Nueva York, 4 de
septiembre de 2018.- En un hecho histórico, representantes de
gobiernos de todo el mundo comenzaron hoy a analizar y negociar en la
sede de las Naciones Unidas en Nueva York fórmulas que permitan
entregar protección efectiva y duradera a los océanos del planeta.
Las negociaciones son resultado de un proceso de una década y
podrían concluir en 2020.
El encuentro es
el primer intento para llegar a un acuerdo que permita el cuidado de
los llamados "océanos globales", aquellos ubicados más
allá de las 200 millas de las costas de los países. De hecho, estas
aguas cubren más de 230 millones de kilómetros cuadrados y
corresponden a un área más grande a las de todos los continentes
juntos. Para reclamar su protección, hoy activistas de Greenpeace
hicieron volar a una tortuga gigante en las inmediaciones de la sede
de la ONU en Nueva York mientras, dentro del recinto, se iniciaban
las negociaciones del tratado. Las enormes figuras que representaron
la icónica biodiversidad marina fueron llevadas en botes desde el
Río Este, junto a una pancarta con el mensaje: "¡Nuestros
océanos necesitan un tratado global!"
"Se trata de
un momento y una reunión histórica que ayudará a definir el
cuidado que el mundo dará a estos espacios marinos que pertenecen a
toda la humanidad. En ese sentido, el aporte y compromiso que haga
Argentina en el encuentro será clave para avanzar hacia el objetivo
de lograr un tratado global oceánico", explicó desde Nueva
York Estefanía González, coordinadora de la campaña de océanos de
Greenpeace Andino.
El tratado es
crucial porque hoy no existen normas internacionales para proteger a
la gran mayoría de los océanos globales, pero sí bastantes para
explotarlos, y solo el 1% de los océanos mundiales está protegido
actualmente. La ONG ambientalista señaló que los océanos del mundo
están siendo sometidos a distintas presiones y amenazas, la mayoría
de ellas producto de la acción humana como la sobrepesca y el cambio
climático. Por eso se hace urgente que, al menos, el 30% de los
mares estén protegidos en 2030.
"Océanos
protegidos significan una mejor salud para todo el planeta. Además,
permiten la protección de la fauna, significan una contribución
efectiva para combatir los efectos del cambio climático y también
permiten garantizar la seguridad alimentaria del planeta. La ecuación
es simple: sin azul no hay verde", dijo Estefanía González.
Fuente:
El planeta define el futuro de los océanos, 04/09/18, Greenpeace Argentina.
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