Siete años después del accidente nuclear de Fukushima, Greenpeace denuncia que existen dosis excesivas de radiactividad en áreas próximas a la central que han sido reabiertas a sus habitantes.
El informe,
basado en mediciones realizadas por la organización ecologista sobre
el terreno, señala que muchas de estas áreas se encuentran en
situación de “emergencia radiológica” a pesar de que el
Gobierno japonés ha levantado las restricciones de acceso a las
mismas tras años de limpieza y descontaminación radiactiva.
El inquietante
panorama que presenta Greenpeace, apoyada por Human Rights Now y
otras ONG niponas, contrasta con la versión de las autoridades de
Japón, que hablan de una progresiva vuelta a la normalidad en estas
áreas castigadas por la catástrofe nuclear desencadenada por el
terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011.
Muy por encima de
estándares internacionales
En las
localidades de Namie e Iitate, situadas a entre 10 y 40 kilómetros
de la central de Fukushima Daiichi y donde se levantaron parcialmente
las órdenes de evacuación en marzo del año pasado, la radiación
continúa en niveles “muy por encima de los estándares
internacionales”, según Greenpeace.
La ONG señala
asimismo la “escasa efectividad” de las labores de
descontaminación en las zonas afectadas, y critica que Tokio “haya
ido demasiado rápido” a la hora de reabrir estas áreas pese al
“alto riesgo” que ello conlleva para sus habitantes, según dijo
a Efe el experto en energía nuclear de Greenpeace Jan Vande Putte.
El Ejecutivo
nipón, por su parte, mantiene que la radiactividad en las áreas
reabiertas no supone riesgos para la salud humana, y cuenta con datos
corroborados por expertos médicos de Japón y organismos como el
Comité Científico de la ONU sobre los Efectos de la Radiación
(UNSCEAR).
Pero esto no ha
sido suficiente para convencer a las decenas de miles de personas que
fueron evacuadas a la fuerza tras el accidente atómico o que
abandonaron voluntariamente sus hogares por miedo a la radiación, y
que han regresado a sus casas con cuentagotas.
La población,
reticente
De los
aproximadamente 27.000 habitantes de Namie e Iitate que podían
volver a sus domicilios, solo han regresado unos 950 o un 3,5 por
ciento, según datos del Gobierno de la prefectura de Fukushima, que
además de las reticencias de la población reflejan el proceso de
despoblamiento que afecta a todas las zonas rurales de Japón.
La dosis de
radiación marcada como referencia por el Gobierno para levantar las
órdenes de evacuación es de 0,23 microsieverts por hora (que
suponen una exposición anual acumulada de un milisievert), en línea
con la recomendación de organismos internacionales.
Sin embargo, la
organización ecologista y antinuclear ha detectado niveles máximos
de 6,5 microsieverts por hora en algunas de las áreas reabiertas -28
veces más que el tope-, y su informe muestra que en el 60 por ciento
de la localidad de Namie se supera el límite permitido.
Las mediciones de
Greenpeace
Greenpeace afirma
que sus mediciones cubren mayores zonas y emplean métodos más
precisos que los del Gobierno, al llevarse a cabo con una metodología
diferente e implicar más a los vecinos para tener en cuenta sus
hábitos, como el de frecuentar los bosques que rodean a las
ciudades, obviados en los datos oficiales.
“No es que los
datos oficiales sean incorrectos, es que la interpretación de los
mismos ha sido manipulada. Siempre se pueden seleccionar las
mediciones más favorables o las tomadas en zonas menos
contaminadas”, explicó el experto.
En cualquier
caso, e incluso si se toman los datos oficiales, la evolución de los
datos de radiactividad “hace prácticamente imposible” que se
cumplan los objetivos del Ejecutivo de reabrir hacia el año 2013
algunas de las zonas más contaminadas, donde serían necesarias al
menos tres décadas más para volver a niveles seguros, según
Greenpeace.
El accidente
nuclear de Fukushima es considerado el peor de la historia tras el
acaecido en Chernóbil (Ucrania) en 1986, y mantiene evacuadas a
decenas de miles de personas, además de ocasionar graves daños a la
economía local y acarrear un coste total para las arcas públicas
estimado en 20 billones de yenes (152.815 millones de euros).
Fuente:
Greenpeace: 7 años después, la radiación es excesiva en zonas de Fukushima, 01/03/18, Efeverde. Consultado 01/03/18.
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