El lobby nuclear
argentino es lo suficientemente plástico como para adaptar su
discurso a las circunstancias del momento.
por Cristian
Basualdo
CENTRAL NUCLEAR
EMBALSE, 14 mayo 2018.- “En algún momento del segundo semestre no
tengo ninguna duda la planta va a estar operando comercialmente”
enfatizó Julián Gadano, subsecretario de Energía Nuclear de
Argentina, en una entrevista que concedió a radio La Brújula
durante una visita a la única central nuclear de la provincia de
Córdoba; además agregó que “esperamos tenerla comercialmente
para la mayor demanda del verano”, y le habló a “doña Rosa de
Córdoba” diciéndole que la nuclear le significaría mayor
seguridad energética.
Pasaron
las semanas y los meses, el verano entró en su recta final y la Central Nuclear
Embalse (CNE) sigue sin entregar energía a la red. En tales
condiciones el subsecretario no tuvo problemas en decir que uno de
los objetivos principales es “tener la máxima potencia en el
invierno para reemplazar esa energía por potencial combustible
importado”, durante una entrevista a Cadena 3.
Entre una y otra
declaración, Gadano participó de una jornada en el Centro Argentino
de Ingenieros, el 3 de octubre de 2018, en la cual admitió un desvío
de 8 meses en la extensión de vida de la CNE; con algo de
desfachatez dijo que “si vemos la historia de las grandes obras de
la Argentina es un desvío para descorchar y la estamos terminando en
presupuesto y eso nos permitiría descorchar un poco más”.
Hablando de lo mismo, en una entrevista a La Nación se contradijo
al afirmar que "empezamos y terminamos en los tiempos y con los
recursos establecidos; tuvimos un desvío temporal de ocho meses que
es la nada misma en una obra de esta magnitud”. La frase no tiene
sentido, una obra no puede haberse concretado a tiempo y a su vez con
un desvío temporal.
Gadano tiene
derecho a tener sus propias opiniones, pero no sus propios hechos: la
demora fue de 6 años y 10 meses, y el costo fue más del 300 %
del previsto originalmente. Efectivamente, según información de
Nucleoeléctrica el reactor fue puesto a crítico el 4 de enero de
2019, a un costo de 2.142 millones de dólares. Pero si la extensión
de vida hubiera resultado como pronosticaba un documento de la misma
empresa en 2007, la central debería estar funcionando desde julio de
2012, a un costo de 704 millones de
dólares (1). Y no se trata solo de un documento perdido en los
laberintos de la burocracia y del tiempo, el lobby nuclear modificó recurrentemente los plazos y los costos de acuerdo a sus intereses
inmediatos; de manera que el segundo ciclo de generación con los 35
megavatios extra, producto de la repotenciación de la vieja central,
estuvieron durante una década a la vuelta de la esquina, pero de la
otra esquina.
La #CentralNuclearEmbalse inició su construcción en 1974 y alcanzó su primera criticidad el 13 de marzo de 1983. Actualmente la planta se encuentra finalizando su #ExtensióndeVida, que le permitirá operar por otros 30 años.— Nucleoeléctrica (@Nucleoelectrica) 3 de diciembre de 2018
Más info en https://t.co/VUm4Qjfcnb pic.twitter.com/Xgu28leNGx
En la citada
entrevista con La Nación, el subsecretario dijo que la extensión de
vida de Embalse es la contracara de Atucha II que es el ejemplo
de cómo no hay que hacer las cosas. Sociólogo y militante del
PRO, Gadano plantea la dicotomía: vieja / nueva forma de concretar
un proyecto nuclear, a tono con el primer macrismo que, según el
politólogo José Natanzon, “se presentaba como el portador de una
serie de valores de gestión (cercana, eficaz, honesta) que
contrastaban con la política tradicional (lejana, ineficiente,
corrupta)” (2).
También intenta
resignificar la extensión de vida de Embalse como un logro macrista,
en un movimiento ya familiar: el de asociar una central nuclear con
un proyecto político y económico determinado. Atucha I es un
ejemplo del desarrollismo de la segunda mitad del siglo pasado,
mientras que la culminación de Atucha II fue el mascarón de proa de
la política nuclear kirchnerista. La CNE comenzó a gestarse
antes de la dictadura militar, y eso no impidió al vicealmirante
Castro Madero convertirla en el ícono de su plan nuclear.
Perfil informó
que la central será reconectada a la red eléctrica en un acto que
se realizará este mes de marzo, con la presencia del primer
mandatario. No dice Perfil que Mauricio Macri necesita inaugurar algo
concreto antes del comienzo del cronograma electoral, mientras que la
empresa estatal Nucleoeléctrica necesita que el acto encubra el
dispendio de fondos del Tesoro Nacional que representó la extensión
de vida de Embalse, cuyos sobrecostos son difíciles de explicar. Por
estos días se encuentra realizando pruebas en la CNE, que incluyen
la apertura de válvulas del circuito secundario, y ensayos con
fluoresceína, un líquido usado para detectar pérdidas en las
tuberías.
El lobby nuclear
argentino es lo suficientemente plástico como para adaptarse a las
circunstancias del momento, luego del triunfo de Cambiemos en las
elecciones presidenciales, realizó el enroque de los funcionarios
asociados al kirchnerismo. Tales fueron los casos José Luis Antúnez,
reemplazado por Oscar Semmoloni al frente de Nucleoeléctrica, Héctor
Otheguy reemplazado por Vicente Campenni al frente de INVAP, y Norma
Boero reemplazada por Osvaldo Calzetta Larrieu al frente de la CNEA.
Antúnez y Otheguy estaban “quemados” por sus apariciones en el
programa 678.
Además,
Nucleoeléctrica bajó de su canal de youtube el documental “Átomos
Argentinos”, que en 4 capítulos exhibía una visión nacional y
popular del plan nuclear, criticaba duramente al neoliberalismo, y
entrevistaba -entre otras personalidades- a Julio De Vido, el por
entonces todopoderoso ministro de Planificación Federal, actualmente
convertido en el paradigma de la corrupción kirchnerista. “Átomos
Argentinos” fue una contribución del lobby nuclear a la campaña
de Scioli, permaneció unos pocos meses en la red, hoy solo queda el trailer.
Gadano es parte
de la herencia kirchnerista que pudo reciclarse, ingresó a la
función pública de la mano de Oscar Parrilli y ocupó cargos en la
Autoridad Regulatoria Nuclear, de la que fue designado vicepresidente
por Cristina Fernández de Kirchner mediante el Decreto 321/2012. De
este período no se conocen delcaraciones suyas quejándose por lo
mal que se hacían las cosas en Atucha II. Por contra habló del
“exitoso caso de Atucha II que Nucleoeléctrica orgullosamente
terminó”, en una entrevista para la revista U-238 a poco de asumir
como subsecretario. El discurso de Gadano no requiere de coherencia
interna, puede elogiar Atucha II hoy, y criticarla mañana.
En 2016 el
subsecretario prometió la remediación de la mina de uranio Los
Gigantes, “toda mina no remediada genera impacto pero aclaremos
algo: en este caso el daño está lejos de ser catastrófico” le dijo a la Voz del Interior, y agregó que la obra era mucho más
posible en el 2017. Actualmente la
mina Los Gigantes sigue sin remediación, un ejemplo de la distancia que hay entre el limbo de la
retórica mediática y la realidad.
Un súper con sus
tres sucursales cerradas
Gadano es uno de
los autores de la presentación titulada “Desafíos comunicacionales para la regulación en tiempos ambientalistas”, que propone como
nuevo paradigma pasar de la comunicación activa a la comunicación
proactiva. Entre las cosas que no hay que hacer figura “suponer que la
sociedad entiende términos técnicos”, y entre las cosas que hay
que hacer es “no decir toda la verdad. Pero no mentir”. Así
escuchamos un discurso pseudocientífico que parece elaborado para un
interlocutor disminuido en sus capacidades de entendimiento. Tomemos
como ejemplo la charla que brindó en la Casa de Gobierno de Río Negro
en mayo de 2017; hablando de los beneficios de la instalación de una
central nuclear en la costa atlántica dijo que “tenemos una fuente
de agua fría muy importante”, y por eso “nuestras centrales, no
tienen a Homero Simpson, ni al señor Burns, ni las torres de
enfriamiento”. También dijo que una central nuclear “está más
o menos las 24 horas del día los 365 días del año, con las paradas
programadas, la nuclear es gauchita”.
Sin embargo,
cuando se puso a crítico el reactor de Embalse ninguna de las 3
centrales nucleares estaban aportando energía al sistema argentino
de interconexión. Embalse porque iniciaba un período de potencias
crecientes y se conectará recién cuando el reactor alcance la mitad
de su potencia de trabajo, mientras que Atucha I y II están paradas
por problemas en las bombas, “lamentablemente ninguno de los dos
paros fueron programados sino inesperados” declaró Gadano a La Voz del Interior, y agregó que “es como un súper que tiene sus tres
sucursales cerradas”.
Confieso que
prestar atención a los dichos del subsecretario de Energía Nuclear
ha sido una tarea penosa. No obstante debo destacar sus acertadas palabras cuando dijo que el gran desafío de la
energía nuclear es el de costos, “hace bastante tiempo que no hay
innovación y es cara porque las energías renovables han bajado los
precios”, agregó que las nucleares “son proyectos enormes, que
vienen de épocas en las que eso no importaba tanto porque lo
financiaba el Estado, y porque además tienen muchos costos de
seguridad” en una entrevista a Nuevos Papeles.
Referencias:
- Proyecto extensión de vida de la Central Nuclear Embalse - Análisis Técnico Preliminar, Mayo 2007, pg. 19. “Se ha realizado un análisis económico preliminar del Proyecto Extensión de Vida de la CNE, dado que la inversión surgirá con mayor precisión luego de culminar la fase 1 del Estudio a principio del año entrante. Sin embargo el monto total asumido de 704 MMU$S es similar a los proyectos internacionales que actualmente se están desarrollando y puede considerarse una buena aproximación a la inversión”.
- José Natanzon, ¿Por qué?. La rápida agonía de la Argentina kirchnerista y la brutal eficacia de una nueva derecha, Siglo XXI Editores 2018.
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