El 76 por ciento
de los cordobeses proviene, por línea materna, de antepasados
nativoamericanos, y aproximadamente el 15 por ciento pertenece a un
linaje local y propio de América, que se habría desarrollado
específicamente en la región central de Argentina hace miles de
años. Así lo demuestra evidencia hallada por científicos del
Instituto de Antropología de Córdoba (Idacor) dependiente de la UNC
y el Conicet, a partir del análisis de muestras genéticas actuales
y antiguas recogidas en 20 localidades de la provincia durante los
últimos 10 años.
por Candela
Ahumada
Una parte del
ADN de las personas que hoy habitan Córdoba estaba presente ya entre
los pobladores de estas tierras hace miles de años. Esa parte
permaneció inalterable a lo largo del tiempo, dando lugar a una
continuidad biológica que remarca el origen local, específicamente
propio, de los actuales habitantes de Córdoba.
Así se desprende
de las investigaciones realizadas por un grupo de científicos del
Idacor (dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba y el
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), que
intenta reconstruir la historia evolutiva de las poblaciones que
habitaron el centro de Argentina, a partir de evidencia genética.
De acuerdo a los
resultados, el 76 por ciento de los habitantes contemporáneos de
Córdoba posee linaje materno indoamericano, mientras que una
proporción menor es de origen europeo (16 %) y africano (8 %).
Esto significa
que, por línea materna, la mayoría de los cordobeses tiene
antepasados directos nativoamericanos, pertenecientes a los pueblos
que habitaban este territorio antes de la llegada de los europeos, en
el siglo 16. La prueba de ello está en nuestro ADN.
“El análisis
del ADN mitocondrial, que se trasmite únicamente de madre a hija,
demuestra nuestro vínculo directo con los pueblos originaros”,
destaca Darío Demarchi, investigador del Conicet y director del
equipo que lleva adelante el proyecto. El especialista precisa que,
por línea paterna, la ascendencia es, en cambio, mayormente europea.
Los científicos
llegaron a esta conclusión luego de obtener más de 1000 muestras
contemporáneas recogidas en 20 localidades de las provincias de
Córdoba, San Luis y Santiago del Estero, durante los últimos 10
años. El muestreo también incluyó habitantes de la capital
cordobesa, cuya extracción de ADN se llevó a cabo en el Laboratorio
de Bioantropología, perteneciente al Museo de Antropología de la
UNC. A través del hisopado bucal realizado al conjunto de estos
voluntarios, lograron rastrear y determinar el origen geográfico de
la población.
D1j, la marca
cordobesa
Los
investigadores, además, realizaron hallazgos que indican que parte
de la población actual de Córdoba (entre el - 10 y 15 por ciento)
pertenece a un subtipo de linaje autóctono -el D1j-, que sería
particular de la región central del país y se habría desarrollado
como evolución local, durante el período prehispano.
“Encontramos
ese mismo linaje en una persona que vivió en la costa de la Laguna
Mar Chiquita, en el noreste provincial, hace 4500 años”, explica
Rodrigo Nores, biólogo especializado en arqueogenética (estudio de
ADN antiguo) e integrante del equipo de investigación.
Puesto de otro
modo: la gente que habitaba esta región hace miles de años tenía
la misma “marca genética” que hoy encontramos en la población
cordobesa. “Eso significa que ha habido una continuidad temporal de
al menos cuatro a cinco mil años”, apunta el científico.
Estos resultados
surgen a partir del análisis y procesamiento de 70 muestras
arqueológicas catalogadas en un rango de antigüedad de 370 a 4525
años, y distribuidas en la zona de las sierras cordobesas y Mar
Chiquita. La mayoría de las muestras pertenece a esqueletos humanos
recuperados en los últimos años en el marco del Programa de Rescate
Arqueológico, dirigido por la investigadora Mariana Fabra, y a la
colección antigua del Museo de Antropología de la UNC.
“Al comparar la
secuencia arqueológica con la secuencia nativoamericana de la
población contemporánea, encontramos una continuidad en los
linajes. Es decir, hay patrones genéticos similares entre los
habitantes actuales y antiguos”, indica Nores.
En opinión de
los científicos, los hallazgos e investigaciones realizadas
contribuyen a visibilizar una historia muchas veces oculta, y
disparan contra cierto sentido común construido en torno al origen
de los argentinos. “No venimos solo de los barcos europeos, como
mucha gente cree. Las personas que habitaban estas tierras hace 5000
años continúan haciéndolo. No se extinguieron”, concluyen.
Datos
sobresalientes del trabajo
La herencia materna indica que la mayoría de los cordobeses (76 %) son de origen nativoamericano y, en menor medida, europeo (16 %) y africano (8 %).
Entre el 10 y 15 por ciento de la población de Córdoba tiene una “marca local” en su ADN: pertenece al sublinaje D1j, una mutación regional y particular de las sierras pampeanas.
Evidencias científicas demuestran que el sublinaje D1j ya estaba presente en la población de entre cuatro y cinco mil años atrás.
La frecuencia de los linajes nativos es mayor en las sierras cordobesas y en la zona de Mar Chiquita, mientras que hay mayor incidencia europea en la llanura pampeana.
Sobre el estudio
Proyecto | Historia evolutiva de la población del centro de Argentina. Instituto de Antropología de Córdoba (UNC - Conicet).
Financiamiento | Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Córdoba.
Equipo de investigación | Grupo interdisciplinario integrado por Darío Demarchi (director del proyecto y doctor en Biología), Rodrigo Nores (biólogo y doctor en Ciencias Químicas), Angelina García (doctora en Biología), Mariana Fabra (doctora en Historia) y Maia Pauro (doctora en Antropología).
Candela Ahumada,
Redacción UNCiencia, Prosecretaría de Comunicación Institucional,
cahumada@comunicacion.unc.edu.ar
Fuente:
Candela Ahumada, ADN cordobés: fuerte presencia aborigen y 4500 años de antigüedad, 05/10/17, UNCiencia.
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