Las preguntas de
fondo son por qué el oficialismo no ha podido aún dar con la
solución al problema y por qué los sectores de la oposición no han
podido articular una propuesta que se torne ineludible para la
administración central.
Córdoba incumple
la ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los
Bosques Nativos. En 2015 debió confeccionar un mapa ambiental que
diera cuenta del ordenamiento territorial de estos bosques. Pero no
lo hizo.
Si a la fuerte
polémica que hace años acompaña la cuestión se le suma que 2019
es un año electoral, debiéramos dar por descontado que habrá que
esperar hasta 2020 para ver si la próxima gestión se pone al día.
En febrero, el
gobernador Schiaretti debe inaugurar las sesiones ordinarias de la
Unicameral. Podría omitir el asunto o hacer alguna mención. Pero
todo indica que, por ahora, Unión por Córdoba no dará pie para que
la oposición se cuelgue del asunto y saque a relucir los puntos
pendientes en materia de defensa y conservación del medio ambiente.
Ante una consulta
de este diario a los distintos bloques opositores, todos trataron de
posicionarse como los más críticos del oficialismo. En
consecuencia, cualquier mención que haga Schiaretti o alguno de sus
funcionarios representaría la excusa perfecta para que le lancen sus
dardos al instante.
Más allá de
esta particular cultura política, que rige a nuestros dirigentes
cuando están en campaña, las preguntas de fondo son por qué el
oficialismo no ha podido aún dar con la solución al problema; y por
qué los sectores de la oposición no han podido, individualmente o
en bloque, articular una propuesta que, por viable, se torne
ineludible para la administración central.
Hace poco, desde La Voz del Interior, se criticó el accionar del Ejecutivo provincial
frente a la Legislatura. Es incomprensible, dijimos, que casi todas
las leyes que se votan surjan del oficialismo. Cuando la oposición
presenta un buen proyecto, el oficialismo lo toma como referencia
para elaborar el propio e imponerlo en la discusión en comisión.
Pues bien, si la
oposición hubiese presentado un buen proyecto para salvaguardar
nuestro bosque nativo, el oficialismo podría haberlo adoptado. No es
que estemos a favor de esa metodología. Estamos razonando por la vía
del absurdo para demostrar una falencia compartida.
En otras
palabras, da la impresión de que el colectivo ambientalista que ha
tenido una acción pública de oposición a los proyectos en danza
muy fuerte desde 2016, y ha conseguido un importante apoyo social,
está condicionando a todo el arco político con representación
parlamentaria.
Mientras tanto,
el bosque nativo cordobés sigue perdiéndose por desmontes ilegales
y por incendios. Hace un siglo teníamos unos 12 millones de
hectáreas de bosque. Hoy, en buen estado de conservación, quedan
unas 300 mil. Nada más.
Fuente:
Una falencia compartida, 27/01/19, La Voz del Interior. Consultado 29/01/19.
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