Alejandro García
Sussely compró 4 hectáreas en Baigorria para criar aves y hacer
cultivos frutales y orgánicos, pero indica que es víctima de los
agrotóxicos aplicados en campos linderos. “Vivo amenazado y el
Estado no actúa”, dice.
por Patricia
Rossia
Alejandro García
Sussely decidió dejar la ciudad hace casi 3 años y emprender su
proyecto de vida, aquel que soñó por muchos años, en una pequeña
chacra de 4 hectáreas en la zona rural de Coronel Baigorria.
Criador de perros
de raza y gallinas que trajo de Europa, buscó un espacio natural
donde desarrollar esta actividad. Pero además pretende sumar una
plantación para producir algún fruto.
García Sussely
no puede concretar su proyecto porque asegura que sufre las
consecuencias de los agrotóxicos que sus vecinos usan para sus
cultivos. Denuncia que recibe amenazas de parte de éstos y que, a
pesar de las exposiciones realizadas ante Agricultura de la Provincia
para que se cumpla la ley de Agroquímicos, no logra ninguna
respuesta.
Su propiedad se
encuentra a 8 kilómetros de Coronel Baigorria, en el paraje Cinco
Esquinas, y a sólo 7 kilómetros de la autovía ruta 36.
“La situación
se ha vuelto terriblemente dramática porque, además de perjudicar
mi salud y la de mis animales, no puedo llevar a cabo mi proyecto de
cultivos orgánicos. Las plantas están afectadas y no dan frutos,
todo por los agrotóxicos”, sentencia Sussely, quien a mediados de
la semana pasada radicó una nueva denuncia ante el Ministerio de
Agricultura de la Provincia, en el área de fiscalización.
“A finales de
2015 vendí mi casa en Río Cuarto y compré 4 hectáreas para
desarrollar este, que es un proyecto de toda la vida que lo pude
concretar de grande. Crío gallinas de raza que traje de Europa y
perros”, detalla a Puntal.
Este profesional
resalta que decidió acudir a los medios para visibilizar su
situación, ya que en los entes que debieran ocuparse no encuentra
respuestas. “Yo necesito soluciones, no buenas intenciones”,
reitera una y otra vez.
Desde su
radicación en Baigorria, hace casi 3 años, viene reclamando el
cumplimiento de la ley de Agroquímicos por parte de sus vecinos,
pues sostiene que usan productos prohibidos y hacen fumigaciones en
condiciones que no están permitidas y que afectan su propiedad y la
producción.
“Invertí en
árboles, planté un monte frutal, además de otras especies. Más de
150, que me han demandado un gasto de $ 70 mil”, detalla.
Según denuncia
García Sussely, el año pasado las fumigaciones realizadas por los
vecinos deterioraron toda su arboleda, lo que le generó una gran
pérdida económica.
Explica que, tras
su reclamo, la empresa responsable fue sancionada con una multa que
consideró irrisoria, teniendo en cuenta el daño provocado a su
propiedad.
“Tengo 4
hectáreas, quiero generar cultivos orgánicos y ni siquiera puedo
tener una huerta porque no resiste los agrotóxicos, tengo que
comprar la verdura para consumo”, insiste.
Aunque está en
una zona de campos,este vecino lo que reclama es que se cumpla con la
ley de Agroquímicos que regula cómo, cuándo y con qué productos
fumigar.
“Lo que
encuentro es una desprotección absoluta por parte del Estado. Acá
esta gente fumiga, mata todo y no le hacen nada; pero, si yo hiciera
lo mismo, multan”, subraya.
“Pido que
además los productores suban las recetas fitosanitarias de lo que
usan para fumigar. Pero acá también debo decir que hay otra
irregularidad, porque declaran una cosa y después aplican otra. En
cercanías de mi propiedad han fumigado con 2, 4D, que está
prohibido por ley, y nadie hace nada”, destaca Alejandro.
Denuncias
Desde su
radicación en Baigorria, Sussely hizo reclamos ante la Municipalidad
de esa localidad, que adujo no tener jurisdicción para accionar.
También acudió a la Policía para que concurran y hagan actas de
constatación cuando se hacen las fumigaciones.
“No concurren.
Hace unos días hice una denuncia, pero vinieron recién hoy (por el
viernes)”, se lamenta. “Es desesperante porque nadie puede hacer
nada”, señala.
Respecto de las
exposiciones realizadas ante el Ministerio de Agricultura,
puntualiza: “En la delegación de Río Cuarto realmente estoy
conforme con su atención, pero no necesito de buenas intenciones,
sino de soluciones. El problema es el área de Fiscalización, que ha
tomado las denuncias pero dice que no tiene suficiente gente para
hacer las inspecciones”.
”Vivo
amenazado”
Mientras
peregrina por las reparticiones oficiales, Alejandro también debe
lidiar con sus vecinos, que -manifestó- lo han amenazado.
“He tratado de
hablar con ellos amablemente, pero esta gente me ha amenazado con
romperme todo. Hay otro vecino me vino a apretar para decirme que
estaban juntando firmas para sacarme de mi propia casa y hubo otro al
que llamé y me dijo que, si no me gustaba cómo ellos trabajaban en
el campo, que para ellos depredar es trabajar, que me fuera a vivir a
la mierda, que no iban a dejar de producir por mí”, relata.
Sussely dice que
como propietario le caben los mismos derechos que al resto de los
vecinos: “Pago mis impuestos y cumplo con todo lo que dice la ley.
Esta gente hace lo contrario y nadie los sanciona”.
A su vez, agrega
que él, si pretende llevar adelante una producción orgánica y
certificarla, debe pagar elevados montos, “mientras que a estos
tipos que envenenan todo no les cobran nada”.
Consultado acerca
de si acudió a la Justicia, reconoce que es la última herramienta
que le queda. Finalizando, Alejandro García Su-ssely dice tener
temor sobre su integridad: “No tengo la seguridad de que a mí o a
mi propiedad no le hagan algo, a los animales que crío. Y, encima de
todo, vivo contaminado”.
Fuente:
Patricia Rossia, Denuncia que por fumigaciones ve afectada su producción y su salud, 21/10/18, El Puntal de Río Cuarto.
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