miércoles, 6 de febrero de 2019

Devolución de productos en internet: ¿peligro para el medio ambiente?

Cada vez más alemanes compran en internet y, a menudo, devuelven los productos. Muchos comerciantes en internet no pueden revender estas devoluciones, por lo que muchas son desechadas. Greenpeace prende las alarmas.

por Ines Eisele

Greenpeace ha recolectado 145.000 firmas contra el desecho de productos devueltos por internet y ha presentado oficialmente una petición al secretario de Estado de Medio Ambiente alemán, Jochen Flasbarth. "Grandes compañías en línea como Amazon, pero también empresas textiles como H&M o Burberry, han estado en los titulares durante el último año por desechar tanto nuevos productos como devoluciones", expresa la líder de la iniciativa, Viola Wohlgemuth, de Greenpeace.

"Por lo tanto, exigimos al Ministerio de Medio Ambiente una prohibición de desechar productos nuevos y utilizables", agregó. En países como Francia, tales prohibiciones han demostrado ser efectivas, y es por eso que el Gobierno francés tiene la intención de extender el actual régimen restringido sobre alimentos a los textiles y otros sectores.

¿Existe la destrucción "masiva"?

Se puede decir con certeza que más y más personas están comprando ropa, electrodomésticos, muebles o alimentos en línea en lugar de comprar en tiendas. También está claro que con las compras en internet, la proporción de devoluciones aumenta. Mientras que en 2016 cada décima compra fue devuelta, en 2018 lo fue cada octava compra, según informó Bitkom en un estudio. En números, eso significa cientos de millones de envíos devueltos por año.

Aún así, las cosas son todavía poco claras, debido a que la mayoría de las empresas se abstienen de otorgar información exacta sobre lo que hacen con las devoluciones. Amazon simplemente declara: "Los productos devueltos por los clientes vuelven al proveedor o, en la mayoría de los casos, se revenden. Cada devolución a Amazon se inspecciona rigurosamente, se comprueba su calidad, se repara y se vuelve a empaquetar si es necesario, y es revendida a través del programa Amazon Warehouse cuando sea posible". Allí, los clientes pueden comprar productos abiertos y apenas usados a precios muy reducidos.

Además, según Amazon, los comerciantes podrían pujar por los productos. En lo tocante a los bienes que ya no pueden ser revendidos, se trabaja junto con la plataforma sin fines de lucro Innatura, que transfiere donaciones de material. En cuanto a alimentos, Amazon coopera, según su propia declaración, con otras diferentes plataformas.

Amazon: desechar bajo pedido

¿Deshacerse de los pedidos solo como último recurso? En muchos informes de prensa, sin embargo, se vio una historia diferente: un informe televisivo de la revista "Frontal 21" de la televisión alemana ZDF, fue lo que inició, entre otras, el debate. Basándose en documentos internos y testimonios de empleados, el reportaje muestra que Amazon está destruyendo toneladas de productos.

Eso puede ser así, explica el investigador de gestión de devoluciones Björn Asdecker, de la Universidad de Bamberg. Sin embargo, según mostraba el informe televisivo, los productos en los contenedores de basura probablemente no son solo retornos de Amazon, sino más bien productos de distribuidores externos. "Estos proveedores pueden alquilar depósito de almacenamiento de Amazon, y si ven que ciertos productos no se venden y el almacenamiento ya no vale la pena, Amazon se hará cargo del desguace a pedido".

Wohlgemuth, de Greenpeace, es consciente de esta práctica del líder del mercado mundial de comercio en línea: "Si para los comerciantes externos es demasiado caro el almacenamiento en Amazon, pueden elegir devolver los productos o destruirlos. La devolución es más costosa, y luego se debe encontrar una nueva ubicación para su almacenamiento. Así, Amazon ofrece a los distribuidores un desguace a precios bajos y, por lo tanto, obliga a destruir algunos productos nuevos".

El 30 por ciento de la mercancía ya no está a la venta

Tan cuestionable como puede llegar a ser esta práctica de Amazon y en general el desecho de existencias antiguas debido a razones de costos comerciales, este problema tampoco es exclusivo de las devoluciones de compras por internet. Según un estudio realizado por el EHI Retail Institute, un promedio del 70 por ciento de los artículos devueltos pueden reutilizarse como productos A, es decir, sin defectos, para ser enviados nuevamente a clientes. Esto no significa, por el contrario como lo interpretan algunos medios y organizaciones, que el 30 por ciento restante será destruido, ya que este restante sigue siendo, como lo describe Amazon, apto para la venta como un producto B o, en su defecto, para ser donado.

Según el estudio de EHI, el hecho de que los productos no siempre puedan revenderse se debe a que están tan gravemente dañados que el reprocesamiento no es posible o económicamente sería demasiado costoso. Además, también juega un papel que los bienes estacionales ya no corresponden a la oferta actual.

Minimizar las devoluciones a través de más información del producto

El investigador de gestión de devoluciones Asdecker estima que Amazon en Alemania destruye diariamente varios miles de envíos, pero si se considera que el gigante en línea envía más de dos millones de paquetes por día, la proporción de productos triturados es proporcionalmente baja. En tal medida, como lo sugiere el programa "Frontal 21", los bienes en Amazon, según su conocimiento, no son desechados.

Para asegurarse de que los productos no sean devueltos y, si es necesario, no sean desechados, muchas tiendas en línea confían, según Bitkom, en una mayor información del producto. Con imágenes o videos de 360 grados, las empresas también pueden mostrar mejor un producto a los compradores.

También Amazon dice: "Proporcionamos información polifacética antes de que el cliente llegue a tomar su decisión de compra". Además, para minimizar el número de artículos no vendidos en existencias, se busca continuamente mejorar los pronósticos de demanda.

Desechar a menudo es más rentable que reprocesar

Que sea más rentable desechar un producto, que volver a prepararlo para la venta, según Wohlgemuth, es en sí un escándalo: "Eso se debe a que las cosas se están sobrevalorando, no pagamos lo suficiente por los recursos detrás de un producto, y cuando una pieza de ropa se cose en Bangladesh por dos euros y el 60 por ciento del precio se gasta solo en marketing, no sorprende que algo así llegue a suceder".

La política podría obligar a las empresas por ley a no destruir productos básicos, incluso si fuera económicamente lo más rentable. "El secretario Flasbarth nos ha prometido que nuestra preocupación ahora será examinada por el Ministerio de Medio Ambiente. Veremos cómo continuarán las cosas en los próximos meses. Y si es necesario, por supuesto, volveremos a ponernos en acción", aseguró Wohlgemuth.

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Fuente:
Ines Eisele, Devolución de productos en internet: ¿peligro para el medio ambiente?, 31/01/19, Deutsche Welle.

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