La apertura
produce la bella «cola de la novia», que no deja de ser un hermoso
atractivo para quienes por allí pasan o una hermosa postal para los
que se quieren llevar algún recuerdo. Sin embargo, detrás de ese
manto blanco que forma el agua propulsada por imponentes turbinas,
está la preocupante expulsión de millones de litros de agua.
Punilla. El
último fin de semana y luego que el viernes pasado llovieran más de
70 milímetros en pocas horas, crecieron los afluentes del lago San
Roque y se mantienen abiertas las válvulas del dique.
La apertura
produce la bella «cola de la novia», que no deja de ser un hermoso
atractivo para quienes por allí pasan o una hermosa postal para los
que se quieren llevar algún recuerdo. Sin embargo, detrás de ese
manto blanco que forma el agua propulsada por imponentes turbinas,
está la preocupante expulsión de millones de litros de agua de la
cuenca que permitirían hacer frente las prolongadas sequías a las
que es sometida la región entre abril y octubre.
El año pasado,
la naturaleza nos dejó un mojón para tener muy en cuenta, ya que
las lluvias que se hacen presente en la época estival no llegaron y
los ríos, arroyos y acequias presentaban sus cursos secos, por lo
que lugareños y turistas debieron conformarse con muy poco. Los
diques San Jerónimo de La Cumbre, Los Alazanes de Capilla del Monte
y La Quebrada de las Sierras Chicas, se secaron y en el caso de La
Cumbre, se debió apelar a perforaciones subterráneas para obtener
agua.
Fuente:
Tras las lluvias, siguen abiertas las válvulas del dique San Roque, 17/12/18, El Diario de Carlos Paz.
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