martes, 12 de junio de 2018

Queda un tercio de los pinos plantados

Los pinares, sin un adecuado plan de manejo y control, representan un riesgo ante incendios, por su alta combustibilidad.

por Fernando Colautti

Los pinares, sin un adecuado plan de manejo y control, representan un riesgo ante incendios, por su alta combustibilidad.

Las sierras cordobesas supieron tener más de 35 mil hectáreas de pinares implantados. En su mayor parte sembrados hace unos 40 años por una ley de promoción que ofrecía créditos y desgravaba impuestos. La idea original, que nunca funcionó, era generar celulosa para la industria del papel.

El valle de Calamuchita fue el centro de ese fenómeno, que le dejó en varias áreas esos paisajes vestidos de pinares. También se sumaron forestaciones implantadas en partes de Paravachasca y de las Sierras del Sur.

Hoy, queda menos de un tercio de esa superficie “apinada”: no más de 11 mil hectáreas.

Un factor del franco retroceso ha sido que la tasa de extracción fue muy superior a la de reforestación. Otro, el impacto de los incendios: sólo el devastador fuego de 2013 arrasó casi 11 mil hectáreas de pinares en Calamuchita, lo que representó unos 11 millones de árboles quemados.

La extracción nunca tuvo destino de papel. Su utilidad económica y laboral fue la industria de la madera para aserraderos.

Los pinares, sin un adecuado plan de manejo y control, representan un riesgo ante incendios, por su alta combustibilidad. En Córdoba, dominó el descontrol: a los productores forestales que tuvieron manejo de sus predios se sumaron muchos que los olvidaron. Aún hoy ocurre: quedan enormes superficies con restos quemados de incendios nunca levantados, que son combustible para expandir futuros fuegos.

Desde la Cámara de la Madera, defienden a la industria forestal. Señalan que con adecuados manejo y control representa una actividad económica sustentable. Pero piden medidas de prevención de incendios y más control para quienes sólo amontonaron forestaciones entre cerros.

Mientras, en la última década, diversos trabajos de universidades sumaron evidencias de que las plantas exóticas generan en suelos serranos más impacto hídrico que las nativas, por su mayor consumo de agua, además de tener mayor potencial de propagación del fuego y de ser invasoras, por lo que requieren control.

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Fuente:
Fernando Colautti, Queda un tercio de los pinos plantados, 12/06/18, La Voz del Interior. Consultado 12/06/18.

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