Un informe del
Banco Mundial indica que los desechos municipales a nivel mundial
podrían aumentar un 70 % en los próximos 30 años.
por María Victoria
Ojea
Inundaciones,
enfermedades, océanos contaminados son algunas de las muchas
consecuencias por no tratar lo que desperdiciamos. Es que la basura
no solo termina en grandes vertederos de mal olor: tiene un impacto
devastador sobre el planeta y podría ser aún peor en el futuro.
Esta es una de
las conclusiones del informe del Banco Mundial “What a waste 2.0”
(Los desechos 2.0), que pone el foco en la generación, recolección
y tratamiento de los residuos a nivel municipal como punto de partida
para luchar contra la contaminación de residuos sólidos.
De acuerdo al
estudio, en el mundo se generan al año 2.010 millones de toneladas
de desechos sólidos municipales, y al menos 33 % de ellos no son
tratados. Se proyecta que la rápida urbanización, el crecimiento de
la población y el desarrollo económico harán que la cantidad de
desechos a nivel mundial aumenten un 70 % en los próximos 30 años
si no se toman medidas urgentes. Un futuro donde convivir con basura
podría ser la nueva normalidad.
Pero no son solo
las grandes urbes norteamericanas, europeas o asiáticas las que
podrían tener este devenir. Los latinoamericanos no estamos exentos
de este problema: cada uno de sus habitantes genera casi un kilo de
basura por día, pero solo se recicla el 4,5 % de los desechos a
nivel regional. Por ello, es clave conocer el impacto de tirar algo
sin separarlo o tratarlo.
A continuación,
algunos datos que el informe “What a waste 2.0” destaca sobre
América Latina y el Caribe en relación con la generación,
recolección y tratamiento de residuos:
Generación de
residuos:
Se calcula que
cada persona en América Latina y el Caribe genera casi 1 kilo de
basura por día, unos 231 millones de toneladas de desechos anuales,
de los cuales más de la mitad son alimentos.
Aproximadamente
un tercio de los desechos son materiales secos reciclables (papel,
cartón, vidrio y plástico, limpios y secos). Y se estima que casi
un 15% de la basura que no ha sido caracterizada por los sistemas
formales sea orgánica ya que proviene de zonas rurales y de bajos
ingresos, áreas que tienden a generar basura húmeda y desechos
verdes.
Recolección de
residuos:
En comparación a
las tendencias mundiales, la cobertura de recolección de residuos es
bastante alta para América Latina y el Caribe. A nivel urbano,
alrededor del 85 % de los desechos se recolectan y la mayoría de los
sistemas de recolección de desechos lo hacen puerta a puerta. En
países como Uruguay o Colombia, la cobertura alcanza el 95% en sus
ciudades. Este número dista de la situación en áreas rurales,
donde la cobertura de recolección de residuos es del 30 %.
Por otra parte,
el sector informal es altamente activo dentro de la región. Ya sea
que se los llame cartoneros, pichacheros, pepenadores o buzos, en las
ciudades grandes se estima que existe un promedio de 4.000
recicladores activos que recolectan materiales reciclables, un número
que puede escalar hasta 20.000 en ciudades como São Paulo. Una
suerte de ejército verde, ya que, mediante la separación, trabajan
por el planeta muchas veces sin saberlo.
Tratamiento de
residuos:
De acuerdo al
estudio, más de dos tercios de los residuos en América Latina y el
Caribe se tiran en algún tipo de relleno sanitario, aunque algunos
de ellos son tan solo vertederos bien manejados. Por su parte, los
vertederos a cielo abierto representan alrededor del 27 % de la
eliminación y el tratamiento de residuos:
La buena noticia
es que, en muchas ciudades de la región, están surgiendo
iniciativas de reciclaje y compostaje. Por ejemplo, en Montevideo,
Bogotá y Medellín se reciclan más del 15 % de los residuos y en
urbes como Ciudad de México y Rosario (Argentina), se compostan más
del 10 % de los residuos. Además, la recolección de gases en
vertederos se ha convertido en el principal mecanismo para recuperar
energía de los desechos en la región.
¿Valen la pena
estos esfuerzos?
El informe
explica que sí. Las investigaciones indican que invertir en la gestión sostenible de los residuos tiene sentido desde el punto de vista económico. Los desechos no recogidos y mal eliminados tienen
un impacto significativo en la salud y el medio ambiente. El costo de
abordar este impacto es muy superior al de desarrollar y poner en
funcionamiento sistemas sencillos y adecuados de gestión de los
desechos.
María Victoria Ojea es productora digital del Banco Mundial
Fuente:
María Victoria Ojea, Convivir con basura: el futuro que no queremos, 28/02/19, El País. Consultado 02/03/19.
La obra de arte que ilustra esta entrada fue creada por el artista Vic Muniz.
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