que por razones económicas o desconocimiento, utilizó el plaguicida
que tenía disponible que está autorizado para otra especie.
Qué
cantidad de agroquímicos hay en cada verdura
Los
resultados del estudio realizado por el Ministerio en Viedma,
Cipolletti y Bariloche, se replican en las restantes zonas
productoras de Río Negro.
Sobre
36 muestras estudiadas, con 9 muestras por especie seleccionadas,
arrojaron que el 100 % del tomate contiene residuos de plaguicidas y
un 44 % presentaban presencias de químicos no indicadas para el
cultivo.
El
33 % de las muestras tienen presencias en los límites del LMR
(límite máximo de residuo que se puede tolerar) con hasta 6
productos insecticidas y fungicidas.
En
las plantas de lechugas el 78 % de las muestras presentan residuos de
plaguicidas. Un 44 % residuos por encima de los LMR, con 5
plaguicidas por muestra. Un 22 % de las muestras no poseían
residuos.
El
78 % de las muestras de zanahorias, contenían residuos de
plaguicidas. 44 % presentaba residuos por encima de los LMR y
contenían hasta 5 plaguicidas por muestra.
En
la manzana, el 88 % de las muestras presentan residuos de
plaguicidas, el 55 % presenta residuos por encima de los LMR y hasta
14 plaguicidas.
Para
bajar los niveles de pesticidas se tienen que involucrar todos los
actores de la sociedad, desde productores, hasta consumidores y el
Estado.
Fuente:
Jorge Tanos, Lorena Vincenty, Agroquímicos en las verduras: lo que comemos, fuera de control, 28 abril 2019, Río Negro.
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