Los nativos de
Isla Cangrejo, en Panamá, decidieron mudarse al continente antes de
que el mar termine por sumergirlos. Serán el primer pueblo del mundo
en abandonar oficialmente sus tierras por el cambio climático.
por Maximiliano Monti
En una noche de
cataclismo, cuenta el célebre mito de Platón, los dioses enviaron
un batallón de incendios y terremotos tan intenso que el reino
utópico de la Atlántida se hundió para siempre en el océano. La
sublimación platónica, inspiración para la mitología marina por
más de 2.300 años, podría ser el espejo de otros futuros
sumergidos: Tuvalu, las Islas Marshall, las Maldivas y las Fiyi, esta
última a cargo de la presidencia de la Conferencia Mundial del Clima
en Bonn (COP 23, por sus siglas en inglés).
Acompañando el
destino de estos estados-islas del Pacífico que están
desapareciendo por el aumento del nivel del mar, en el Caribe, la
pequeña comunidad panameña de Gardi Sugdub, asentada en la Isla
Cangrejo, acordó el mes pasado con el gobierno de Panamá mudar sus
habitantes al continente.
"A través
de intensas gestiones iniciadas en 2010, se ha decidido el traslado
de su población a 300 viviendas que se van a hacer en el continente
para 1500 personas. El gobierno nacional dispuso un presupuesto de
casi 10 millones de dólares para ese traslado porque la isla se está
achicando y la población está creciendo", dice a Deutsche
Welle (DW) Anelio Merry, jefe de la Secretaría de Información y
Comunicación del Congreso Guna, entidad rectora de las comunidades
indígenas que viven en el archipiélago de San Blas, oficialmente
conocido como Guna Yala.
Esta comarca
habitada por más de 30.000 nativos de la etnia Guna, una colección
de 365 pequeñas islas e islotes de exuberantes paisajes, tiene su
capital en El Porvenir, pequeña isla-ciudad en la que coexisten la
agricultura de subsistencia, la pesca en barca, la producción de
artesanías y el turismo. Llegan diariamente a sus breves pistas de
aterrizaje avionetas para llevarse pescados, langostas, cangrejos,
calamares y pulpos a los restaurantes de Ciudad de Panamá. Tan
efímero es el espacio disponible que varias islas de la región
están completamente urbanizadas. La ecuación es irrefutable: la
población aumenta, el territorio desaparece, los recursos se agotan
y los isleños, para mal peor, arrancan el coral de los arrecifes
para crear diques naturales en un esfuerzo por salvar sus costas.
"Al punto de
que tuvimos que adelantar un mes nuestras asambleas -dice Merry-,
que se hacían en noviembre, por la amenaza de la marea y los fuertes
vientos. En la comunidad de Hernando Lupi, que está asentada en una
isla alargada, en ambos lados del territorio empezó a entrar el
agua. A finales de los 90 ya la comunidad de Ugupseni había
planteado la necesidad de su traslado al continente, un proyecto que
se llamó ‘Ugupseni 2000’, pensando que para entonces la gente de
esa isla ya se habría mudado. Pero hasta el sol de hoy eso no
ocurrió".
Refugiados
climáticos
El caso de Gardi
Sugdub es aun más emblemático. Su diminuto territorio, capaz de ser
recorrido en cuatro minutos de punta a punta, fue el primer lugar del
mundo en aplicarse una legislación internacional vinculada a los
llamados refugiados climáticos. Una misión de la organización
Displacement Solutions (DS), con sede en Ginebra, Suiza, y
especializada en el desplazamiento forzado de personas, visitó la
región de Guna Yala en marzo de 2014 para aplicar los "Principios
de Península sobre el Desplazamiento Climático dentro de los
Estados", el primer instrumento jurídico internacional para
proteger los derechos de los desplazados climáticos reconocido por
Naciones Unidas.
El análisis
resultante, llamado "Informe de misión" y publicado en
agosto de 2015, adelantaba ya por entonces la voluntad de la propia
población de escapar del hacinamiento, de la erosión de la tierra y
la desaparición de tierras agrícolas. Sin embargo, explica la
organización citando a los miembros del Comité de la Barriada, una
minoría de ancianos "no quieren mudarse (porque) allí han
vivido toda su vida y allí quieren morir".
¿Una futura
Atlántida?
El proceso se
hará, de acuerdo a lo planificado, en casi 20 hectáreas del
continente, donde también está prevista la construcción de una
gran escuela pública, otra razón que urge a los Gardi Sugdub a
abandonar la tierra de sus ancestros. "La gente ahora empieza a
tomar en serio el cambio climático -explica Marry-, pero ni
siquiera desde el Departamento Panameño de Vivienda se ha llevado
información científica a la población para entender cómo el
aumento del nivel del mar nos va a afectar gravemente en 20 o 30
años".
Han sido muchos
quienes desde hace siglos plantearon teorías sobre dónde quedaba
exactamente la Atlántida: en el Mediterráneo, el Atlántico, el
Oceáno Índico. Pero quizá no se trata sólo de la leyenda de una
ciudad hundida, sino de una profecía con valor autocumplido. Cuando
el último habitante de Isla Cangrejo abandone el lugar, en uno o dos
años, atrás habrá fundado la primera Atlántida moderna.
Fuente:
Maximiliano Monti, El Caribe también se hunde, 10/11/17, Deutsche Welle. Consultado 14/11/17.
No hay comentarios:
Publicar un comentario