En Entre Ríos se
prohibió fumigar a menos de 3 mil metros de las escuelas. El dictamen
responde positivamente a un pedido de amparo presentado por el Foro
Ecologista de Paraná. El juez Oscar Benedetto prohibió fumigar a
1000 metros de las escuelas y a 3000 en caso de que la aplicación
sea aérea.
por Darío Aranda
Por un fallo
judicial sin precedentes, la justicia de Entre Ríos prohibió
fumigar con agrotóxicos a menos de 1000 metros de las escuelas. Y la
distancia de protección se extiende a 3000 metros si las
aplicaciones son aéreas. Así lo determinó un amparo judicial
inédito, que protege todas las escuelas de la provincia, solicitado
por asambleas y organizaciones socioambientales. En paralelo, un
proyecto de ley plantea la emergencia ambiental y sanitaria en Entre
Ríos.
Desde hace más
de 15 años las organizaciones sociales y familias fumigadas de Entre
Ríos denuncian el avance transgénico. El Foro Ecologista de Paraná
es un espacio de referencia en la lucha por el ambiente sano en la
región. El 22 de agosto pasado presentó un amparo para proteger a
los niños y trabajadores de escuelas rurales. El juez Oscar Daniel
Benedetto, de la Cámara II de la Sala II se expidió el 1 de
octubre.
“Es imposible
de obviar que el modelo de producción agrícola puede generar un
creciente problema de salud pública, debido a que los plaguicidas
contienen sustancias químicas tóxicas que afectan a los cultivos,
pero que muy probablemente también tengan efectos nocivos en la
salud de la población rural”, se lee entre los fundamentos del
fallo, de 21 páginas.
Ademas de las
distancias de protección, el amparo es innovador porque abarca a
todas las escuelas de la provincia (que los denunciantes precisan en
1023), afecta a todos los agrotóxicos (no sólo el herbicida
glifosato), suspende en horario de clases a cualquier distancia todas
las fumigaciones, ordena al Estado entrerriano a hacer estudios para
analizar la situación general de las afecciones en el ambiente y
salud, y lo condena a que en dos años se implanten barreras arbóreas
a 150 metros alrededor de todas las escuelas rurales.
Todos los martes
desde hace casi una año se marcha frente a la Casa de Gobierno de
Entre Ríos contra las fumigaciones y el modelo transgénico. La
actividad, organizada por la “Coordinadora por una Vida sin
Agrotóxicos en Entre Ríos. Basta es basta”, ya lleva 38
movilizaciones. También se manifiestan en las ciudades de Crespo,
Villaguay, Concepción del Uruguay, Gualeguaychú, Victoria y
Basavilbaso, entre otras.
“La
movilización ha demostrado ser el camino para visibilizar,
fortalecer y conseguir los avances. Celebramos el reciente fallo de
la justicia entrerriana, representa un avance por la vida de les
niñes y la comunidad educativa entrerriana”, explicó la
Coordinadora. Instaron al Poder Legislativo a que declare la
emergencia sanitaria y ambiental en la provincia (existe un proyecto
de ley presentado por el presidente de Diputados, productor
agropecuario y ex gobernador, Sergio Urribarri). “Se debe avanzar
en el fomento real a la agroecología para avanzar en un cambio
positivo de la matriz productiva. Queremos una vida sin agrotóxicos
y con soberanía alimentaria”, reclamaron desde la Coordinadora.
El juez Benedetto
tuvo presente el principio precautorio vigente en la Ley General del
Ambiente (25675): “En materia ambiental se impone la necesidad de
adoptar un criterio de precaución (...) El peligro inminente se
materializa en la amenaza de la aplicación de los agrotóxicos. Y
destaco que la falta de certeza científica sobre sus consecuencias
no me parece un argumento que justifique la improponibilidad de la
acción, sino todo lo contrario, ya que no es posible soslayar que se
trata de una situación extremadamente delicada y sensible, estando
en juego la salud de miles de niños entrerrianos”.
El juez señala
que el avance de la soja transgénica “ha provocado una profusa
aplicación de tóxicos que repercuten en el medio ambiente y lo
contamina, de modo que resulta imprescindible ejercer un intenso
control estatal para prevenir al máximo posible los problemas de
salud”.
En octubre de
2017, producto de la lucha de la docente Mariela Leiva y del gremio
docente Agmer (Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos -que
también intervino en el reciente amparo-), el Tribunal Oral de
Concepción del Uruguay sentenció que fumigar escuelas es delito y
condenó a un empresario fumigador, un piloto y un productor
agropecuario a 18 meses de prisión por fumigar la escuela rural 44
de Santa Anita. En marzo pasado, la escuela 54 del barrio Perucho de
San José fue fumigada en horario de clase. Hubo niños intoxicados y
decenas de evacuados.
El amparo que
protege las escuelas fue apelado por el gobierno provincial de
Gustavo Bordet, pedido por el secretario de Producción, Alvaro
Gabás. “Pareciera que en el Gobierno prima la lógica de preservar
el beneficio económico particular por sobre la defensa de un bien
colectivo como la salud y la vida de nuestros niños y niñas que
aprenden en contextos de absoluta vulnerabilidad”, cuestionó
Aldana Sasia, abogada de la Coordinadora y del Foro Ecologista de
Paraná.
Fuente:
Darío Aranda, Un fallo inédito por la salud, 08/10/18, Página/12.
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