Un tribunal sentencia a cinco años y ocho meses de cárcel a Julio de Vido por la tragedia de Once, un accidente ferroviario ocurrido en 2012.
por Federico Rivas
Molina
La justicia
argentina cerca al kirchnerismo. Lo hace más que nunca, con condenas
de cárcel a un círculo que se acerca peligrosamente a la
expresidenta Cristina Fernández. A principios de agosto, su antiguo
número dos, Amado Boudou, fue sentenciado a cinco años de cárcel
por cohecho. Hoy le tocó el turno al exministro de Planificación, Julio De Vido, condenado a cinco años y ocho meses de cárcel por la
llamada tragedia de Once.
El 22 de febrero
de 2012, un tren que llegaba a la estación cabecera de Once, en la
ciudad de Buenos Aires, se quedó sin frenos y se estrelló contra el final del andén. Los bomberos sacaron aquella mañana 51 cuerpos de
entre los hierros retorcidos de los vagones y los servicios de
emergencia atendieron a 784 personas de heridas más o menos graves.
La justicia encontró ahora a De Vido penalmente responsable del
impacto por el mal estado de la formación, cuyo cuidado estaba bajo
la órbita de su ministerio.
El juicio contra
los responsables del accidente se desarrolló en dos partes. En
diciembre de 2015, el primer juicio llevó a la cárcel a 23
personas, entre ellas un ex secretario de Transporte, al conductor y
a directivos de la empresa TBA, la concesionaria del servicio. En
aquel fallo, los jueces no involucraron a De Vido, máximo
responsable de la obra pública durante los 12 años de kirchnerismo,
pero pidieron la apertura de una investigación en su contra para
determinar posibles responsabilidades. De Vido ya está preso por
otras causas por corrupción, pero todas sin condena firma. Los
jueces entendieron ahora que el tren que se estrelló en Once no
estaba en condiciones de circular y que De Vido, por su cargo, no
podía desconocer ese hecho.
De Vido es un
símbolo del kirchnerismo. Integra desde el primer día el grupo de
los llamados "pingüinos", las personas que estuvieron con
Néstor Kirchner cuando fue gobernador de la patagónica Santa Cruz y
le siguieron a Buenos Aires cuando tomó el poder. Fue el único
hombre que estuvo desde el principio hasta el final de las dos
presidencias consecutivas del matrimonio Kirchner a cargo del dinero
de la obra pública, una de las banderas de la gestión.
Las dos personas
más importantes de su ministerio, Ricardo Jaime, exsecretario de
Transporte, y José López, exsecretario de Obra Pública, ya están
en la cárcel por corrupción. El primero, por la compra de material ferroviario a España que resultó inservible. El segundo, tras ser
atrapado in fraganti cuando intentaba ocultar en un convento bolsos con nueve millones de dólares. El nombre de De Vido volvió a los
diarios tras las revelaciones de los “cuadernos de la corrupción”,
apuntes realizados por un chófer del ministerio que cuentan decenas
de viajes con dinero sucio, producto de sobornos.
Las causas que
enfrenta De Vido son múltiples, tantas que su nombre se convirtió
en sinónimo de corrupción. Está acusado de un potencial fraude al
Estado de casi 15 millones de dólares en una mina y una central
hidroeléctrica en Río Turbio, en la provincia de Santa Cruz.
También se lo investiga como organizador de una asociación ilícita
para recaudar sobornos pagados por empresarios durante su gestión.
Pero en ninguno de esos delitos se lo vinculó a la muerte de decenas
de personas. El accidente de Once fue una tragedia de impacto
nacional que en 2012 obligó a Cristina Kirchner a invertir en la
renovación de ferrocarriles que aún utilizaban material de la
década del 60. Hoy, el 80 % de la flota urbana y suburbana es nuevo,
producto de aquel siniestro
De Vido deberá
ahora pagar por aquellas muertes, aunque no esté de acuerdo con la
condena. El exministro habló ante el tribunal por videoconferencia
desde el penal donde está preso desde que el Congreso le retiró los
fueros que tenía como diputado. Desde su celda, apuntó directamente
contra el presidente Mauricio Macri. “Sé claramente dónde estoy y
el motivo. Es una decisión política del presidente Macri”, dijo a
los jueces antes de la sentencia. Se consideró además víctima de
una “perversa persecución política, mediática y judicial"
de la que el juicio "es una consecuencia directa". “Todo
comenzó el 10 de diciembre de 2015”, el día en que el
kirchnerismo entregó el poder a Macri tras perder en las elecciones
generales de octubre. El via crucis judicial de De Vido es sólo
comparable al que enfrenta su jefa política, Cristina Fernández de
Kirchner.
Fuente:
Federico Rivas Molina, Condenado por 51 muertes un exministro clave del kirchnerismo, 10/10/18, El País. Consultado 11/10/18.
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