El precio de la
energía solar se vendería en Córdoba a un precio cuatro veces
menor que en Santa Fé.
En las próximas
semanas, Córdoba completaría su marco legal para ponerse en línea
con la Ley Nacional de Generación Distribuida de Energía. La
Legislatura aprobaría la ley provincial en el actual período de
sesiones. Luego, el Ejecutivo dictaría la reglamentación
correspondiente.
Sin embargo, por
información recogida por este diario, el modelo elegido no estará a
la altura de las expectativas.
La generación
distribuida de energía tiene múltiples ventajas. Fomenta el uso de
fuentes de energías renovables y contribuye a reducir las emisiones
contaminantes que provocan el cambio climático.
Además, no es un
esquema restringido para los grandes inversores y las grandes
industrias, sino que invita a participar a cada grupo familiar, al
que se le ofrece una posibilidad económica interesante: quien ponga
paneles solares en su casa, por ejemplo, podrá vender al sistema
público lo que no consuma. Así, se produce y se consume una mayor
proporción de energía limpia.
Los paneles
solares tienen una vida útil de unos 25 años. Con el nuevo marco
legal, debiera ser posible que alguien invierta hoy unos 150 mil
pesos para instalarlos en su casa y producir energía limpia al mismo
costo durante ese tiempo. Esa acción individual impacta sobre el
resto: parte de esa energía llega a otros cordobeses, una vez que el
sistema público la compra.
Pues bien, este
es el punto conflictivo. Hoy, Epec cobra unos 4,70 pesos por kWh
consumido. Pero se le pagaría al usuario-generador apenas 1,70 pesos
por kWh volcado al sistema.
Con esa
diferencia, a una familia no le convendría vender energía. Si se
recuerda que el valor de las tarifas aún está atrasado, cuando su
precio se sincere, la brecha se expandirá más.
¿Es lógico
desincentivar la instalación de paneles solares en las casas de
familia? La Provincia de Santa Fe demuestra que las reglas de este
juego se pueden diseñar de otro modo: a los santafesinos, su empresa
de energía ofrece pagarles 7,32 pesos por cada kWh inyectado a la
red.
Santa Fe y
Córdoba son dos provincias, si no idénticas, muy parecidas. ¿Por
qué una decide pagar el cuádruple que la otra por el mismo
producto?
En el Acuerdo de
París contra el calentamiento global, Argentina se comprometió a
que en 2025 el 20 por ciento de su energía provendrá de fuentes
renovables. Al ritmo que cobraron los megaproyectos bajo la gestión
de Mauricio Macri, estamos a punto de alcanzar un ocho por ciento. En
consecuencia, en los próximos seis años deberemos más que duplicar
la producción actual.
No hay
justificación alguna para desestimar la inversión que podrían
realizar miles de familias en bien de toda la sociedad.
Se podrá generar
energía en casa, pero no será negocio venderla
La Legislatura
está por aprobar la adhesión a la ley nacional de generación
distribuida. Por los precios del kWh, la instalación de paneles
solares sólo convendrá para el autoconsumo.
por Lucas Viano
En muchos países,
la producción de energía a pequeña escala en los hogares es una
realidad desde hace años.
No obstante, el
país recién logró poner a punto un esquema normativo de generación
distribuida este año, con la ley 27.424 de 2017 y con el decreto
reglamentario 986, publicado en noviembre pasado.
A esta normativa
adherirá la Provincia en las próximas semanas.
La Legislatura
aprobará una ley para acogerse al régimen de fomento nacional antes
de que finalice el actual período de sesiones. Y en los primeros
meses de 2019, el Ejecutivo deberá aprobar una reglamentación con
aspectos técnicos, económicos y legales.
Además, deberán
modificarse algunas normativas vinculadas con el Ente Regulador de
Servicios Públicos de Córdoba (Ersep).
La generación
distribuida tiene dos ventajas. La primera es que fomenta el uso de
fuentes de energías renovables, por lo que contribuye a reducir las
emisiones contaminantes que provocan el cambio climático. Buena
parte de la electricidad del país se produce por la quema de
combustibles fósiles (carbón, gas, petróleo) que producen estos
gases.
La segunda es
económica. Al producir energía, el usuario primero puede utilizarla
para autoconsumo y evitar comprarla a una distribuidora como Epec.
Además, los excedentes puede venderlos a la misma empresa.
La normativa
nacional de generación distribuida decidió adoptar el sistema de
balance neto de facturación. De esta manera, en la boleta de luz
estarán discriminadas la energía consumida y la inyectada al
sistema, pero cada una tendrá una tarifa diferente.
El costo final de
la factura será el resultado de restar el monto de lo inyectado a la
red a lo consumido.
En la actualidad,
Epec cobra alrededor de 4,7 pesos por kWh consumido (varía según el
lugar y el escalón). Pero la empresa pagará al usuario-generador el
mismo valor que tiene el kWh en el mercado eléctrico mayorista,
alrededor de 1,7 pesos.
Con una
diferencia de tres pesos, no será negocio vender energía.
“El ahorro
vendrá por el autoconsumo, porque el usuario va a ahorrar 4,7 pesos
por cada kWh consumido que no le comprará a Epec. Es una ley que
busca fomentar el autoconsumo y sólo compensar los probables
excedentes a la red”, asegura Sergio Mansur, director General de
Energías Renovables y Comunicación de la Provincia.
El dilema de los
paneles
La generación
distribuida puede realizarse con diferentes fuentes, como eólica y
biomasa (quema de restos de alguna industria o del agro), pero la más
difundida en las ciudades son los paneles fotovoltaicos.
Esta tecnología
genera electricidad en los momentos del día con más sol. Por lo
tanto, el sistema será conveniente para aquellos usuarios que
demanden energía en el momento en que los paneles la están
generando, y así maximizar el autoconsumo.
Ejemplos de ellos
son una heladería, oficinas, Pyme y emprendimientos turísticos y
gastronómicos.
En el caso de los
hogares particulares, el usuario deberá analizar su comportamiento
eléctrico antes de realizar la inversión, que en promedio superaría
fácilmente los 150 mil pesos.
“Lo habitual es
que la mayoría de las personas no estén en casa durante el día,
que es cuando más generación hay. En esos hogares no conviene
instalar paneles solares”, dice Diego Franco, docente de la
Universidad Católica de Córdoba (UCC) con larga experiencia en el
desarrollo de emprendimientos privados de energías renovables.
El experto
entiende que lo ideal hubiese sido adoptar un régimen de promoción
como el de Santa Fe, cuya empresa de energía paga 7,32 pesos cada
kWh que un usuario inyecta a la red.
Juan Carlos
Gómez, ingeniero especialista en el tema y docente de la Universidad
Nacional de Río Cuarto, coincide en que la normativa no fue pensada
para que sea un negocio generar energía para entregar a la red, sino
para ahorrar por autoconsumo.
Y señala otro
punto importante: “Con la normativa ya aprobada también se está
garantizando seguridad, porque determina aspectos técnicos para
autorizar la conexión de un usuario-generador a la red”.
Gómez entiende
que, como en otras partes del mundo, primero se sumarán las personas
más comprometidas con el ambiente. Luego, los usuarios que vean que
es un negocio porque tienen sus mayores consumos en el momento de la
generación.
“Los precios de
las tarifas están atrasados entre un 30 por ciento y 50 por ciento,
por lo que la generación distribuida será cada vez más ventajosa”,
dice.
Franco agrega:
“Hay que pensar que con la compra de un equipo fotovoltaico te
estás asegurando un precio fijo de la energía por 25 años, que es
la vida útil de estos equipos”. El especialista estima que, como
máximo, la amortización de los equipos se logra en 13 años. Gómez
conoce experiencias de empresa que lograron amortizarlos en seis
años.
Otras ventajas
Ambos ingenieros
creen que la ley es positiva porque además servirá para desarrollar
otras formas de generación de energía por biomasa y porque se trata
de un sector que genera un movimiento económico local muy importante
y mucha mano de obra.
El foco de la
Provincia está puesto en estas externalidades. En este sentido,
Mansur explica que se buscará promocionar la compra de equipos y el
desarrollo local de esta tecnología, en lugar de incentivar la
inyección de energía al sistema con un precio alto del kWh como
hace Santa Fe.
De allí la
importancia de adherir a la norma nacional. Córdoba podrá acceder
al Fondo para la Generación Distribuida de Energías Renovables de
la Nación (Fodis), que tendrá 500 millones de pesos para 2019.
Ese dinero se
podrá utilizar para fomentar la compra de equipos a partir de
créditos con tarifas preferenciales, pero también para darle
impulso a la producción local de estos sistemas.
El objetivo de la
Nación es inyectar mil kW en 10 años, esto equivale a 1,5 veces la
potencia de la Central Nuclear de Embalse.
En Córdoba,
esperan cubrir el dos por ciento de la matriz energética de la
provincia.
El usuario
generador no pagará ganancias ni IVA por la energía que inyecte a
la red, y la Provincia analiza beneficios fiscales.
¿Paliativo
contra los cortes?
Los expertos
explican que la generación distribuida mejora la confiabilidad de la
red, sobre todo en los momentos pico de consumo (un día de verano
muy caluroso), porque se está generando energía en el mismo lugar
donde se demanda.
Sin embargo,
Gómez aclara: “La red de baja tensión, donde se conectarán los
usuarios-generadores, no es la que tiene más inconvenientes. La que
genera la mayoría de los cortes de Epec es la de media tensión”.
En este sentido,
el ingeniero explica que, por cuestiones de seguridad, si una zona
tiene un corte de media tensión, todos los sistemas de generación
distribuida del sector dejan de funcionar y ni siquiera está
permitido que abastezcan al propio usuario que instaló los equipos.
Fuente:
Un modelo inapropiado, 12/12/18, La Voz del Interior.
Lucas Viano, Se podrá generar energía en casa, pero no será negocio venderla, 10/12/18, La Voz del Interior.
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