martes, 18 de diciembre de 2018

Millonarios daños tras 7 minutos de tornado en San Francisco

No hubo heridos, pero el impacto del temporal sobre la zona urbana fue enorme. La normalización llevará días. El centro y un barrio humilde fueron los más afectados.

por María Laura Ferrero

El vendaval sorprendió a la ciudad mientras dormía. “A las 2 de la madrugada, el viento fue tremendo, nos despertó y parecía un tren que pasaba arriba del techo. Yo sentía que las cosas volaban afuera. Fueron unos minutos, pero resultaron eternos. Nunca había tenido esa sensación en una tormenta”, comentó Inés, una vecina del barrio Vélez Sársfield, mientras retiraba un trozo de chapa llegado no sabe de dónde que quedó incrustado en el jardín de su casa.

Más de mil árboles caídos, roturas de vidrios y voladuras de techos de chapas, postes arrancados, carteles por el suelo y una innumerable cantidad de daños en plazas, comercios y galpones se repetían cuadra tras cuadra en el centro y varios barrios del norte de la ciudad, los más afectados por ese fenómeno que, según se estima, no duró más de siete minutos.

Se me caen las lágrimas al ver tanto destrozo. Vi columnas de cemento partidas a la mitad, árboles volteados por todos lados. Parece como si hubieran bombardeado la ciudad”, resumió Analía, una médica de la zona afectada.

Hasta ayer no había en el municipio una estimación del impacto económico de los daños, mientras el relevamiento continuaba. Pero nadie duda de que serán millonarios. El alivio es que no se registraron personas heridas, al menos de alguna consideración.

Claudio Vignetta, secretario de Gestión del Riesgo y Catástrofes de de la Provincia, señaló que tampoco hubo necesidad de evacuar familias, a pesar de que hubo numerosas viviendas con daños. “Calculamos que hay unas 120 casas afectadas, sobre todo en barrio Parque, uno de los más humildes de la ciudad”, señaló.

La mayoría de las plazas lucían destrozadas. Y se relevaron importantes daños en tres escuelas, el hospital Iturraspe, los Tribunales y las sedes de Epec y del Banco Córdoba, entre otros organismos públicos. Entre los privados, hubo viviendas y vehículos dañados, pero las postales más tremendas las mostraban la destruida sala del cine Radar y la sede de una empresa de transportes, donde los galpones sufrieron graves deterioros y dos camiones quedaron dados vuelta por el viento.

Además, se reportaron perjuicios en fábricas, en supermercados y en más de 20 comercios.

En barrio Parque, con muchas viviendas precarias, hubo voladuras de techos y tanques de agua, rajaduras de paredes y la destrucción total del tendido eléctrico.

La energía eléctrica volvía ayer a algunos de los barrios afectados, pero en otros quizá la normalización demande uno o dos días más.

Entre municipio, Provincia e instituciones como Bomberos se formó un comité de crisis. El ministro de Desarrollo Social de la Provincia, Sergio Tocalli, tras recorrer la zona, aseguró que demandará “muchos días” reparar los daños, pero comprometió la asistencia oficial con el Fondo de Catástrofes que tiene disponible la Provincia.

Fuentes policiales, en tanto, confirmaron que se debió reforzar la seguridad en zonas comerciales afectadas y en lugares aún sin energía, ante denuncias de robos.

Otras regiones

El frente de tormentas de la madrugada de ayer dejó secuelas en otras zonas de la provincia, pero mucho menos graves que en San Francisco.

Por ejemplo, se reportaron voladuras de techos de chapa y árboles caídos en el sur de Punilla, y una pedrea de inusual tamaño en el sur de Calamuchita. En tanto, varios ríos serranos registraban ayer crecidas dispares.

Ráfagas destructivas, de 150 kilómetros por hora

Afectaron parte de la ciudad y no hubo en pueblos vecinos.

Nuestros meteorólogos dicen que tiene las características de tornado. Para mover un auto, hacen falta 130 kilómetros por hora. Y acá dio vuelta dos camiones. En ese punto fue superior, quizá 150. Además fue muy localizado, en una franja donde generó gran destrucción en apenas siete minutos”, señaló a La Voz desde San Francisco el secretario de Gestión del Riesgo y Catástrofes de la Provincia, Claudio Vignetta.

El dramático intento por salvar la vida de un bebé

Doce minutos después de recibir el pedido de auxilio, dos ambulancias del servicio municipal 107 llegaron a un humilde departamento ubicado en calle Zuolaga 6500, en la ciudad de Córdoba, donde la pobreza y el diluvio se combinaron en forma de tragedia. Eran las 0.57 de ayer. Cuatro minutos antes de que los médicos se lanzaran sobre el cuerpo que yacía sobre el piso de tierra, convertido en barro por la lluvia torrencial que se filtraba por todos lados, un policía había comenzado con las tareas de reanimación, que resultaron insuficientes ante el fulminante poder de la electricidad. La víctima se llamaba Lidia Mercedes Petel, tenía 23 años, era mamá de tres niños y tenía un embarazo de ocho meses. Murió cuando, descalza, intentó desplazarse por el interior de la casilla, desde el comedor hacia la habitación.

Cuando los médicos constataron que la joven ya no tenía signos de vida, intentaron rescatar al bebé que estaba a pocos días de nacer: cortaron la luz de la casa, tiraron un colchón sobre el mojado piso de tierra, colocaron el cuerpo sobre él e intentaron el milagro: iluminados por linternas, realizaron una cesárea.

Se intentó la reanimación, pero había signos de que la joven tenía muerte cerebral. Inmediatamente se decide realizar una cesárea en el lugar en estas condiciones. Lo sacan al bebé, pero estaba cianótico, por lo que se estima que la descarga fue fulminante y la muerte instantánea”, reconstruyó el jefe del servicio 107, Fernando Zalazar.

La habitación en la que vive la familia está al fondo de la casa de la madre de la joven fallecida. Estaba anegada y con agua filtrándose por las paredes, con cables por el piso y las paredes, según el relato de los testigos directos de la tragedia. En esas condiciones de inseguridad para la propia vida, actuaron el policía y los seis empleados del 107 que participaron. Con ellos estaba, además, el marido de la víctima, mientras los otros tres hijos de la pareja -de 8, 6 y 2 años de edad- fueron a la casa de su abuela.

La vivienda tiene partes de chapa, otras de durlock; es realmente muy precaria”, dijo Zalazar.

En los momentos de mayor intensidad del temporal, entre las 0.30 y las 2, las ambulancias del 107 debieron realizar otras cuatro intervenciones: tres siniestros viales y la reanimación de un hombre con un paro cardiorrespiratorio, quien fue derivado al Hospital de Urgencias. A este último caso acudió uno de los equipos que participaron de la cesárea en Villa Unión. Durante toda la madrugada, las ambulancias del 107 atendieron 23 emergencias en las calles de la ciudad, en general vinculadas a la tormenta.
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