En diálogo con CIUDAD TV y RADIO CIUDAD, el bioquímico y director del Laboratorio de Biología Molecular dependiente de la UNNE, Horacio Lucero, aseguró que en la Argentina se oculta lo que en los países europeos es visto con gran preocupación: las consecuencias del uso de plaguicidas en la producción agrícola.
Horacio Lucero es
bioquímico y director del Laboratorio de Biología Molecular del
Instituto de Medicina Regional dependiente de la Universidad Nacional
del Nordeste. Desde hace años, al igual que médicos de distintos
puntos del país, investigan el impacto en la salud de las personas
del uso intensivo de agrotóxicos en la producción agrícola. En ese
contexto, apuntó que se multiplican los casos de abortos espontáneos
y leucemias en personas expuestas a las fumigaciones con plaguicidas
en las zonas rurales de la provincia del Chaco y distintas zonas del
país.
“Nosotros
priorizamos la salud de las personas que están expuestas a este tipo
de productos, y vemos que hay un gran silencio a nivel no sólo a
nivel de las corporaciones sino de las personas que tendrían que
defender la salud”, aseguró Lucero. Y agregó: “siempre digo que
alguien tendría que hablar de cuáles son las consecuencias de este
modelo en la salud del ser humano”, sostuvo.
Ante la reciente
publicación de una revista de origen rumano de una de sus
investigaciones, Lucero advirtió que “la noticia es por qué los
medios extranjeros se ocupan mucho más que los medios locales y eso
es lo que me produce gran desazón porque las autoridades no
desconocen esta problemática y son las que tendrían que tomar
cartas en el asunto: estoy hablando a nivel nacional, en las
provincias está pasando lo mismo, aparte es un problema mundial,
global”. En ese contexto, reveló que “hay países de la
Comunidad Económica Europea donde las semillas transgénicas no
entran. Porque el emprendimiento transgénico está emparentado con
el paquete tecnológico, que es la aplicación de agroquímicos en
grandes volúmenes en los cuáles la población que está expuesta es
cada vez mayor y ya se están teniendo datos de aumento de
enfermedades y de contaminación en alimentos y en aguas de los ríos
como se denunció acá en las investigaciones que hizo Damián Marino
en el río Paraná”.
“Los países
europeos están muy interesados porque ellos reciben nuestros
productos, específicamente la soja transgénica para la producción
de alimentos para chanchos y otros subproductos, y están preocupados
por la contaminación que están teniendo y quieren saber cuál es la
cadena de contaminación que se produce en el país por eso es que
esto tiene tanta repercusión afuera”, expresó.
“No es un
problema inventado ni de ecologistas fundamentalistas”
Lucero aseveró
que “yo estoy viendo hechos concretos de poblaciones que se están
enfermando, o de niños que vienen con serias malformaciones
congénitas de madres que han estado expuestas en el útero. Cuando
uno ve esas cosas, no se olvida jamás, por eso me empecé a
involucrar y a leer y me di cuenta que el negocio es formidable”.
En ese sentido,
aclaró que el poder de las corporaciones opera descalificando a
quiénes alertan sobre las consecuencias del modelo de los
agronegocios. “A uno siempre lo quieren colocar que está en contra
del progreso y la tecnología, eso es una gran falacia. Nadie podría
estar en contra de los autos y del progreso que trajo a la humanidad
la industria automotriz, lo que si estamos buscando es que los autos
sean cada vez más sustentables; eso también es lo que estamos
buscando con los emprendimientos agropecuarios, que cada vez dependan
menos de un bagaje de sustancias químicas que están contaminando la
tierra, el medioambiente y a los humanos”, reflexionó.
El investigador
de la UNNE recalcó que “lo que estamos tratando de discutir es
hacer una participación reflexiva de la comunidad para que nos demos
cuenta de que no es un problema inventado, ni de ecologistas
fundamentalistas. Porque lo primero que hacen es catalogarte, una vez
que te catalogan es como que todo lo que vos digas está
desacreditado. Lo mío no es una posición ideológica sino que es
una posición científica, me baso en cosas que están comprobadas.
El que dice que no existe está faltando a la verdad”, sostuvo.
Abortos
espontáneos y leucemia
Lucero precisó
que el impacto del uso intensivo de agroquímicos en las zonas
rurales se manifiesta a partir del crecimiento de casos de abortos
espontáneos y de leucemia. “Cuando están presentes en las celdas
embrionarias pueden llegar a producir alternaciones tan graves que
directamente causan la interrupción del embarazo; hay parejas
jóvenes del interior que vienen y relatan que tienen 3, 4 o 5
abortos a repetición si causa aparente”, describió.
En tanto, aseguró
que “cuando uno ve un chico que tiene alteraciones en los miembros
superiores, inferiores, malformación o falta de miembros, porque
durante el período de organogénesis -cuando se están formando los
órganos en las primeras ocho semanas de gestación- cualquier
sustancia que esté en el medioambiente materno puede llegar a
producir una alteración muy grave, por eso a las embarazadas se les
aconseja no tomar nada hasta las primeras doce semanas de gestación”.
En cambio, cuando
se trata de un organismo ya constituído, el bioquímico señaló que
“puede producir un caos proliferativo, una leucemia”. Al
respecto, informó que “eso está hace muchísimos años: hay ya
una entidad en medicina que es una enfermedad asociada a un
oncohematológico con patrones muy bien definidos de alternaciones
genéticas vinculadas a la exposición de plaguicidas”.
Glifosato, el más
“inofensivo”
Lucero aclaró
que se habla del glifosato porque es el más utilizado –se aplican
millones de litros por año en todo el país- pero que en realidad se
trata de uno de los herbicidas “más inofensivos”. Consideró, en
ese sentido, que el problema es que “los controles son muy débiles,
porque si uno dice se están aplicando estas cosas en un área
confinada, donde no hay poblaciones alrededor, y eso no llega por
aire ni alimento, si ese producto del campo después va a terminar en
un alimento procesado hay que ver cómo se hace para sacárselo de
encima”.
En ese sentido,
reveló que “están encontrando en hortalizas, en frutas, en aguas
de los ríos, casi todas las fuentes de alimentación tienen rastros
de plaguicidas”.
“El problema es
que cuando el plaguicida produce una intoxicación aguda, uno sabe lo
que tiene que hacer para salvarle la vida a esa persona, lo que no
sabemos es con las intoxicaciones crónicas a pequeñas dosis, qué
es lo que puede producir esto que estamos viendo nosotros, que es el
aumento de las enfermedades oncohematológicas”, subrayó.
Fuente:
Abortos espontáneos y leucemia, las consecuencias del uso masivo de agrotóxicos en el agro, 16/04/18, Chaco día por día. Consultado 18/04/18.
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