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Quien más quien menos todos hemos escuchado hablar de la Bóveda de semillas en Noruega. Le dicen la "bóveda del juicio final”.
Algunos saben que
se trata de un intento de preservar semillas de todo. Porque a cómo
vamos, muchas ya no están, y otras muchas no estarán en poco
tiempo. O extinguidas, o cruzadas con otras en un laboratorio. Y los
científicos pensaron en guardar un poco de cada una, y así
preservar la memoria biológica de nuestro planeta.
Eligieron una
vieja mina de carbón abandonada en el permafrost (zona congelada) y
pusieron 850.000 variedades de semillas de cultivos alimentarios en
una especie de mega heladera que, sin intervención de la mano del
hombre, pueda quedarse ahí por si nuestra civilización desaparece.
Quién iba a
pensar que, contra todos los pronósticos, la bóveda empezó a tener
“problemitas de humedad”.
Una nota extensa
y completa sobre Svalbard Global Seed Vault (asi se llama) salió
hace poco en el Boston Review firmada por Jack Heinemann.
Y ahí cuenta
cómo esta bóveda ideada por el conservacionista Cary Fowler, se
supone que salvaguarda el suministro de alimentos en caso de
catástrofe regional o global, incluso dado los peores escenarios
para el calentamiento global.
Pero devela que
ya el año pasado, se les metió el agua en los túneles, desafiando
los cálculos segurísimos que habían hecho. Esto es, los bancos de
genes no son pólizas de seguro para el apocalipsis.
Y la esperanza de
preservar la biodiversidad sólo congelando genes del pasado es
ingenua. Porque en la naturaleza los intercambios genéticos
naturales son permanentes. Usted solo guardaría una foto de un
determinado momento.
Y no es posible
imaginar los desajustes que podría haber cuando se mezclen genes
antiguos con nuevos ecosistemas.
En la Universidad
de California en Santa Cruz, probaron con una especie que se
reproduce mucho y muy ligero: la mosca de la fruta: en solo un año
produce 40 generaciones, el equivalente a 1.000 años en tiempo
humano.
Y probaron a ver
qué pasaba si guardaban hembras de una pequeña variedad que tiene
un perfil genético que no muta, y, un año después, las hacían
cruzarse con moscos que habían sido dejados al azar de las
variaciones genéticas.
Qué resultó?
Que los machos desarrollaron fluido seminal que fue tóxico para las
hembras, matando a muchas. Las mutaciones redujeron la capacidad de
una hembra de ser fertilizada. Porque la evolución funciona según
reglas que a veces no anticipamos.
Los creadores de
la bóveda son sinceros al preocuparse por la pérdida de diversidad
genética vegetal porque las plantas nos han estado alimentando
durante los últimos 10.000 años. Pero a costa de la pérdida de la
biodiversidad. Alrededor del 60 por ciento de las calorías derivadas
de las plantas en la alimentación humana provienen de sólo cuatro
cultivos: el trigo, el arroz, las papas y el maíz, y el 80 por
ciento son de apenas ocho más. Lo que comemos es sólo una porción
minúscula de las plantas comestibles del planeta.
Para los grandes
cultivos básicos, unas pocas naciones dominan la oferta mundial.
Ellos seleccionan la estrecha base genética que funciona mejor para
ellos. Esos grandes mercados dictan los programas de mejoramiento,
que a su vez responden a las señales comerciales en lugar de una
necesidad pública de mantener la diversidad de agroecosistemas.
La disminución
de la agrobiodiversidad en los cultivos básicos del mundo no es
hipotética. La Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación FAO, dice que cerca de 10.000
variedades de trigo estaban en uso en China en 1949, pero sólo
quedaron 1.000 en los años setenta. Entre los siglos XIX y XX, se
perdieron 95 % de col, 91 % de maíz, 94 % de guisantes y 81 % de
variedades de tomate usadas en los Estados Unidos.
Otra cosa que no
vemos es que con la introducción de las plantas modificadas
artificialmente, cada innovación en la genética de cultivos cambia
el ambiente en el cual se cultivan los cultivos. Aumentar la
capacidad de una planta para crecer en la sequía, hará que y el
próximo año haya menos humedad del suelo. Y eso va a modificar todo
el ecosistema de esa región. Para donde? Quién puede saberlo?
Cuando hablamos
de biodiversidad no estamos haciendo un censo. Lo que es
imprescindible es el mantenimiento de ecosistemas con características
particulares determinadas por la biodiversidad. Aquí es donde la
idea de los bancos de semillas se queda corto.
Veamos el ejemplo
de los antibióticos. Las bacterias resistentes a los antibióticos
son una manifestación de la pérdida de biodiversidad. Antes del uso
humano de antibióticos, había bacterias resistentes a los
antibióticos. Aún así, la gran diversidad de bacterias, incluso
dentro de una sola especie, inundó las resistentes de modo que
durante períodos de tiempo cada antibiótico fue eficaz.
Pero los genes
que hacen que las bacterias resistentes a los antibióticos se hayan
vuelto tan comunes y que su número crezca y no se mueran con la
mayoría de los antibióticos están creciendo tan rápidamente, que
pronto no se podrá usar con confianza ningún antibiótico. Es una
pérdida de biodiversidad: la pérdida de ambientes libres de
bacterias resistentes a los antibióticos.
Una póliza de
seguro bajo la forma de una bóveda de semillas subestima la
complejidad de las interacciones entre la genética y el medio
ambiente. Una estrategia clave para el futuro es la conservación in
situ, donde la diversidad genética se mantiene mediante su uso, en
lugar de almacenar semillas bajo hielo.
A través de la
agricultura, la humanidad ha estado reduciendo la diversidad genética
de nuestra base alimenticia, pero a la vez reemplaza ecosistemas
complejos con monocultivos alimentados con nitrógeno y manejados con
pesticidas, concentrando el control del suministro de alimentos en
manos de un pequeño número de empresas. Ya solo tres empresas
agroquímicas controlan más del 50 por ciento del mercado global de
semillas de propiedad.
El cambio debe
ser cultural, económico y político. Porque una solución
tecnológica no será suficiente para preservar la diversidad.
Contenido
- Costos y
desafíos de las energías renovables. Andrés Di Pelino
La incidencia de las renovables en la matriz energética a nivel nacional es mínima, si bien la producción de energía eléctrica de fuentes renovables aumentó un 78 % entre 2011 y 2016, la participación actual sobre la oferta total se encuentra solamente en torno al 1,9 %. Hablamos con Andrés Di Pelino, docente de varias Universidades de Argentina y Especialista en Administración Financiera del Sector Público sobre el potencial y desafíos de las renovables en nuestro territorio
Recordando
- Día del
radioaficionado
- Cátulo
Castillo
- Bernardo
Houssay gana el Nobel
- Pablo Picasso
- Georges Bizet
Las últimas
noticias en ambiente y desarrollo.
Ecología,
desarrollo Sustentable y Culturas
ECOS se halla al
aire en la región desde 1998. Vino a llenar el espacio creíble de
información y debate en el que se trabajan cuestiones globales
(convenios internacionales, problemáticas generales) nacionales
(cuestiones de las diferentes provincias o sobre recursos
interjurisdiccionales) provinciales (problemáticas de cuenca,
radicación de industrias, costas, pesca, educación ambiental) y
locales (los temas de sustentabilidad en el municipio).
Objetivo general
Promoción del pensamiento crítico a partir de la difusión de las
temáticas ambientales y culturales en aras de la concientización y
la educación para un desarrollo sustentable.
Objetivos
específicos
- Aumentar el
bagaje de información disponible para el público en general.
- Difundir las
cuestiones ambientales y culturales que se problematizan en la
región.
- Acompañar los
emprendimientos productivos que tiendan al desarrollo sustentable.
- Facilitar el
acceso a las informaciones generadas en el seno de las instituciones
formales dedicadas al medio ambiente y a la recuperación de las
culturas tradicionales.
- Poner en
conocimiento del público en general disposiciones vigentes que
protejan el ambiente, los derechos de las comunidades nativas y
regulen el marco ambiental de la provincia.
Conductora
Silvana Buján es
Argentina, licenciada en Ciencias de la Comunicación Social y
periodista científico y ambiental, ejerciendo desde hace más de dos
décadas de manera ininterrumpida a través de radios y medios
gráficos del país y del exterior.
Es activista
ecologista y participa, dirige o coordina organizaciones no
gubernamentales y redes temáticas. Es conferencista y consultora en
temas de ambiente y desarrollo. Ha obtenido tres veces el 1º Premio
a la Divulgación Científica de la Universidad de Buenos Aires
(2009, 2012, 2014) y el 2º Premio en 2010; el 1º Premio
Latinoamericano y del Caribe del Agua CATHALAC-UNESCO 2009; Ocho
Premios Martin Fierro por sus trabajos en radio y 21 nominaciones. Ha
sido Premio Nacional de Periodismo en el año 2007, 1º Premio del
Congreso Tabaco o Salud 2010, 1º Premio de Periodismo en Salud de la
Asociación Médica Argentina 2010 Distinción honorífica Colegio de
Ingenieros DII por su labor en difusión ambiental, 2013.
Lleva adelante
desde 1998 ECOS ciclo de periodismo científico abocado al ambiente y
las culturas. Y CALIDAD EN VIDA, de periodismo médico, cultura y
salud. Dirige BIOS, ONG miembro de la Red Nacional de Acción
Ecologista y la Coalición Ciudadana Antiincineración. Es miembro
del Comité Consultivo de GAIA internacional. Es miembro de la Red
Argentina de Periodismo Científico y la Red Latinoamericana de
Periodismo Ambiental. Vive en Mar del Plata.
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