La profesora
María del Carmen Llasat alerta sobre el incremento de las tormentas
súbitas de corta duración.
por Antonio Cerrillo
María del
Carmen Llasat, profesora de Física Aplicada de la UB, es una de las
coautoras de informe de Nature Climate Change en el que se subraya el
riesgo de las inundaciones súbitas en el Mediterráneo.
- ¿Es normal lo
que hemos visto este otoño: ciclones tropicales, tormentas
mortales...?
- No es extraño
que tras un verano muy caluroso tengamos un otoño bastante lluvioso,
incluso con inundaciones; forma parte del clima mediterráneo. Sucede
porque hay más energía disponible en el ambiente, lo que favorece
que se produzcan lo que nosotros llamamos fenómenos convectivos.
Ejemplos anteriores los hemos tenido en las inundaciones de 1994 o
1962.
- Todo indica que
el cambio climático hará que los fenómenos extremos tiendan a ser
más frecuentes. Vamos a ver más olas de calor o más veranos
calurosos con noches tórridas. Es parte de la tendencia en la que
hemos entrado, debido al efecto del cambio climático causado por el
hombre. Y también el cambio climático apunta a un aumento de
precipitaciones de carácter torrencial. Así pues, lo que vemos está
en consonancia con lo que se espera que pueda pasar.
- Hemos tenido
ciclones tropicales, luego convertidos en tormenta tropical, como
Leslie...
- Si, se trata
también de fenómenos convectivos. Son fenómenos que se han
desarrollado por movimientos ascendentes de aire muy húmedo, con un
gran intercambio de energía con el ambiente, y que dan lugar a nubes
de gran desarrollo vertical (cumululimbus).
- ¿Puede
aproximarse otro huracán atlántico a la Península?
- Este es un
fenómeno raro. Hemos tenido otros, que se dirigieron a Canarias,
como la tormenta Delta. Que nos lleguen huracanes como los que azotan
el Caribe es poco probable.
- ¿Vendrán más?
- Lo que puede
suceder más probablemente es que, como ha pasado hasta ahora,
lleguen ya debilitados. La estructura típica del huracán no llegó
a atravesar la Península. Eso sí; llegó aire húmedo que también
sirvió para alimentar las tormentas que hubo en Carcasonne y el sur
de Francia. Nosotros aquí tenemos los medicaces, que serían una
especie de huracanes mediterráneos. La mayor diferencia con los
huracanes tropicales es que son más pequeños, no requieren
temperaturas del mar tan altas y su recorrido es menor.
- ¿Qué
destacaría de lo ocurrido en el Norte en Mallorca?
- El sistema de
tormentas se fue retroalimentando y quedó estacionario sobre la
región de Sant Llorenç, de forma que llovió muy intensamente y la
cantidad de agua que cayó sobre la zona fue muy alta. También
destacaría que se dio en un lugar altamente vulnerable, en una zona
muy inundable en la que se habían modificado los usos del suelo y se
había urbanizado, además de alterar el propio cauce de los
torrentes.
- ¿Se dan ahora
más sucesos por precipitaciones extremes o torrenciales?
- Podemos
asegurar que en el mundo están aumentando los daños por
inundaciones. Concretamente el riesgo de inundaciones está
aumentando en el Mediterráneo, pero sobre todo por efectos
relacionados con la intervención del hombre, como los cambios de
usos del suelo, la ocupación del territorio y la mayor exposición
de bienes. Eso es mucho más decisivo que el posible aumento de
lluvias que tengamos.
- ¿Hay más
inundaciones ahora?
- Observamos un
aumento de las inundaciones que llamamos extraordinarias, no sólo en
Catalunya, sino en toda la cuenca del Mediterráneo. Se trata de
inundaciones que aunque producen daños y afectan el común día a
día, no llegan a producir grandes destrucciones. Pueden dar lugar a
alguna víctima mortal, sobre todo por imprudencias. Son las típicas
del Maresme. Por ejemplo, entre 1981 y 2010 se produjeron 219
episodios de inundación en Catalunya, y más del 50 % fueron de este
tipo, que se da sobre todo en las comarcas costeras. Pero insisto:
todo esto está más vinculado a cambios de usos de suelo, ocupación
de zonas inundables o exposición, que a un aumento de fenómenos de
lluvia extraordinario. Hablamos siempre desde al año 1981.
- ¿Cómo lo
analizan?
- La principal
fuente de información que tenemos es la prensa. En la mayoría de
los casos no hay medidas de caudal, y tampoco se dispone de los datos
detallados de las aseguradoras. Concretamente hemos hecho un estudio
sistemático, día a día, de todas las noticias publicadas por La
Vanguardia desde 1981 que están relacionadas con riesgos naturales y
cambio climático. En la actualidad tenemos analizadas más de 16.000
noticias sobre esos temas.
- ¿Cuál es su
contribución en este último informe?
- Me centro en el
problema de las inundaciones súbitas, algo que en el centro y norte
de Europa no se comprende bien, pero que son las más usuales en la
región Mediterránea. Aunque no produzcan tantos daños materiales
como el desbordamiento de un gran río, como el Danubio, al ser más
frecuentes, los daños acumulados son muy importantes al cabo del
tiempo. Y más las víctimas humanas. Pensemos en las del Vallés, en
Biescas, o las más recientes en Mallorca. La mayor parte de
inundaciones súbitas se producen por lluvias que duran unas pocas
horas o, incluso, menos de una hora. Si caen 50 litros por m2 en un
día en Barcelona no suelen generar problemas, a parte de los
consabidos problemas de tránsito; pero si la misma cantidad cae en
una hora, los problemas están garantizados.
- En qué centra
su investigación?
- Los escenarios
climáticos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio
Climático de la ONU (IPCC) nos indican un aumento de las lluvias
intensas, y, sin embargo, cuando analizamos las series de lluvias en
España no lo vemos. ¿Se equivoca el IPCC? Las precipitaciones
máximas no están aumentado, cuando en teoría deberían aumentar.
Lo que ocurre es que los datos que se están utilizando en el IPCC
para el análisis del pasado y el pronóstico de escenarios de futuro
tienen en cuenta, como máximo, series de precipitaciones diarias. El
resultado de utilizar estas series es que no dan ninguna tendencia en
nuestra región. Pero si en vez de mirar lo que pasa a escala diaria,
miramos lo que pasa a escala horaria o incluso menos, quizás
descubramos algo. Al trabajar con series de lluvias de cinco minutos
hemos descubierto que se da un aumento de las tormentas intensas de
corta duración.
- ¿Qué consejos
daría?
- Hay que mejorar
la prevención, lo que implica la mayor sensibilización de la
población frente a estos fenómenos, tanto desde una perspectiva
preventiva evitando ocupar zonas de riesgo, como en situaciones de
emergencia, actuando con prudencia. La administración tiene sus
obligaciones, pero el ciudadano y la ciudadana deben ser
corresponsables.
- ¿Cómo valora
las alertas de Aemet?
- Han mejorado
mucho. Mi valoración es muy positiva. Es cierto que los modelos de
predicción de lluvias fuertes deben todavía mejorarse, pero el
último episodio que ha afectado al sur de Catalunya, Castellón y
Andalucía es un buen ejemplo de la mejora de los modelos.
Fuente:
Antonio Cerrillo, “Observamos un aumento de las inundaciones extraordinarias en toda la cuenca del Mediterráneo”, 23/10/18, La Vanguardia.
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