Vecinas de Córdoba relataron en Villa María la historia de
resistencia que protagonizan desde 2012. La resistencia de
los vecinos del barrio cordobés de San Antonio fue relatada por sus
protagonistas en el SUM de El Diario. Silvia y Rosa explicaron cómo
afecta a la salud la planta de Porta Hnos., que produce distintos
elementos a base de alcohol.
Ojos secos,
urticarias, enfermedades respiratorias. Son algunos de los síntomas
que empezaron a aparecer entre los vecinos del barrio San Antonio de
Córdoba capital. Todo empezó en 2012, precisamente cuando la
empresa Porta, que hasta entonces envasaba el alcohol que traía de
Tucumán, comenzó a producir bioetanol a base de maíz, que acopian
a gran escala, muelen, fermentan y lo procesan para producir el
etanol y con los deshechos, alimentos para animales. En la misma
planta se producen bebidas y alimentos (por ejemplo, vinagre o jugo
de limón y fernet 1882) y productos tóxicos (como el metanol, que
es el alcohol de quemar).
“Hay una
ciencia, que es la ciencia del vecino, que el Estado debería
escuchar. Porque si yo tengo urticaria es una cosa, pero si también
la tiene el de al lado, el del frente y el de la otra cuadra, es un
problema ambiental. Lo mismo pasa con los abortos espontáneos y con
las malformaciones de los niños”, explicó Silvia Cruz, quien
estuvo en Villa María junto a Rosa Acuña, dos vecinas del sector
que vienen impulsando la resistencia para que Porta se vaya del
sector urbanizado.
“Es la única
planta de bioetanol del mundo que está en medio de un barrio”,
explicaron. Las normativas internacionales establecen que deben estar
al menos a 15 kilómetros de distancia de todo centro poblado. La de
Villa María está en el cruce de la ruta 2 y autopista.
A Rosa aún se le
pone la piel de gallina cuando recuerda aquel día de 2012 cuando
sintieron una gran explosión. “Todos salimos a la calle, empezamos
a hablar de lo que nos pasaba y fuimos, unos 50 vecinos a la planta.
Hicieron pasar a tres y explicaron que no pasaba nada, que la
explosión era de una caldera y que esa nube de vapor que flotaba en
el aire no era diferente al humo de una pava hirviendo. Nuestra salud
y la de nuestros hijos nos mostraron que eso era mentira”.
Pero no se
quedaron con la “ciencia de los vecinos”. Pudieron contactarse
con los médicos de la Red Universitaria de Medio Ambiente y Salud
(Reduas).
“Evaluado 65 %
de la población: cáncer con incidencia esperada de 1,3 caso
hallamos 2, anomalías congénitas último año 28,6 %, trastornos
respiratorios 53 % asma en niños, conjuntivitis 31 %, cefaleas 27 %,
dermatitis 23 %, dispepsias 22 %, el 66 % de la población tiene al
menos uno de estos problemas, el 46 % dos y 26 % tiene 3”, dice una
síntesis del informe de los médicos, elaborada en base a un trabajo
de campo con 508 personas evaluadas.
La ciencia de la
universidad confirma la “ciencia de los vecinos”.
¿Qué hicieron
frente a esto?
Según el relato
de Silvia y Rosa en el auditorio de El Diario, muchos, por precaución
y en defensa propia, decidieron irse. “¿Sabés lo que hace Porta?
Sale de garante para alquilar las casas vacías y que allí vivan sus
empleados”, dijeron.
Otros resisten.
“No es fácil, hay que poner el cuerpo, pero no vamos a bajar los
brazos”, indicaron.
Uno de los
lugares de expresión de esa resistencia fue la calle, donde hicieron
creativas y numerosas movilizaciones para visibilizar el problema.
Otro fue la
Justicia. En el orden provincial archivaron la denuncia sin mucho
estudio. En la Federal dieron trámite al amparo y esperan
resolución. “El juez Miguel Vaca Narvaja llamó a una audiencia
pública para escuchar a las partes, algo que no es muy usual en
estos casos. Fuimos, explicamos lo que nos pasa, pero Porta faltó”.
Las vecinas
denuncian la ausencia del Estado: “Pedimos a la Municipalidad que
actuara, que investigara los casos de abortos espontáneos, de
malformaciones y nada. La Provincia tampoco actúa”, dijeron.
Aseguran que
Porta Hnos. jamás presentó un estudio de impacto ambiental, que no
está registrada como corresponde. “No sólo que nos enferma, sino
que es ilegal”, agregaron.
Mientras tanto,
ellas deciden quedarse y seguir peleando para que no haya nunca más
en medio de las poblaciones las llamadas “fábricas de
enfermedades”.
A 30 cuadras de
la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba. se
erige el barrio San Antonio, urbanizado en los años 80 y elegido por
los capitalinos que se radicaron desde entonces en el lugar donde
pueden disfrutar espacios verdes, sin estar tan lejos del centro (a 6
kilómetros).
Así fue el caso
de Silvia Cruz, que compró el terreno en el lugar para vivir y hoy,
cada vez que abre la ventana de la cocina, se encuentra con los
olores, el espeso vapor y la contaminación de Porta Hnos. O el de
Rosa Acuña, la vecina que aún se le pone la piel de gallina cuando
relata el día que sintieron una explosión y todos salieron a la
calle a ver qué pasaba. Fue la primera vez que reclamaron a la
empresa.
Actualmente,
viven unas 800 personas en un sector de dos cuadras por seis. La
empresa tiene una planta que ocupa 2,5 hectáreas.
La planta se
instaló en 1995, mucho después que los vecinos.
Fotografía. el
reportero gráfico del diario Comercio y Justicia Leonardo Luna cubre
cada jornada los hechos noticiosos de Córdoba capital. Pero la
resistencia contra la fábrica Porta lo conmovió. “Escuché a la
gente en la audiencia pública y realmente me impactó”, indicó el
fotógrafo en el Auditorio de El Diario.
A raíz de eso,
preparó un informe fotográfico con la historia en imágenes de la
resistencia que llevó el título “Fábrica de enfermedades”.
Esas tomas pueden verse en la muestra que se exhibe en la sede de la
Cooperativa Comunicar, Periodistas Argentinos 466.
El homenaje hecho
canción
Guadalupe Reyes
es una cordobesa que estudia en la Universidad Nacional de Villa
María la carrera de Composición Musical. Vivía cerca del barrio
San Antonio en la capital y cantaba, desde niña, con su amiga Julia.
“Ella ya no puede cantar por los pólipos en la garganta que le
salieron por lo de Porta”, dijo, desde el público, cuando finalizó
la charla. Y para homenajearla interpretó junto a Agustina Rodríguez
el tema “China de Fuego”, que compuso para los vecinos que se
resisten a que los negocios sean más importantes que la vida.
Fuente:
Fuente:
Una “fábrica de enfermedades”, 02/12/18, El Diario del Centro del País.
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