Cada vez más
alemanes compran en internet y, a menudo, devuelven los productos.
Muchos comerciantes en internet no pueden revender estas
devoluciones, por lo que muchas son desechadas. Greenpeace prende las
alarmas.
por Ines Eisele
Greenpeace ha
recolectado 145.000 firmas contra el desecho de productos devueltos
por internet y ha presentado oficialmente una petición al secretario
de Estado de Medio Ambiente alemán, Jochen Flasbarth. "Grandes
compañías en línea como Amazon, pero también empresas textiles
como H&M o Burberry, han estado en los titulares durante el
último año por desechar tanto nuevos productos como devoluciones",
expresa la líder de la iniciativa, Viola Wohlgemuth, de Greenpeace.
"Por lo
tanto, exigimos al Ministerio de Medio Ambiente una prohibición de
desechar productos nuevos y utilizables", agregó. En países
como Francia, tales prohibiciones han demostrado ser efectivas, y es
por eso que el Gobierno francés tiene la intención de extender el
actual régimen restringido sobre alimentos a los textiles y otros
sectores.
¿Existe la
destrucción "masiva"?
Se puede decir
con certeza que más y más personas están comprando ropa,
electrodomésticos, muebles o alimentos en línea en lugar de comprar
en tiendas. También está claro que con las compras en internet, la
proporción de devoluciones aumenta. Mientras que en 2016 cada décima
compra fue devuelta, en 2018 lo fue cada octava compra, según
informó Bitkom en un estudio. En números, eso significa cientos de
millones de envíos devueltos por año.
Aún así, las
cosas son todavía poco claras, debido a que la mayoría de las
empresas se abstienen de otorgar información exacta sobre lo que
hacen con las devoluciones. Amazon simplemente declara: "Los
productos devueltos por los clientes vuelven al proveedor o, en la
mayoría de los casos, se revenden. Cada devolución a Amazon se
inspecciona rigurosamente, se comprueba su calidad, se repara y se
vuelve a empaquetar si es necesario, y es revendida a través del
programa Amazon Warehouse cuando sea posible". Allí, los
clientes pueden comprar productos abiertos y apenas usados a precios
muy reducidos.
Además, según
Amazon, los comerciantes podrían pujar por los productos. En lo
tocante a los bienes que ya no pueden ser revendidos, se trabaja
junto con la plataforma sin fines de lucro Innatura, que transfiere
donaciones de material. En cuanto a alimentos, Amazon coopera, según
su propia declaración, con otras diferentes plataformas.
Amazon: desechar
bajo pedido
¿Deshacerse de
los pedidos solo como último recurso? En muchos informes de prensa,
sin embargo, se vio una historia diferente: un informe televisivo de
la revista "Frontal 21" de la televisión alemana ZDF, fue
lo que inició, entre otras, el debate. Basándose en documentos
internos y testimonios de empleados, el reportaje muestra que Amazon
está destruyendo toneladas de productos.
Eso puede ser
así, explica el investigador de gestión de devoluciones Björn
Asdecker, de la Universidad de Bamberg. Sin embargo, según mostraba
el informe televisivo, los productos en los contenedores de basura
probablemente no son solo retornos de Amazon, sino más bien
productos de distribuidores externos. "Estos proveedores pueden
alquilar depósito de almacenamiento de Amazon, y si ven que ciertos
productos no se venden y el almacenamiento ya no vale la pena, Amazon
se hará cargo del desguace a pedido".
Wohlgemuth, de
Greenpeace, es consciente de esta práctica del líder del mercado
mundial de comercio en línea: "Si para los comerciantes
externos es demasiado caro el almacenamiento en Amazon, pueden elegir
devolver los productos o destruirlos. La devolución es más costosa,
y luego se debe encontrar una nueva ubicación para su
almacenamiento. Así, Amazon ofrece a los distribuidores un desguace
a precios bajos y, por lo tanto, obliga a destruir algunos productos
nuevos".
El 30 por ciento
de la mercancía ya no está a la venta
Tan cuestionable
como puede llegar a ser esta práctica de Amazon y en general el
desecho de existencias antiguas debido a razones de costos
comerciales, este problema tampoco es exclusivo de las devoluciones
de compras por internet. Según un estudio realizado por el EHI
Retail Institute, un promedio del 70 por ciento de los artículos
devueltos pueden reutilizarse como productos A, es decir, sin
defectos, para ser enviados nuevamente a clientes. Esto no significa,
por el contrario como lo interpretan algunos medios y organizaciones,
que el 30 por ciento restante será destruido, ya que este restante
sigue siendo, como lo describe Amazon, apto para la venta como un
producto B o, en su defecto, para ser donado.
Según el estudio
de EHI, el hecho de que los productos no siempre puedan revenderse se
debe a que están tan gravemente dañados que el reprocesamiento no
es posible o económicamente sería demasiado costoso. Además,
también juega un papel que los bienes estacionales ya no
corresponden a la oferta actual.
Minimizar las
devoluciones a través de más información del producto
El investigador
de gestión de devoluciones Asdecker estima que Amazon en Alemania
destruye diariamente varios miles de envíos, pero si se considera
que el gigante en línea envía más de dos millones de paquetes por
día, la proporción de productos triturados es proporcionalmente
baja. En tal medida, como lo sugiere el programa "Frontal 21",
los bienes en Amazon, según su conocimiento, no son desechados.
Para asegurarse
de que los productos no sean devueltos y, si es necesario, no sean
desechados, muchas tiendas en línea confían, según Bitkom, en una
mayor información del producto. Con imágenes o videos de 360
grados, las empresas también pueden mostrar mejor un producto a los
compradores.
También Amazon
dice: "Proporcionamos información polifacética antes de que el
cliente llegue a tomar su decisión de compra". Además, para
minimizar el número de artículos no vendidos en existencias, se
busca continuamente mejorar los pronósticos de demanda.
Desechar a menudo
es más rentable que reprocesar
Que sea más
rentable desechar un producto, que volver a prepararlo para la venta,
según Wohlgemuth, es en sí un escándalo: "Eso se debe a que
las cosas se están sobrevalorando, no pagamos lo suficiente por los
recursos detrás de un producto, y cuando una pieza de ropa se cose
en Bangladesh por dos euros y el 60 por ciento del precio se gasta
solo en marketing, no sorprende que algo así llegue a suceder".
La política
podría obligar a las empresas por ley a no destruir productos
básicos, incluso si fuera económicamente lo más rentable. "El
secretario Flasbarth nos ha prometido que nuestra preocupación ahora
será examinada por el Ministerio de Medio Ambiente. Veremos cómo
continuarán las cosas en los próximos meses. Y si es necesario, por
supuesto, volveremos a ponernos en acción", aseguró
Wohlgemuth.
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Fuente:
Ines Eisele, Devolución de productos en internet: ¿peligro para el medio ambiente?, 31/01/19, Deutsche Welle.
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