Hace un año,
sólo el 5 % de los cordobeses contaba con el servicio. Se suman
localidades, pero siguen siendo minoría. La separación facilita el
reciclaje, y reduce el volumen por enterrar y el impacto ambiental.
por Fernando
Colautti
La recolección
diferenciada de residuos parece estar dando varios pasos en la
provincia, tras años en los que poco y nada había avanzado. El
“parece” debiera quedar subrayado, porque en realidad se trata de
apuestas recientes que el tiempo contestará si fueron metas
cumplidas o apenas anuncios para el olvido.
A la puesta en
marcha, la semana pasada, de esa modalidad de recolección en la
ciudad de Córdoba -que concentra el 40 % de la población
provincial- se suma que al menos dos de las 20 mayores ciudades del
interior (Marcos Juárez y Jesús María) han iniciado en el último
año esa práctica y que otra (Villa Carlos Paz) la inició también
este mes.
Además, hay
algunas ciudades pequeñas y pueblos que ya están ensayando esa vía.
Hace un año, un
informe de este diario establecía que un minúsculo cinco por ciento
de cordobeses contaba con un servicio sistemático y efectivo de
recolección diferenciada en sus domicilios.
De los 4,5
millones de kilos de desechos domiciliarios por día que generamos
los cordobeses, una insignificante proporción es hasta ahora
reciclada y reutilizada.
Si los proyectos
ahora en marcha se sostienen en el tiempo, ese porcentaje crecerá y
el destino de la basura habrá dado un avance en materia ambiental,
en dirección a lo que en el mundo hace tiempo se viene ensayando.
Con más
separación, más chances de reciclaje y reutilización hay. De ese
modo, además, se reduce el volumen que se arroja en basurales o se
entierra en vertederos.
Un proceso de
reciclado eficiente requiere que la separación empiece por cada
domicilio y no cuando la basura llega mezclada al basural o a la
planta de tratamiento.
La basura es uno
de los mayores pasivos ambientales a los que esta provincia, como
gran parte del país, aún no ha sabido encontrarles la vuelta.
Las 20 ciudades
mayores
Entre las 20
mayores ciudades cordobesas, hace un año sólo había dos con
parciales sistemas de recolección diferenciada: Villa María y Villa
Dolores fueron las primeras en lanzarlos, pero nunca llegaron a
cubrir todo su ejido urbano.
Villa María
recolecta separado en un tercio de la ciudad, aunque la eficiencia
real es escasa porque la mayor parte de los vecinos no separa como se
sugiere. En Villa Dolores, la cobertura se aproxima a la mitad de su
área urbana.
En los últimos
meses, entre esas 20 grandes, dieron un paso más contundente otras
dos ciudades: Marcos Juárez y Jesús María, con cobertura en todos
sus barrios. Desde la semana pasada, se sumaron la Capital y Villa
Carlos Paz.
En la Capital se
cuentan 1,4 millones de los 3,5 millones de habitantes de la
provincia. Y entre Carlos Paz, Marcos Juárez y Jesús María, suman
140 mil cordobeses.
El porcentaje de
vecinos con servicio diferenciado crecerá este año notoriamente. Lo
que está por verse es la eficiencia de los sistemas y la
concientización de las comunidades, que darán una respuesta más
realista acerca de cuánto aumenta el volumen de lo que efectivamente
se separa y se recicla.
Un dato alcanza
para abrir el paraguas: en la Capital, el municipio aseguraba que en
los últimos años había recolección diferenciada en el 45 por
ciento de sus barrios. Pero la realidad evidencia otra cosa y un
resultado bien diferente: sólo el 0,5 % de la basura
recolectada en la ciudad de Córdoba es hasta ahora reciclada.
Muchas, sin nada
Entre las 20
ciudades mayores, fuera de las cinco ya mencionadas, quedan 15 en las
que, hasta ahora, nada se hace en materia de recolección
diferenciada domiciliaria.
En ese lote se
cuentan Río Cuarto, San Francisco, Alta Gracia, Río Tercero, Bell
Ville, La Calera, Villa Allende, Arroyito, Deán Funes, Laboulaye,
Cruz del Eje, Río Segundo, Río Ceballos y Cosquín.
Entre las
restantes 407 ciudades chicas y los pequeños pueblos del mapa
provincial, una muy amplia mayoría no aplica la modalidad.
Pero hay algunas
buenas excepciones, con avances destacados. Los más salientes son La
Para y Justiniano Posse, dos pequeños pueblos que evitan mandar al
basural entre el 60 y el 80 del total de sus residuos y que, además
de reutilizar lo reciclable, hacen compostaje con los orgánicos.
También se
anotan Las Varillas, Almafuerte, Corral de Bustos, Serrano, Alejandro
Roca, Nono, Giardino, La Falda, Porteña, Devoto y Unquillo, entre
otras.
En algunos
vertederos regionales, como el del departamento Calamuchita, se
clasifica para reciclaje, pero sin separación en origen: la basura
llega de unas 15 localidades ya mezclada.
Marcos Juárez y
Jesús María, dos de las “grandes” en marcha
Hace algo más de
un año, Marcos Juárez fue la primera ciudad en Córdoba que lanzó
un plan para que su basura fuera retirada en forma separada desde los
hogares, en todos sus barrios.
“Se había
probado hace unos 15 años, pero no se continuó. En octubre de 2017,
fue relanzado, con más decisión”, señaló Jorge D´Antonio, a
cargo de servicios públicos en el municipio.
Se estima hoy que
el 35 por ciento de los vecinos saca la basura del modo en que se
sugiere. Hemos pasado de 15 mil kilos mensuales recolectados de
desechos reciclables a 60 mil en un año”, apuntó D´Antonio.
La recolección
la hace el propio municipio, para sus 30 mil habitantes. Entrega
tachos plásticos identificados a los vecinos para que retiren sus
desechos húmedos. El 35 por ciento ya los usa.
Los camiones
cargan de las veredas los desechos secos los jueves y los sábados, y
pasan por los húmedos lunes, miércoles y viernes.
Un asunto
pendiente de mejora es el destino final: lo que se separa para
reciclar se sigue enterrando en un basural, sin mayor tratamiento.
“Hemos bajado en un 30 por ciento el volumen que se entierra. Pero
falta”, admitió D´Antonio.
Lo que llega
separado de los hogares es clasificado por unos 35 integrantes de una
cooperativa de trabajo, y ellos transforman desechos en recursos de
valor. La recaudación queda para ellos
Similar ensayo
En Jesús María,
en tanto, hace un año se puso en marcha la recolección diferenciada
en toda la ciudad, que tiene unos 33 mil habitantes.
Los camiones
municipales retiran en frecuencias distintas los residuos secos de
los húmedos. En el municipio, admiten que resta un camino aún para
hacer más masiva la adhesión de los vecinos.
Lo recolectado va
al basural municipal, un espacio a cielo abierto que aún espera un
tratamiento final más adecuado. En ese sitio, un grupo de
trabajadores, que formaron una cooperativa, clasifica lo que viene
separado para venderlo. A lo que recaudan con esas ventas, le suman
un aporte del municipio.
Se estima que en
un año Jesús María logró reducir casi un 30 por ciento el volumen
de lo que queda sin tratamiento en el basural.
Al menos, para
reducir el impacto
Con la separación
y con el reciclado se acabarán todos los problemas del destino de
los residuos. Pero si cada ciudad dejara en sus basurales el 50 por
ciento de lo que recolecta y lograra un destino de reutilización con
el resto, ya solucionaríamos la mitad del problema. Algunas
localidades, aún en minoría, están demostrando que es un camino
posible.
Fuente:
Fernando Colautti, Residuos: más ciudades del interior apuestan a la recolección diferenciada, 11/12/18, La Voz del Interior. Consultado 13/12/18.
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