por Mario Osava
BRASILIA, 20 mar
2018 (IPS) - La confianza en los ríos caudalosos y acuíferos
gigantes se desplomó en muchas partes del mundo, ante la expansión
de las crisis hídricas tras sequias intensas y prolongadas en la
última década.
Los recursos
hídricos, entendidos como el agua en el suelo y subsuelo, no se
sostienen si los estiajes se prolongan más que lo usual durante
algunos años, se comprobó en varias partes de Brasil y de otros
países de todos los continentes, como India, Sudáfrica y
Australia.
Brasilia, que
acoge el octavo Foro Mundial del Agua (FMA-8) desde el domingo 18 y
hasta el viernes 23 de marzo, es un ejemplo típico, porque no se
imaginaba que la capital brasileña, apodada Cuna de las Aguas por
tener nacientes de tres grandes cuencas, pudiera tener que soportar
un racionamiento de agua desde inicio de 2017 y solo ahora en vías
de terminar por la vuelta de buenas lluvias.
“El gran
crecimiento de la población, escasas inversiones en infraestructura
y tres años de lluvias por debajo del promedio histórico resultaron
la crisis hídrica”, admitió el gobernador del capitalino Distrito Federal, Rodrigo Rollemberg, en la apertura oficial del Foro, el
lunes 19, antes de destacar obras de su gobierno para asegurar el
suministro en el futuro próximo.
“La lluvia es
la fuente del agua dulce, a veces se ignora la humedad del aire,
porque los ojos no la ven”, apuntó Gerard Moss, un piloto da avión
que de 2007 a 2015 condujo el proyecto Ríos Voladores, destinado a
estudiar las corrientes de humedad que la Amazonia disemina por la
amplia cuenca sudamericana a este de la cordillera de Los Andes.
“Es vital
mantener las lluvias y para eso son indispensables las forestas, que
ayudan la humedad del mar a alcanzar el interior del continente. El
agua del océano no viajaría 2.500 o 3.000 kilómetros para producir
las lluvias que permiten a los hacendados de Mato Grosso (estado
centrooriental de Brasil) dos o tres cosechas al año”, destacó a
IPS.
Las
investigaciones de Moss, que identificaban ríos voladores amazónicos
que abastecían varias ciudades de Brasil, se interrumpieron, pero
sirven para la educación ambiental y climática de niños y adultos,
promovida por su esposa Margi Moss, una iniciativa que se trasladará
a Europa.
De cierta manera
el conocimiento del fenómeno aporta un argumento al tema adoptado
por ONU Agua este año para el Día Mundial del Agua, que se celebra
el jueves 22 de marzo, “naturaleza para el agua”.
Soluciones
naturales son la respuesta a muchos problemas relacionados con el
agua, como sequias e inundaciones que se van alternando con
frecuencia creciente en todas partes y la contaminación, propone ONU Agua.
Reforestar y
conservar bosques, restaurar humedales y reconectar los ríos con las
llanuras aluviales, son algunas de sus recomendaciones.
“No reinventar
la rueda para lidiar con eventos climáticos extremos”, es como
interpreta la campaña Glauco Kimura, consultor del Foro Mundial de
Agua. “Hay que la infraestructura natural, como los manglares y
otros ecosistemas que ayudan a ablandar impactos de huracanes y
excesos de lluvia”, explicó a IPS.
“Sin bosques en
los manantiales y acuíferos, menos agua, es lo que descubrió São
Paulo”, la metrópolis azotada por fuerte escasez en 2014 y 2015,
recordó Kimura.
Para convivir con
las sequías, el consultor recomendó aprender con los habitantes de
la región semiárida del Nordeste brasileño, con sus cisternas para
captar y almacenar agua de lluvia, soportando así los meses de
estiaje. “Los del centro-sur de Brasil no tienen esa cultura”,
lamentó.
Durante una
sequía que desde 2012 se ha prolongado por seis años, en la
ecorregión del Semiárido no se registró las invasiones de
ciudades, saqueos del comercio y fuga masiva en emigraciones hacia el
sur, ocurridas en sequías menos graves.
Mucho se debe a
los programas sociales, como la Beca-familia y pensiones a
trabajadores y personas discapacitadas, pero también a más de un
millón de cisternas construidas principalmente la Articulación del Semiárido, un movimiento de unas 3.000 organizaciones sociales, por
y para familias rurales, las más vulnerables a las sequías.
Otro ejemplo de
soluciones basadas en la naturaleza es el Programa Cultivando Agua Buena, promovido por Itaipú Binacional, la empresa que opera la
segunda central hidroeléctrica del mundo por su capacidad instalada,
compartida por Brasil y Paraguay sobre el fronterizo río Paraná.
Se plantaron 23
millones de árboles, reconstituyendo 1.322 kilómetros de bosques
ribereños, y 30.000 hectáreas de suelo recibieron cuidados de
conservación, en el lado brasileño, destacó Newton Kaminski,
director de Coordinación de Itaipú.
“La clave fue
adoptar la gestión de cuencas hidrográficas, con acciones
integradas en todos los frentes, no solo recuperación de nacientes y
puntos de recarga de aguas subterráneas. La reforestación sin
conservación del suelo, poco resultaría. Es también necesaria la
participación social, la educación, una agricultura que no
deteriora el suelo”, aclaró a IPS.
El presidente de Cabo Verde, Jorge Cargos Fonseca, subrayó, en su discurso ante otros
nueve jefes de Estado y gobierno que participaron en la apertura del
FMA-8, que aprender a “convivir en harmonía simbiótica con la
naturaleza” fue fundamental para superar el hambre y la sed que
sufrió su pueblo en los últimos años a causa de sequías.
“Preservar la
naturaleza y usar racionalmente los recursos que ella proporciona,
cambiar la relación del ser humano con la naturaleza” es la
lección de esa experiencia, dijo. “Rompimos el binomio
estiaje-hambre”, sostuvo.
Desalinización
del agua marítima y captación de agua de lluvia, contribuyeron a la
mejora en la situación hídrica y la meta es asegurar 90 litros
diarios a cada persona, por debajo de los 110 litros recomendados por
Naciones Unidas.
Reforestar y
conservar áreas de recarga, enfrentando la degradación del suelo a
causa de cambio en su uso son la recomendaciones de Fabiola Tábora,
secretaria ejecutiva de la Asociación Mundial para el Agua (GWP, en
inglés) en Centroamérica.
Las sequías allí
afectan más a la parte del océano Pacífico, que concentra 70 por
ciento de la población centroamericana y es conocida como “el
corredor seco”. Eso daña a la seguridad alimentaria y a la
generación hidroeléctrica, que responde por mitad de la energía
nacional, advirtió en diálogo con IPS.
Pero hay también
buenas experiencias de soluciones como la recuperación de la
microcuenca La Poza, en el sudoeste de El Salvador, con amplia
participación comunitaria en la gestión integrada, ejemplificó
Tábora.
En Costa Rica y
Guatemala, la especialista destacó el trabajo con empresas privadas
y gobierno para generar fondos ambientales, que se invierten en el
manejo y conservación de cuencas.
Son respuestas a
numerosas menciones a tragedias mundiales durante las sesiones
iniciales del octavo FMA-8: cerca de 700 millones de personas sin
acceso al agua en el mundo, 2.000 millones bebiendo agua contaminada,
3.500 millones sin saneamiento, mil niños muertos al día por mala
calidad del agua y los pronósticos de que la situación se agrave en
el futuro.
Los gobernantes
presentes siguieron la consigna del FMA-8, “compartiendo agua”,
al hacer durante sus intervenciones continuos llamados a la
cooperación y al intercambio de conocimientos y experiencias, ya que
40 por ciento de una gran mayoría de la humanidad depende de agua
transfronterizas.
Edición:
Estrella Gutiérrez
Fuente:
Mario Osava, A cuidar la naturaleza, porque sin lluvia no hay agua dulce, 20/03/18, Inter Press Service.
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