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Los Dres. Luz
María Iribarne-Durán, del Instituto de Investigación Biosanitaria
de la Universidad de Granada, España, junto a su compañero Nicolás
Serrano Olea, que además pertenece al CIBER de Epidemiología y
Salud Pública de España, y al Departamento de Radiología y
Medicina Física, junto además, al Dr. Castillero-Rosales, del
Departamento de Química Analítica, Universidad de Panamá,
publicaron un trabajo corto y contundente llamado “Disrupción
endocrina, pesticidas y alimentación.
Quería compartir
con ustedes algunas cuestiones que allí aparecen.
Aunque la
exposición humana a compuestos químicos ambientales de muy
diferente origen se ha incrementado de forma alarmante en las últimas
décadas, la asociación entre exposición y efecto sobre la salud no
siempre se ha analizado con la profundidad necesaria.
En las últimas
décadas se ha relacionado la exposición a ciertos compuestos
químicos con la aparición de enfermedades de marcado carácter
hormonal. Entre estos compuestos químicos, conocidos como
disruptores endocrinos, se encuentran una amplia variedad de
plaguicidas, productos químicos de origen industrial, componentes de
utensilios y productos de uso habitual y cosméticos, que han sido
introducidos en el medio ambiente por la actividad humana y se
relacionan con los hábitos de consumo.
Por este motivo,
se han establecido en la Unión Europea reglamentos sobre la
utilización de plaguicidas que garantizan la protección el medio
ambiente y la salud humana y animal.
A pesar de ello,
aún existen ciertas dudas sobre la eficacia de estas medidas ya que
aspectos como la evaluación toxicológica de la disrupción
endocrina aún no es rutinaria en la autorización de los plaguicidas
para la producción agrícola.
Diríamos
nosotros, que aquí no es ni rutinaria ni nada, pues directamente, se
ignora.
Pero, ¿por qué
es tan importante conocer alguito de la disrupción endocrina?
La Organización
Mundial de la Salud define disruptor endocrino como aquella sustancia
exógena o mezcla de sustancias que alteran una o más funciones del
sistema endocrino (es el sistema hormonal del individuo) y
consecuentemente causan efectos adversos en la salud de un organismo
o en su descendencia.
Un disruptor
endocrino es aquella sustancia cuyas características la hacen
sospechosa de provocar una respuesta disruptora en un organismo,
aunque la certeza en la asociación no sea absoluta. Fíjense en este
detalle: aunque la asociación no sea absoluta (principio
precautorio).
Las
características principales son:
- Actúan a
concentraciones bajas y de forma combinada con las hormonas propias
del cuerpo, por lo que es difícil establecer un nivel umbral de no
efecto, lo que les confiere una especial peligrosidad ya que no
existen dosis seguras.
- Cuando la
exposición ocurre durante periodos del desarrollo del individuo con
especial vulnerabilidad a la disrupción endocrina -embarazo,
lactancia, pubertad- provocan daños que pueden manifestarse más
tarde a lo largo de toda la vida.
- Las curvas que
relacionan dosis de exposición con el efecto adverso no son
lineales, es decir, la respuesta no siempre aumenta en la misma
proporción que la dosis de exposición.
- Generalmente,
los individuos no están expuestos a un solo tipo de compuesto
disruptor, sino a las mezclas de ellos (a un cóctel), por lo que los
efectos son difícilmente predecibles dadas las posibles acciones
sinérgicas, aditivas o antagónicas entre residuos de diferentes
químicos.
- Como resultado
de la exposición a DE en un determinado individuo se pueden observar
consecuencias en generaciones posteriores ya sea por afectación
genética o mecanismos epigenéticos.
- Los efectos
observados tras la exposición pueden ocurrir tras largos periodos de
latencia, lo que distancia la exposición del efecto consecuente, y
dificulta en gran medida el establecimiento de una asociación
causal.
- La ubiquidad de
la exposición a disruptores endocrinos es un hecho constatado. En
algunos casos debido a su persistencia, se pueden encontrar durante
años en agua, tierra, aire y en los seres vivos. Se han encontrado
en los lugares más remotos del planeta, sin que pueda asociarse a
una actividad humana local contaminante. Además, el uso diario o el
consumo de vegetales que los traen, aunque sea a dosis bajo los
teóricos umbrales de seguridad, contribuye a la exposición
continua.
¿Cómo actúan
en nuestro cuerpo? interfieren en el mensaje hormonal entre los
diferentes actores del sistema endocrino. Por ejemplo, pueden
modificar los niveles de hormona circulante. Pueden reducir,
incrementar o interferir la capacidad de respuesta a las hormonas
naturales.
Un número
creciente de estudios vinculan la exposición a disruptores del tipo
PCBs o plaguicidas organoclorados como el mirex o el clordano, con
cambios epigenéticos en humanos. Un individuo no expuesto, puede
mostrar cambios epigenéticos debido a la exposición a compuestos
orgánicos persistentes (COPs) ocurrida en el útero materno o
incluso desde óvulo alterado o espermatozoides de sus padres o
abuelos; la exposición fetal a contaminantes del medio ambiente como
los COPs, pueden causar cambios epigenéticos con efectos
transgeneracionales.
La evaluación de
la toxicidad química es demostrar que como consecuencia de la
interacción entre el compuesto químico y el organismo se evidencia
un efecto considerado adverso en el individuo expuesto. Los
experimentos en que solo se han testado altas dosis, puede conducir a
una evaluación errónea, subestimando la respuesta a muy bajas
dosis. y la medida de la actividad hormonal estrogénica rara vez ha
sido tenida en cuenta en la evolución toxicológica hecha con
carácter regulador en las legislaciones.
Otro aspecto
preocupante es que se haya demostrado que mezclas complejas de
diferentes disruptores en niveles por debajo de su propio límite
máximo permitido, sean capaces de desencadenar una respuesta
perjudicial. Esta observación pone en entredicho cualquier
aproximación de evaluación toxicológica que considere los residuos
químicos investigados uno a uno, sin tener en consideración el
efecto combinado o cóctel.
A pesar de que
las formas de exposición y las vías de entrada son muy diversas, es
la vía digestiva es la principal ruta de exposición para el hombre,
debido a su acumulación en la cadena alimentaria. Tanto es así que
la composición de las mezclas lipofílicas encontradas en los
tejidos humanos varía de acuerdo con las diferencias regionales en
el uso de estos compuestos y con los hábitos dietéticos de las
poblaciones expuestas.
Cada año se
aplican decenas de miles de toneladas de agroquímicos sobre los
cultivos y plantaciones provocando la contaminación del suelo, agua,
aire y productos alimenticios y, por ende, la exposición del ser
humano.
Actualmente en
Europa, se registran 483 sustancias activas que entran en la
formulación de plaguicidas, y que, teóricamente, han sido
autorizadas siguiendo criterios estrictos (Reglamento 1107/2009),
pero a pesar de ello, algunos aspectos de la reglamentación no han
sido suficientemente desarrollados como es el caso de la evaluación
de la capacidad de alterar el sistema hormonal – disrupción
endocrina- que no se ha aplicado.
La Agencia
Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) en
su informe del Programa de Control de Residuos de Plaguicidas
correspondiente al año 2014 muestran los resultados del análisis de
621 residuos en 2384 muestras de productos tan variados como
cereales, frutas, verduras, alimentos procesados y carnes, con un
total de 60 plaguicidas con propiedades de disrupción endocrina en
los alimentos analizados.
Clorpirifós,
Metil pirimifos, Cyprodinil, Quinoxyfen, Endosulfan, Methiocarb,
Azinphos-methyl, P,p´-DDE, 2,4-D, Cipermetrín, Ciproconazole,
Deltametrín, Malatión y una larguísima lista de muchos otros más.
Las consecuencias
de la exposición son distintas dependiendo de la edad y el sexo. En
el caso de los hombres, son cada vez más frecuentes las alteraciones
en el desarrollo del sistema genitourinario, entre ellas el
criptorquidismo o no descenso testicular asociado con el cáncer de
testículo y con la infertilidad. En la mujer, el incremento del
cáncer de dependencia hormonal ya sea de mama u ovario, así como
los casos de esterilidad ligada a endometriosis, entre otros. En
ambos sexos alteraciones muy diversas que van desde la obesidad al
síndrome metabólico, y desde los trastornos del desarrollo
neuroconductual y los problemas de crecimiento a la mal función
tiroidea, están en el listado de posibles efectos de la exposición
a disruptores endocrinos.
¿Dónde está el
Principio de Precaución en estos temas? Claramente los límites de
exposición que fijan de modo arbitrario y sin ningún tipo de
fundamento científico, y establecen cuánto veneno podemos comer en
cada ración de nuestra comida, es rayano en lo criminal.
Ya, la evidencia
científica desborda el tema. No queremos veneno en nuestra comida.
Esta agricultura química nos expone diariamente a la enfermedad y la
muerte.
Contenido
- Emisiones de
CO2 de cultivos industriales. Pablo Baldassini
La soja sigue generando controversias, pero ahora no por los agroquímicos. Si no por las emisiones de gases efecto invernadero. Un grupo de Investigadores del departamento de Métodos Cuantitativos y Sistemas de Información de la Facultad de Agronomía de la UBA hallaron que en poco más, el monocultivo de la oleaginosa en el Chaco Semiárido liberaría a la atmósfera una cantidad de dióxido de carbono equivalente al 76 % de las emisiones provenientes de la combustión del sistema tranviario automotor argentino
- Pasto
importado? Liliana Fabbri
Recordando
- Ray Bradbury
por él mismo
- Declaración de
los Derechos del Hombre
- Sacco y
Vanzetti testimonio histórico
- Enrique Tornú
- Fray Mocho
- Jorge Luis
Borges por él mismo
Las últimas
noticias en ambiente y desarrollo.
Ecología,
desarrollo Sustentable y Culturas
ECOS se halla al
aire en la región desde 1998. Vino a llenar el espacio creíble de
información y debate en el que se trabajan cuestiones globales
(convenios internacionales, problemáticas generales) nacionales
(cuestiones de las diferentes provincias o sobre recursos
interjurisdiccionales) provinciales (problemáticas de cuenca,
radicación de industrias, costas, pesca, educación ambiental) y
locales (los temas de sustentabilidad en el municipio).
Objetivo general
Promoción del pensamiento crítico a partir de la difusión de las
temáticas ambientales y culturales en aras de la concientización y
la educación para un desarrollo sustentable.
Objetivos
específicos
- Aumentar el
bagaje de información disponible para el público en general.
- Difundir las
cuestiones ambientales y culturales que se problematizan en la
región.
- Acompañar los
emprendimientos productivos que tiendan al desarrollo sustentable.
- Facilitar el
acceso a las informaciones generadas en el seno de las instituciones
formales dedicadas al medio ambiente y a la recuperación de las
culturas tradicionales.
- Poner en
conocimiento del público en general disposiciones vigentes que
protejan el ambiente, los derechos de las comunidades nativas y
regulen el marco ambiental de la provincia.
Conductora
Silvana Buján es
Argentina, licenciada en Ciencias de la Comunicación Social y
periodista científico y ambiental, ejerciendo desde hace más de dos
décadas de manera ininterrumpida a través de radios y medios
gráficos del país y del exterior.
Es activista
ecologista y participa, dirige o coordina organizaciones no
gubernamentales y redes temáticas. Es conferencista y consultora en
temas de ambiente y desarrollo. Ha obtenido tres veces el 1º Premio
a la Divulgación Científica de la Universidad de Buenos Aires
(2009, 2012, 2014) y el 2º Premio en 2010; el 1º Premio
Latinoamericano y del Caribe del Agua CATHALAC-UNESCO 2009; Ocho
Premios Martin Fierro por sus trabajos en radio y 21 nominaciones. Ha
sido Premio Nacional de Periodismo en el año 2007, 1º Premio del
Congreso Tabaco o Salud 2010, 1º Premio de Periodismo en Salud de la
Asociación Médica Argentina 2010 Distinción honorífica Colegio de
Ingenieros DII por su labor en difusión ambiental, 2013.
Lleva adelante
desde 1998 ECOS ciclo de periodismo científico abocado al ambiente y
las culturas. Y CALIDAD EN VIDA, de periodismo médico, cultura y
salud. Dirige BIOS, ONG miembro de la Red Nacional de Acción
Ecologista y la Coalición Ciudadana Antiincineración. Es miembro
del Comité Consultivo de GAIA internacional. Es miembro de la Red
Argentina de Periodismo Científico y la Red Latinoamericana de
Periodismo Ambiental. Vive en Mar del Plata.
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