El comercio de la
carne de res, madera, soya y el aceite de palma son las principales
causas de la deforestación en el mundo. En América Latina, ésta va
ligada a la creación de zonas de pasto para la cría de ganado.
por Judit Alonso
Los bosques son
uno de los mayores aliados para luchar contra el cambio climático
reduciendo las emisiones de dióxido de carbono en el planeta. Sin
embargo, su presencia se ve cada vez más reducida para satisfacer la
demanda global de carne de res, soya, madera y aceite de palma.
Global Forest Coalition, una coalición internacional de ONG, analizó
dichas causas de la deforestación mundial y reclamó que éstas se
incluyan las negociaciones climáticas preparatorias para la COP24
que se están llevando a cabo en la ciudad alemana de Bonn.
Según un informe
del Centro para la Investigación Forestal Internacional, CIFOR, (por
sus siglas en inglés), la creación de zonas de pasto para
satisfacer la demanda de productos de ganadería fue la causa del 70
por ciento de la deforestación en siete países de Surámerica entre
1990 y 2005. Uno de ellos, Paraguay, presenta la tasa de
deforestación "más alta del mundo”, aseguró Miguel Lovera,
de la organización Henoi Iniciativa Amotocodie. "En estos
momentos es de entre 650 y 2.000 hectáreas al día”, lamentó
criticando que la quema de bosques para este fin genera "entre
el 70 y 80 por ciento de las emisiones de efecto invernadero
nacionales”.
Lovera criticó
el desarrollo insostenible del negocio agrícola que "emplea
como máximo a 2.000 personas en Paraguay, de una población
económicamente activa de 4 millones”, así como el gran uso de
pesticidas, "unos 70 litros por año por cápita”. Igualmente
denunció que la actividad, que supone "entrar en la loca
comercialización de la comida, solo como producto básico, no como
una necesidad para la humanidad”, conlleva "una gran
paradoja”. "En Paraguay, tenemos que importar entre el 50 y 60
por ciento de los alimentos”, agregó.
En el país
vecino, Bolivia, la situación no es mucho mejor. Según datos de la
Fundación Solón, "Bolivia ocupa el séptimo lugar en el
ranking de los 10 países que a nivel mundial perdieron mayor
superficie de bosques en los últimos 25 años”. Asimismo, el país
es el segundo lugar en Sudamérica, después de Paraguay, en
emisiones per cápita. Y es que "el 81 por ciento de las
emisiones de gases de efecto invernadero son por la combustión de
naturaleza viva”.
A pesar de contar
con objetivos de cero deforestación ilegal en 2020, según la
contribución nacional al Acuerdo de París, el gobierno ha aprobado
diferentes normas para legalizar y ampliar el desmonte de bosques
"que está lejos de contribuir a la preservación de los
bosques”, critican desde la entidad boliviana, que fue representada
por su director ejecutivo, Pablo Solón.
Acuerdos
comerciales: ¿perjudican más que ayudan?
Además de atacar
la demanda, los activistas reclamaron que se aborde el suministro de
estos cuatro productos básicos. "Cualquier acción climática
debe desafiar los acuerdos de libre comercio que promueven la
deforestación de la carne de res. El actual acuerdo de la
UE-Mercosur, por ejemplo, supone peores impactos en América del Sur
porque la Union Europea se está preparando para comprar grandes
cantidades de carne de América Latina, lo que destruirá nuestros
bosques para la cría de ganado", alertó el activista
paraguayo.
Asimismo, "la
producción de soya, principalmente para piensos animales, está
convirtiendo ecosistemas preciosos como el Cerrado de Brasil en una
gran granja de soya. Muchas especies endémicas se están
extinguiendo”, denunció Diana Aguilar de la organización FASE.
Por otro lado, la
presión que ejercen las grandes empresas en las cumbres
internacionales ensombrecen las decisiones que se toman en ellas. Un
ejemplo de ello es lo sucedido con la Declaración de Nueva York
sobre los Bosques de 2015, según Simone Lovera, Directora Ejecutiva
de Global Forest Coalition. "Sabemos que hay muchas empresas que
pasaron un año intentando de desautorizar el objetivo específico de
cero deforestación en 2020 y convertirla en 2030”, criticó
recordando la gran diferencia que puede suponer que se retrase una
década este objetivo para países como Paraguay.
Teniendo en
cuenta las consecuencias medioambientales que provoca la
deforestación a causa de la carne de res, "debe haber límites
y regulaciones con tipos de bienes, teniendo en cuenta el impacto que
tienen”, abogó Solón. Con experiencia en acuerdos de libre
comercio sugirió como alternativa "traer la discusión a la
mesa” presentando "un caso particular a los diferentes foros
internacionales”.
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Fuente:
Judit Alonso, Carne de res: culpable de la deforestación en América Latina, 09/05/18, Deutsche Welle.
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